VERANO. LEYENDAS Y PERSONAJES

1922: el triunfo de Fleta se coló por el teléfono

La historia del tenor ha inspirado un documental reciente de Germán Roda, a la luz del libro de Alejandro Martínez y Sergio Castillo.

Miguel Fleta tuvo una carrera breve e intensa y conquistó al mundo entero.
Miguel Fleta tuvo una carrera breve e intensa y conquistó al mundo entero.
Heraldo.es

De Miguel Burró Fleta (Albalate de Cinca, 1897-La Coruña, 1938), alias Miguel Fleta, puede decirse lo que mismo que de los grandes púgiles: se desplomó desde lo alto de la cumbre en caída libre hacia la nada. Su triunfo duró menos de una década, entre 1919 que debutó en Trieste con ‘Francesa de Rimini’, de Zandonai, y 1927, fecha en la que se inicia su nada paulatino declive: la enfermedad, la infausta elección de programas, la crisis amorosa con Louisa Pierrick, la mujer que lo descubrió, lo impulsó, lo amó y encauzó su talento, su fugaz historia de amor con la actriz Bebe Daniels, la aparición de Carmen Mirat. No fue nada en concreto y sí la corriente de la vida en general la que amortiguó la grandeza y los triunfos de una sensibilidad que conmovió en todo el mundo, incluso a sus presuntos adversarios. Giacomo Lauri-Volpi dijo que era «dueño de una voz cálida, ancha, aterciopelada, extensa y dúctil, (...) una voz única por cantidad, calidad y emoción». El tenor Angelo Masini confesó: «Fleta es el mejor tenor que he conocido, lo tiene todo».

La historia de Miguel Fleta es sobradamente conocida. Ha inspirado un documental reciente de Germán Roda, a la luz del libro de Alejandro Martínez y Sergio Castillo, y diversos espectáculos. Uno de los grandes momentos de su carrera fue su debut en el Teatro Real de Madrid el 7 de marzo de 1922 con ‘Carmen’ de Bizet. Hace un siglo. En tiempo difíciles para la ópera, tras sus triunfos en Italia y en diversos teatros de Europa, Fleta fue presentado como todo un acontecimiento. 

Lauri-Volpi dijo que el tenor tenía "una voz única por cantidad, calidad y emoción"

Con todo, para la primera función solo se vendió la mitad de las entradas. Y no solo eso, se había caído la soprano Gabriela Besanzoni y fue sustituida por María Gay. No importó: la actuación de Fleta fue tan espectacular, tan matizada de energía, sutileza y entrega, que muchos de los asistentes aprovecharon el descanso de la pieza y llamaron por teléfono a sus amigos y familiares para que fueran al Real. Lo contó el mismísimo compositor Joaquín Turina. Cantó dos veces más ‘Carmen’ y cuatro ‘Tosca’ de Puccini. Las entradas multiplicaron su precio por diez, y a ese fervor se sumó el rey Alfonso XIII.

Tras acabar la primera función de ‘Carmen’, la gente lo esperó y lo sacó a hombros por la calle Concepción Arenal hasta el hotel París. Fleta suscitó desde entonces elogios por doquier y cantó en más de 50 países. En 1925, actuó en el Teatro Circo de Zaragoza (en el Principal lo haría en 1932) y en el Olimpia de Huesca. El alcalde de nuestra ciudad, José Sancho, le había mandado un telegrama de felicitación por sus éxitos, le recordaba que era «el mejor tenor del mundo» y le decía: «Le anuncio la ansiedad que existe por oírle aquí». Falleció de un absceso renal, detectado a destiempo, en 1938 en La Coruña, ante un mar turbulento.

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