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Juan Diego Botto, de estreno en Zaragoza: "Subirse a las tablas es lo que da más vértigo siempre"

El actor interpreta desde este viernes a. domingo en el Teatro de las Esquinas ‘Una noche sin luna’, con todas las entradas vendidas, solo unos días antes de presentar en Venecia su primer largometraje como director.

Juan Diego Botto, en un momento de la representación 'Una noche sin luna'.
Juan Diego Botto, en un momento de la representación de 'Una noche sin luna'.
MarcosGpunto

Juan Diego Botto (Buenos Aires, 1975) estrena este viernes en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza la obra 'Una noche sin luna', premiada en el últimos Max de teatro junto a su interpretación, bajo la dirección de Sergio Peris-Mencheta, con quien también formó tándem en 'Un trozo invisible de este mundo'. Las entradas están agotadas para los tres días. El martes que viene viajará al Festival de Venecia para la presentación de su primera película como director, 'En los márgenes', con un cartel encabezado por Penélope Cruz y Luis Tosar. Atiende la llamada de teléfono de Heraldo.es desde el tren, un día antes del estreno.

El público zaragozano lleva desde diciembre de 2021 esperando verle en este monólogo en el que interpreta al poeta Federico García Lorca. ¿Se ha recuperado de la rotura de ligamentos que le obligó a suspender la gira el año pasado?

Sí. Me hizo un destrozo en el pie. Estuve un tiempo de rehabilitación y tuve que dedicarle cuidado. Llego con ganas de subir al escenario. Hace como siete meses que no hacemos la obra.

Entonces, ¿es casi como volver a estrenarla?

Sí. Esta es la primera función desde entonces y estoy nervioso como en un estreno.  

En este tiempo ha seguido la crisis sanitaria de la covid, pero han cambiado muchas cosas en el teatro, por ejemplo, que ya no es necesario utilizar mascarilla en interiores. ¿Echaba de menos ver teatros llenos y las caras de los espectadores?

Todos echábamos de menos la normalidad. Va a ser raro para mi volver al teatro sin mascarilla y sin restricciones. Cuando suspendimos la gira todavía se llevaba mascarilla. Para todos ha sido una etapa rara y se agradece. 

¿Ve los rostros del público desde el escenario?

Sí, sí que se ven (sonríe). Uno desde arriba se entera de todo.

"Hacemos un recorrido por distintos aspectos de la vida de Federico que fueron determinantes a la hora de su triste final"
Es una obra en la que nos acercamos a los aspectos menos conocidos de la vida y la obra de Federico García Lorca.

Interpreta a Lorca con textos del poeta. ¿Queda todavía mucho por contar y conocer del autor? ¿Se le ha reconocido bastante?

Reconocido está, eso es innegable. Posiblemente es el dramaturgo más internacional que hay en España y el más reconocido. Quizá su faceta personal, aspectos de su vida y de su compromiso social, político y afectivo es lo que menos se conoce. Nosotros lo que hacemos es un recorrido por distintos aspectos de la vida de Federico que fueron determinantes a la hora de su triste final, de que fuera fusilado el 18 de agosto de 1936. 

En la obra aparece también un contemporáneo aragonés, el director de cine Luis Buñuel. ¿Le interesa también su figura?

Siempre fueron dos personas que se cruzaron y de una forma muy intensa. Nosotros nos detenemos poco en ese momento de su vida, como tampoco hablamos mucho de su relación con Dalí, de esa terna de amigos que tuvieron una relación muy intensa.

Su trayectoria está marcada por el compromiso sobre las tablas. ¿Es más fácil sacar adelante un tema con mensaje en el teatro que en el cine?

En el teatro es mucho más fácil porque es mucho más urgente. Tu escribes una obra de teatro hoy y en tres meses la puedes estar estrenando. En el cine es prácticamente imposible. Levantar un proyecto son años desde que escribes el guión hasta que empiezas a encontrar reparto y, sobre todo, la financiación. Eso hace que esa urgencia que tiene el teatro, esa inmediatez, es mucho más complicada en el cine.  Y necesitamos mucha menos inversión. Un actor y una silla te atrapa.

En su caso se ha atrevido también con el cine social con la película 'En los márgenes', con los desahucios de vivienda como trasfondo y en la que debuta como director, con Penélope Cruz y Luis Tosar en el reparto. La semana que viene se estrena en el Festival de Venecia. ¿Qué le da más vértigo, subirse a las tablas o dirigir?

Subirse a las tablas es lo que da más vértigo siempre. Estar ahí solo frente al público, porque eso es real, está pasando y todo lo que pase depende única y exclusivamente de ti. Eso no quita que no haya nervios de presentar mi primera película. Es un privilegio que el primer largo que hago lo podamos presentar en en el Festival de Venecia y contar con actores como Penélope Cruz o Luis Tosar y estamos todos los que hemos participado en la historia muy contentos. Es una película que tiene mucho riesgo, en el sentido de que es cine social, habla del tema de los desahucios y cómo afecta la crisis económica a las relaciones personales. No es lo mismo cómo se lleva una pareja que vive en una casa de 120 metros cuadrados que 30 o ganando 700 o 2.500 euros al mes. Y eso en una situación normal, pero en una situación de estrés todavía se ven más afectadas las relaciones.

