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Mario López: "El vino es cultura en estado líquido"
El hacedor de vino analiza el momento en el inicio de la vendimia aragonesa.
Cuando en el arranque de la crisis todos plegaban, usted se lanzó a la aventura. ¿Por qué?
¿Por qué no?
He preguntado yo primero…
Resulta que vino a comprarme vino Fernando Mora. Él estaba empezando. Ahora es un enólogo de prestigio internacional, único ‘Máster of Wine’ de Aragón. Fernando era todo deseos y anhelos.
E ideas.
Por supuesto. Tantas ideas tenía, que el primer vino lo hizo en la bañera de su casa. Y comenzamos a hacer vino. Ese año, hace ya más de diez, creamos la marca ‘Latidos de vino’.
¿Qué tal fue el arranque?
Al principio, no nos tenían en consideración, casi se nos reían.
¿En serio?
En serio. Éramos de Épila, no nos conocía nadie… Pero aprendimos mucho con ‘Latidos de vino’.
¿Qué aprendieron?
Lo que no había que hacer.
Cada error es un hallazgo…
Los costes eran altos al ser una bodega pequeña. Pero seguimos. Era 2009. La añada de 2010 fue verdaderamente magnífica. En 2013 salió el vino Frontonio.
Frontonio, que le daría nombre a la bodega.
Así es. Cuenta la leyenda que lo decapitaron como castigo a su fe cristiana. Arrojaron su cabeza al Ebro en Zaragoza, y el cuerpo en el cementerio, como hacían en aquella época con los ajusticiados; pero su cabeza apareció, remontando el río Ebro, en las orillas del Jalón a la altura de Épila. Y así Épila lo acogió como patrono.
Como Frontonio, dicen que ustedes elaboran vinos contracorriente.
Los vinos son diferentes. Buscamos elegancia y finura sin maquillajes. La garnacha es Pinot-Noir, del sur de Europa. Vinos abiertos de color, con menos alcohol y utilizando raspas en fermentación.
¿Qué concepto de viñedo persiguen?
Somos locos de las viñas viejas de monte. Somos viticultores y queremos ayudar a devolver el orgullo a nuestra tierra. Estamos en Alpartir, pero vendimiamos en Morata de Jalón, Santa Cruz de Grío…
Buena tierra, sí señor.
Y en Tobed e Inogés. El vino más exclusivo que elaboramos es ‘El Jardín de las Iguales’, de garnacha tinta y macabeo. Tiene 98 puntos Parker, el mayor prescriptor de vino del mundo. Es la puntuación más alta de todo Aragón.
¡Felicidades!
Las viñas, que se encuentran en Alpartir, son de un viñedo exclusivo que tiene más de 120 años.
Ya se ha comenzado a vendimiar en todo Aragón.
En variedades de chardonnay, hace días, incluso semanas. Se comienza a vendimiar antes ahora por el cambio climático. Nosotros comenzamos el jueves de la semana pasada. Todo son viñas viejas de 50 años o más.
¿Hablamos de vinos de Aragón?
Muchos y muy buenos. En cuanto a Denominaciones de Origen, Cariñena, garnachas, aromas frutales, fáciles de beber. Borja es el imperio de la garnacha, vinos concentrados, muy afrutados, también fáciles de beber.
¿Calatayud?
Viñedo extremo. La garnacha es más floral y mineral. Y Somontano es un mar de variedades. Ahora están potenciando la Parraleta. Además de las Denominaciones de Origen, Pago Aylés, exclusivo, elabora vinos muy buenos. Y las IGP (Indicación Geográfica Protegida), en Valdejalón, Bajo Aragón, Alto Cinca… Como le he dicho, muchos y muy buenos.
Cantidad y calidad.
Y un porcentaje importante en el PIB aragonés. Y cultura y sentimiento.
¿Dice cultura y sentimiento?
Claro que sí. El vino es cultura en estado líquido. Y muchísimo sentimiento. Recuerdo cuando íbamos a comprar viñas viejas. Hablábamos con sus propietarios. Solía ser gente mayor. Ya no las podían administrar. Pero se negaban a venderlas y las alquilaban.
¿Por qué?
Porque la viña era y es parte de su vida. Las plantaron con sus padres e incluso con sus abuelos. Y no las querían arrancar bajo ningún concepto. Porque cada cepa que se arrancaba significaba arrancar un trozo de sus vidas. Todo eso son las viñas. Todo eso es el vino.
