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Jordi Puig: "Sin duda el Vive Latino se celebrará más años en Zaragoza"

El creador en 1998 del Vive Latino original en México y codirector de la cita aragonesa apuesta por la continuidad de la cita que arranca mañana en la Expo.

Jordi Puig, codirector del Vive Latino Zaragoza, ayer frente al escenario principal.
Jordi Puig, codirector del Vive Latino Zaragoza, ayer frente al escenario principal.
Toni Galán

La cuenta atrás para la primera edición del Vive Latino de Zaragoza ya se ha activado. Su máximo responsable, junto a Nacho Royo, ultima los detalles para que este viernes a las 16.00 se abran las puertas en el recinto de la Expo. 

¿Qué siente a un día de que arranque el festival?

Emoción de que por fin llegue el día. Después de tener la idea hace muchos años de traer el Vive Latino a Europa y a España, por fin se hace realidad. Ha sido más largo de lo que pensábamos, por circunstancias ajenas.

Ha sido un camino tortuoso, con una pandemia de dos años por medio.

No sé si tortuoso, pero seguro que muy largo. Pero eso nos va a dar más paciencia todavía para entender que un festival es a largo plazo para que agarre y coja su personalidad y su idiosincrasia y que enraíce aquí en Zaragoza.

¿Tiene el Vive Latino vida en Zaragoza más allá de esta edición?

Sí, sin duda se celebrará más años. Cuando Nacho Royo me propuso venir a Zaragoza, lo primero que vi es que podíamos tirar una semilla para que se vuelva un ente hermano del Vive Latino de México, pero absolutamente independiente en sus decisiones y en su personalidad. Lo poco o mucho que tengo de experiencia en los festivales es que tienen que tener personalidad y vida propias. Porque si no, por más artistas impresionantes que tengas en el cartel, terminan devaluándose y yendo para abajo. Tienen que tener alma.

¿Cómo le gustaría que fuera el alma del Vive Latino Zaragoza?

Que fuera muy aragonés y muy español, pero también con las antenas para ser un puente con América Latina. Esa combinación es mágica:que sea muy de aquí y que siempre esté con los ojos abiertos a América. Si logramos eso, creo que el festival se va a celebrar muchos años en Zaragoza.

¿Es la Expo un buen recinto para albergar un festival?

Está muy bien. Tiene partes verdes y el río da una sensanción fantástica. Además, el Palacio de Congresos nos ayuda muchísimo porque, además de tener allí todas las oficinas y los camerinos, corta el viento y hace el espacio más íntimo, a pesar de que son hectáreas. También tiene conexión muy fácil a la red eléctrica y permite que los baños sean de desagüe y no químicos. El alumbrado es muy lindo. Si vas sumando detalles, te das cuenta de que es un recinto imbatible.

Una de las máximas es que sea un espacio amable y cómodo para los espectadores.

Espero que demos un buen servicio. El agua será gratis porque las fuentes estarán activas. La intención es que la gente coma y beba a gusto, que camine entre los escenarios tranquilamente. Si se tarda años en llegar de un escenario a otro o no se encuentra un baño disponible cerca, la experiencia en un festival es horrible y la gente no repite.

¿Cómo están viviendo el acontecimiento los artistas latinoamericanos?

Ellos conocen el festival muy bien. Para el cartel hemos tirado de muy buenos amigos. Con los grupos que vienen hemos trabajado bastante en el pasado. Todos saben que, además del concierto, lo van a pasar bien en Zaragoza. Una de las características del Vive Latino es tener buena fiesta y buena conversación entre todas las bandas.

Pese a compartir idioma, los puentes musicales entre España y América Latina no siempre han estado abiertos.

Es cierto. Muchas veces la cercanía se ha producido más por esfuerzos personales muy fuertes. Por eso es tan positivo poder traer a Zaragoza a diez o doce bandas latinoamericanas. Es una oportunidad para ellos para que consigan más conciertos en España y Europa. Como Mon Laferte, que ha cerrado ocho fechas. O CaféTacvba, otras ocho. Estas cosas ayudan a que se expandan. El festival es el pretexto para que crucen el charco y después ya van moviéndose.

¿Cómo vivió la cancelación de Bunbury y la puerta que se abrió cuando Amaral les ofreció su único concierto del año?

Nos da gusto que se abriera la puerta de Amaral. Por momentos estuvimos sin mucha luz, tras la cancelación de Enrique Bunbury. Pero surgió Amaral y el festival salió para adelante.

Usted ha tenido una relación muy estrecha con Bunbury desde hace mucho tiempo. ¿Qué le parece su decisión?

Esta actividad que hacemos, este negocio, es de personas. A veces se nos olvida cuando vemos las ventas y los números. Pero al final son personas y tienen su vida. Las cosas pasan.

¿Cuál es el equipo humano que está detrás del Vive Latino de Zaragoza?

Somos muchos. Por ejemplo, hoy ha llegado toda la técnica, que son 12 tráilers. La hostelería son otros tres o cuatro tráilers. De acreditaciones habrá varias cientos. Es un despliegue muy importante.

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