fuera de circuito

El mago que resucita los instrumentos más antiguos

El luthier Christian P. De Villiers ha fabricado en su taller zaragozano decenas de cromornos, bajones o chirimías. 

Christian P. De Villiers, en su taller de la Magdalena.
Christian P. De Villiers, en su taller de la Magdalena.
Francisco Jiménez

La vida puede ser azarosa e imprevisible. Un caso paradigmático es el de Christian P. De Villiers. ¿Quién le iba a decir a este estadounidense –nacido en Columbus en 1974– de padres cubanos que acabaría siendo un prestigioso luthier con un taller en la Magdalena de Zaragoza?

Su labor diaria consiste en hacer magia resucitando instrumentos antiguos como las chirimías, los bajones o los cromornos, entre otros muchos. Una técnica que perfeccionó en la capital aragonesa. "Siempre tuve como meta estar en España para desenvolverme en la música antigua. En 2015 descubrí la existencia de la Escuela de Violería de Zaragoza, donde enseñaban la construcción de instrumentos renacentistas, barrocos y modernos. Les contacté, me matriculé y conseguí el visado para entrar al país y establecerme en Aragón. Desde entonces me he dedicado a fabricar dichos instrumentos, especializándome en los de viento", explica.

No resulta para nada sencillo el proceso para elaborar cada uno de estos instrumentos. Revela cada uno de los pasos: "En primer lugar hay que acudir a los archivos, museos o catedrales donde se encuentran y conservan instrumentos originales. Tras eso, hay que realizar una investigación sobre el instrumento en sí y tomar medidas de todas sus partes de forma muy meticulosa. Al final, esas medidas y los resultados extraídos de la investigación se digitalizan para fabricar réplicas en madera o empleando tecnología 3D".

Un conocimiento que ha aplicado grabando discos y otros proyectos con artistas como Los Músicos de Su Alteza, La Academia de los Nocturnos, Ars Lusitana, Ensable La Danserye, Capella Prolationum, Fernando Marín, Cantar alla Viola, Biella Nuei o Viola da Samba. Además, ha impartido talleres de grabación de música antigua en el Conservatorio Profesional de Zaragoza y de ministriles y juglares en la Escuela Municipal de Música y Danza de Zaragoza. Una pasión convertida en profesión cuyo flechazo iniciático resulta curioso: "En casa había una réplica de la obra ‘El entierro del conde de Orgaz’, del Greco. Cuando era niño, ese cuadro me transportaba a esa época y de ahí salió mi curiosidad de cómo fue la música de aquel entonces. Fue ahí cuando empecé a aprender música. Siempre con el objetivo de poder tocar música antigua con los instrumentos de época".

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