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¿Por qué nos enganchan las series de cárceles?

‘La noche más larga’ (Netflix) toma nota de otros títulos basados en encierros para construir un sólido drama.

Alberto Ammann y Luis Callejo, en ‘La noche más larga’.
Alberto Ammann y Luis Callejo, en ‘La noche más larga’.
Netflix

Nos gustan las cárceles (al menos cuando están detrás de la pantalla). Hay títulos excelentes con este escenario en el centro de sus tramas, como las clásicas ‘Cadena perpetua’ o ‘La milla verde’, o la más reciente –y española– ‘El hoyo’. El drama carcelario actúa como un imán para el espectador. Pocos géneros (porque las películas y series que transcurren en prisión se merecen esa catalogación) resultan tan infalibles en taquilla y atrapan así al público.

¿Por qué nos atraen los conflictos entre barrotes? Posiblemente porque el encierro altera nuestra adrenalina y descubre la claustrofobia que ni siquiera sabíamos que teníamos dentro. La combinación de ambas nos predispone a favor estas tramas. Ocurrió con ‘Prison Break’, con ‘Orange is the New Black’ y con ‘El marginal’. Las tres se caracterizaban, además, por su capacidad para mantener la tensión en todo momento y por la eficaz construcción de personajes con los que nos identificamos a pesar de ser delincuentes.

‘La noche más larga’, la última apuesta española de Netflix, ha tomado nota de las tres citadas. Tiene el ritmo de la primera, el compadreo de la segunda y la acción y dosis de violencia de la tercera. Se fija en lo que les funciona para llevarlo a su terreno y repetir suerte. La trama se sitúa en una prisión psiquiátrica, a la que trasladan a un peligroso criminal. Hasta allí llega un grupo de hombres armados, que rodea el edificio con la intención de liberarlo. Sin embargo, los funcionarios y algunos de los reclusos no se lo pondrán fácil.

Referentes más cercanos

Hay otros referentes anteriores en Netflix que se reconocen en la ficción que han escrito Xosé Morais y Víctor Serra. El más evidente es ‘Bajocero’, la película dirigida por Lluís Quilez y protagonizada por Javier Gutiérrez y Karra Elejalde que la plataforma estrenó el año pasado. En aquella, la acción se ubicaba en el interior de un furgón policial blindado que era asaltado durante un traslado de presos cuando circulaba por una carretera despoblada para acceder a uno de los reclusos. Y luego está ‘La casa de papel’, que no es un ‘thriller’ carcelario al uso pero contiene similitudes, puesto que sus protagonistas son presos de su destino, no pueden salir de un recinto y permanecen vigilados por un grupo de policías. Aquella presentaba además un sistema en el que poder estaba corrupto, algo que también sucede en ‘La noche más larga’ en la que los policías representan el peligro y no la salvación. Con todo esto quiero decir que ‘La noche más larga’ es un producto bien pensado. Y eso es bueno. ¿Es original? No, ni lo intenta. ¿Es una obra definitiva que marcará un antes y un después? Tampoco. Sus intereses son otros. Quiere enganchar durante seis horas, quiere que sus personajes caigan en gracia y quiere dejar al espectador con ganas de más. No son malos propósitos. Lo mejor de todo no es que quiera, es que lo logra. La serie se consume del tirón y apenas presenta altibajos. hac

Morais se ha curtido en ficciones efectivas como ‘Acusados’ o ‘Neboa’. En esta última figuraba también Sierra. Ambos han construido un sólido guión que da de sí para sus seis entregas, con las concesiones justas y donde las carreras y peleas se suceden sin parar para deleite de los amantes del género. Da lo que promete. Se le puede sacar una pega. Y es que el final no está del todo resuelto y deja la puerta entreabierta a que haya una segunda temporada.

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