Al rescate de un ballet inédito

Quiso la lluvia amenazar el estreno de la obra ‘La noche de San Juan’. Pero una vez que el piano del concertista Miguel Baselga se protegió bajo el techo del patio del Museo de Zaragoza, el espectáculo ya pudo desarrollarse.

Se trataba de la compañía del coreógrafo Antonio Ruz, que se estrenó en esta edición del festival Múver. Su grupo se fundó en el 2009, pero a Ruz ya lo conocíamos gracias a su participación en creaciones de la compañía aragonesa LaMov. ‘La noche de San Juan’ es un ballet de principios del siglo XX, cuyo título original es ‘Soirée de Barcelone’, si bien como tal no se pudo estrenar en su momento por la situación que vivía el país en el año 1939. Con escenografía de Joan Junyer y argumento de Ventura Gassol, la coreografía es obra de un Léonide Massine cuya forma de componer se puede visualizar claramente a través de la música de Gerhard.

La primera parte resultó un poco anodina, con una música poco emocionante y unos intérpretes que bailaron encogidos. Los momentos más bonitos son los de la pareja; a ella se le nota que es una bailarina más formada y aporta sentido estético.

Entrarán después muchos personajes para crear el imaginario propio de la obra: un muñequito chinesco, un caballito, un unicornio, etc. Es cuando comienza la música a tomar más impulso y a partir de este momento se suceden las constantes referencias a la cultura catalana: desde los castellets a dances en círculos con aires folclóricos. Minuto curioso es cuando los bailarines se quedan paralizados, esperando que el pianista acabe su variación para, una vez terminada, aplaudirle entusiastas. Luego, seguirán bailando y formarán un círculo, tumbados y sentados, que resulta más atractivo, con más fuerza musical.

Conclusión: Ruz ha evolucionado, pero sus obras anteriores llegaban más adentro.