Leonardo Padura: "Siempre trato de hacer una crónica de la Cuba contemporánea"

El escritor "hondamente cubano e isleño", comprometido con su país, presentó en Zaragoza su nueva novela ‘Personas decentes’ (Tusquets)

Leonardo Padura presentó ayer su novela en el museo Pablo Serrano con Eva Cosculluela.
Leonardo Padura presentó ayer su novela en el museo Pablo Serrano con Eva Cosculluela.
José Miguel Marco

El escritor "hondamente cubano e isleño", comprometido con su país, presentó en Zaragoza su nueva novela ‘Personas decentes’ (Tusquets)

Empecemos por Zaragoza. ¿Qué significa para usted?

Es una de las ciudades españolas que más amo. La conexión histórica es toda la presencia, importantísima, de José Martí, que fue para él fundamental, incluso creo que aquí se inició en la masonería. La conexión presente es que hice varias presentaciones y recibí hace unos diez el premio de Novela Histórica ‘Ciudad de Zaragoza’ por ‘Herejes’.

¿Es usted masón? ¿Se hablaba en Cuba de ello?

La masonería fue muy importante en la historia de Cuba. Tras la revolución, se dio un período de bastante decadencia y ostracismo, y en los últimos veinte años ha tenido un resurgir y una presencia incluso pública mayor. Escribí ‘La novela de mi vida’, sobre el poeta José María Heredia, donde cuento toda su iniciación como masón, y es una novela que está dedicada a mi padre y a los masones cubanos. Mi padre fue grado 33 de la masonería cubana. Hubiera querido que yo siguiese su camino pero…

¿Pero?

No tengo ni religión ni militancia política, tampoco tengo pertenencia a asociaciones fraternales, y es una actitud tal vez un poco extrema en el sentido de que en una sociedad como la cubana para intentar ser independiente tienes que luchar para serlo. Tengo que luchar por sostener mi heterodoxia, que incluye la no pertenencia a la fraternidad masónica.

Mario Conde, su detective, es un hombre independiente.

Trata de serlo. Después de las primeras cuatro novelas lo saco de la policía y doy una vuelta de tuerca para que Conde pueda ser seguir investigando.

Eso pasa en ‘Personas decentes’.

Sí, de repente, por alguna razón le piden que busque algo, que se entere de algo, y ahí se ve enredado en una trama policial.

Viendo las cosas que a le gustan, ¿qué hay de Conde en usted?

Unas cuantas cosas, sí. La pasión por los libros, la pasión por la escritura, la afición al béisbol, el gusto por la voluptuosidad, la belleza, el cariño a los perros. Además, compartimos la pertenencia a una generación. Sobre todo, sobre todo, lo importante es que no son solo gustos ni preferencias ni afinidades sino que Conde es importante para mí porque me sirve para ver una realidad tan peculiar como la realidad cubana y tratar de fijarla en una novela. Siempre trato de hacer una crónica de la Cuba contemporánea, aunque me vaya al pasado.

¿Le incomoda que le pregunten cómo está Cuba?

No. Decir que la economía cubana es un desastre, que este proceso que se ha iniciado en el país de un ordenamiento económico ha provocado inflación, emigración, desesperación, que la gente en Cuba tiene menos esperanzas. Eso se lo puede decir el primer cubano que pase por ahí… Ahora, la relación con Mario Conde, la relación con la escritura y la literatura, el uso de la primera y tercera persona, de eso solo le puedo hablar yo. A veces uno siente la tentación de decir: «Incluso yo escribí un libro». Me sucedió

Aquí, en ‘Personas decentes’, escribe dos…

Ja, ja. La investigación que lleva a cabo Conde tras el asesinato de este personaje sórdido que humilló a tantos cubanos por lealtad al régimen, en vísperas de la llegada de Obama y los Rolling Stones. Y esa historia de 1909 y 1910, que cuenta en primera persona un policía del proxeneta que es Yarini. He querido establecer paralelismos entre las dos épocas.

Además, le diría que es una novela sobre la amistad, la felicidad, las mafias y la prostitución.

Todo ello es importante en el libro. Una cosa es el sexo y el amor, el ‘singar’, que nos da la vida, y otra muy distinta es la prostitución. En 1910, tras la independencia y los combates, no había muchos hombres y sí más mujeres. Y ahora por diferentes razones la prostitución está muy presente.

Acaba de morirse Javier Marías… ¿Lo conoció?

No. Nadie habla tan mal de su país como un español. Sin embargo, yo admiro España por gestos por ese inmenso cariño hacia sus escritores: fíjese en lo que pasó con Almudena Grandes. O ahora con Javier Marías. Ha sido impresionante, y me emociona mucho.

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