El Carnegie Hall se rinde a Manuel de Falla y a la soprano zaragozana Sabina Puértolas

La cantante ac-tuó con el pianista Javier Perianes y el trompetista oscense Sergio Guarné, bajo la dirección de Juanjo Mena.

Sergio Guarné tocó su trompeta en la orquesta en la gran noche de Sabina Puértolas.
Sergio Guarné tocó su trompeta en la orquesta en la gran noche de Sabina Puértolas.
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El Carnegie Hall cerró este viernes una velada especial -y muy aplaudida- para el Teatro Real, al sonar en el mítico recinto desde composiciones de Falla hasta clásicas piezas de zarzuela como ‘Canción del ruiseñor’, de ‘Doña Francisquita’ o ‘Me llaman la primorosa’, de ‘El barbero de Sevilla’, en la voz de la soprano zaragozana Sabina Puértolas.

Con la presencia de la Reina Sofía y un elenco encabezado por la propia Puértolas junto con el director de orquesta Juanjo Mena y el pianista Javier Perianes, y la presencia del trompetista oscense Sergio Guarné en la orquesta, la ‘Gran Gala española’ arrancó puntual a las 20.30 -hora de Nueva York- con la suite número 1 de ‘El sombrero de tres picos’, ante un público que llenaba de los asientos del recinto.

Ya había advertido Mena que tocar en el Carnegie no es cosa sencilla, puesto que la acústica de la sala puede acabar "arrasando" a los espectadores con los decibelios. "Es una sala extraña y peligrosa para la orquesta, ya que el sonido no debe superar nunca lo que acepta la sala", alertaba.

A todo esto se suma la responsabilidad de actuar en un escenario que, entre otros grandes momentos, fue la ‘casa’ que acogió a Judy Garland con su célebre espectáculo convertido en el disco más vendido del momento, hasta que llegaron The Beatles.

La propia Puértolas confesaba estar "nerviosa" las horas previas a su actuación, que veía como una segunda oportunidad. La soprano ha recordado cómo la pandemia le privó de debutar en el Met de Nueva York, institución con la que había firmado un contrato para actuar con ‘El barbero de Sevilla’ que no salió adelante.

"Para mí, el Carnegie tiene la grandeza de esos recintos como el Colón de Buenos Aires", afirmaba. La segunda parte se correspondió con el ‘momento zarzuela’, que Puértolas definía como "el swing que corre por las venas" de los españoles y que esperaba fuese "entendido" por el público neoyorquino.

En su voz se han escuchado partes de ‘La tabernera del puerto’ y las dos citadas zarzuelas de Amadeo Vives y Gerónimo Giménez y Manuel Nieto, acompañando en ocasiones con un baile bien recibido por parte del público. Y todavía quedaba la parte final, esa que "abraza" todo el recital desde el principio hasta su conclusión: vuelta a la suite de Falla de ‘El sombrero de tres picos’, la número 2, con la que se puso el broche a una noche que quería ofrecer "lo mejor del repertorio" español para comenzar un ‘desembarco’ americano.

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