"Subirse a las tablas es lo que da más vértigo siempre. Estar ahí solo frente al público, porque eso es real, está pasando y todo lo que pase depende única y exclusivamente de ti"

Los desahucios fueron frecuentes en la crisis inmobiliaria anterior. ¿Surgió en aquellos años el proyecto?  

Se gestó en 2013, empezó a germinar la idea pero ha habido una cosa cíclica donde mucha gente está en la casilla de salida y otra vez los desahucios se siguen produciendo, alrededor de 100 desahucios al día.

¿Se nos ha olvidado ya lo ocurrido en la crisis pasada, cuando surgió el movimiento Stop Desahucios, pese a estar inmersos en otra?

Lo hemos olvidado completamente. Es una cosa que sigue pasando, que para un sector amplísimo de la población es durísimo, pero nos estamos centrando en otras cuestiones y pasa completamente desapercibido. Pasa con otros temas. Ahora hay gente que se pregunta si la guerra de Ucrania sigue, como si en el momento en que deja de ser la primera noticia de la parrilla de un informativo dejara de ser importante. Hay una tendencia que es un poco cruel y es que lo que sucede todos los días deja de ser noticia. Hay cantidad de niños que mueren de hambre todos los días y no son noticia.

Penélope Cruz y usted son amigos y le he oído decir que su apoyo fue decisivo para conseguir respaldo para el proyecto.

El hecho de contar con ella y que decidiera involucrarse como productora fue fundamental para sacar el proyecto adelante y conseguir financiación.

¿Era una responsabilidad mayor a la hora de dirigir?

Era una gran responsabilidad que fuera un buen trabajo y lo mismo con Luis, ver que confían en ti, aunque yo lleve muchos años en el oficio es mi primer trabajo como director. Ella y Luis hacen un trabajo excelente y es una maravilla verlos. Eso me da tranquilidad, ver que ellos están bien.

"Siempre me he sentido interpelado por lo que ocurrió a mi alrededor. Vivimos en comunidad y hay que intentar hacer algo para que los que están peor estén lo mejor posible"

Siendo hijo de la actriz y profesora de interpretación Cristina Rota, con las clases que daba en su casa, ¿estaba predestinado a ser actor o alguna vez de pequeño quiso ser otra cosa?

Siempre me gustó mucho actuar desde pequeño. Podía haber sido cualquier otra cosa. Cuando tus padres se dedican a algo hay dos opciones: que lo rechaces o que te atrape. Cuando escuchaba las clases en casa despertó el interés en mi y en mis hermanas.

¿Le marcó también ser hijo de una víctima de la dictadura Argentina para decidirse a mantener un compromiso político y social claro? 

Es una combinación de factores. El hecho de la desaparición de mi padre, que sea uno de los 30.000 desaparecidos de la dictadura militar Argentina condicionó mi vida y la de mi familia para siempre. Eso fue lo que determina que nos tuviéramos que exiliar y que viviéramos en España. Mi percepción del mundo está totalmente condicionada por ese hecho traumático de la infancia, por haber perdido un padre de una forma tan dolorosa y violenta. Cómo reacciona uno tiene que ver con cómo es, cómo le han contado las cosas, cómo le han criado. Podía haber optado, y hubiera sido una respuesta enormemente válida, por distanciarme, no saber nada, pensar que ya había pagado un precio alto. No fue así porque siempre he sentido interés, inquietud y me he sentido interpelado por lo que ocurrió a mi alrededor. Vivimos en comunidad y hay que intentar hacer algo para que estemos lo mejor posible y los que están peor estén lo mejor posible. 

"Estamos en un momento complicado, de encrucijada. Se dan movimientos en todas partes con el auge del fascismo, no solo en Europa, y con mensajes fáciles de extrema derecha que implican un pensamiento descorazonador, desde lo más violento a la exaltación de lo zafio"

¿Cree que los jóvenes son más individualistas hoy en día?

Yo soy poco partidario de hacer juicios genéricos porque recuerdo perfectamente cuando tenía 18 años y escuchar que los jóvenes no eran como los de los años 70 por el compromiso e implicación. Sé que tengo la distancia suficiente para no saber en qué andan los de 18 ahora, pero lo que ocurre es un reflejo de la sociedad en general, no se puede pedir que sean distintos. Y siempre los más comprometidos son los más jóvenes.

Entonces, ¿cómo ve la sociedad actual?

Estamos en un momento complicado, de encrucijada, se dan movimientos en todas partes con auge del fascismo, no solo en Europa, con mensajes fáciles de extrema derecha que implican un pensamiento descorazonador, desde lo más violento a la exaltación de lo zafio, de la ignorancia. El otro día vi a unos contertulios en televisión mofándose de un científico que hablaba de la gravedad del cambio climático. Esa zafiedad, ese llevar a tu terreno ideológico hasta la ciencia es preocupante porque ocurre en todos los temas, como los derechos humanos, que son el estándar mínimo al que deberíamos guiar nuestra vida y lo mismo ocurre con la inmigración y el cambio climático. Es una situación preocupante porque valores como el respeto a los hechos, a los datos o los derechos humanos son cosas que se están cuestionando, que no están de moda.

Viene con el tiempo justo pero, ¿tendrá tiempo de visitar Zaragoza?  

No mucho, pero tengo muchos amigos en Zaragoza, que espero ver al final de la función.

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