VIAJES. OCIO Y CULTURA
Una villa de piedra, oro, música y cine mudo: Uncastillo
Algo más que un refugio para el verano donde se miman el arte, el rocanrol, el patrimonio y las imágenes y donde se evoca a la actriz Ino Alcubierre
Uncastillo es como una ciudad de piedra y oro. La vida lleva su agitación: discurre con una mirada, o infinitos ventanales con balcones, hacia el pasado y se afirma, despaciosa e intrincada, hacia el futuro. Mires donde mires, camines por donde camines, por las calles de la judería, ante los palacios renacentistas, frente a los búcaros a pie de calle o en las terrazas, es un lugar que sojuzga y que abona la imaginación de personajes, de hechos, de nobles, de abolengo, de incesantes artistas –escultores, canteros, pintores– como se ve en los pórticos de las iglesias o en el Centro de Interpretación del Románico. Uncastillo es la sede de la Fundación Uncastillo y de la Asociación Cultural La Lonjeta, entre otras cosas, y a ambas organizaciones, y al apoyo del Ayuntamiento, le debe el pueblo una defensa constante y artística del medio rural.
La iglesia de San Martín, tan llena de hechizos (entre ellos una doble sirena en un pórtico interior), es un buen ejemplo: ahí hay retablos, esculturas, báculos. Una visita al interior del antiguo templo habla de un esplendor constante, de una belleza de objetos, matices, desde los clérigos al Maestro de Agüero. Uncastillo es mucho más: no muy lejos están Los Bañales. Y es el lugar donde el poeta Ángel Guinda (1948-2022) pasó muchos veranos de su infancia y adolescencia, en Casa Palomo, y vivió su primer amor.
De Uncastillo es la actriz de cine mudo y teatro Inocencia Alcubierre (Uncastillo 1904-Barcelona, 1930). Y a ella, desde el año 2000 se le dedican unas Jornadas de Cine Mudo ‘Inocencia Alcubierre’, que han llegado a su vigésima edición, habida cuenta de que ha habido dos años de suspensión por la pandemia. Josu Azcona, coordinador de las iornadas con Carmen Giménez Aísa, dice: «La gente nos ha agradecido mucho que se recuperasen. Es un programa que ha calado y que tiene público que llega desde distintos lugares de España y que armoniza a las mil maravillas con la gente del pueblo. Proyecciones de cine mudo hay muchas, pero aquí se añade algo especial: la música en directo. Algo que se hace en dos espacios concretos: en la lonja de San Miguel y en el Polideportivo, donde organizamos una cena en el cine en la que puede participar todo el pueblo. Superamos las 130 personas».
En la edición de este año, como se ve en la revista 'El mirador', el propio Josu Azcona ha hecho algunas revelaciones: se han fijado las fechas del nacimiento y la muerte de la actriz, 1904 y 1930, y se ha encontrado su esquela: había sido madre soltera y se murió en el parto de una segunda criatura, en la clínica del Pilar, de la que no se ha sabido nada. Su única hija solo les habló de su existencia a sus tres nieta poco antes de morir, tal como recordó la galardonada Elisabet.
En las jornadas de este año ha habido varios protagonistas: Segundo de Chomón abrió y cerró, casi, el menú. Se arrancó con un corto de José Ángel Guimerá y Cristina Vílchez y se proyectó, antes de la pieza final de Buster Keaton, ‘Las siete ocasiones’, ‘El heredero de la Casa Pruna’. Julio Sánchez Millán presentó y contó su exposición sobre el cineasta y truquista turolense, e Iván Núñez recordó algunas de sus investigaciones: Segundo de Chomón vivió poco más de un año en Teruel, pasó su niñez en Valencia (en la misma calle que Vicente Blasco Ibáñez) y luego se trasladó a Barcelona. Iván Núñez anunció que trabaja en un nuevo volumen, el segundo ("ahora estoy un poco embarrancado porque no sé qué pasó con la primera mujer de Chomón, Julia Rey Dutray, de origen belga, y no francesa como yo creía", dijo) y en una novela tras su revelador ‘Chomón a media luz’ (I. E. T., 2021).
En la jornada inaugural, además, se proyectó por la noche una amplia selección de cortos de Segundo de Chomón, con música de Justo Bagüeste y Juanjo Javierre, que entusiasmó al público, y ‘Consultorio de señoras’, una película pornográfica de Ricardo de Baños, de Royal Films, detrás de la cual se decía que estaba un gran aficionado como Alfonso XIII. El metraje pareció excesivo y lo aligeró, sin duda, el gran concierto de Josetxo Fernández de Ortega, algo que también intentó hacer con mucho humor Paco Boisset, uno de los poseedores –con su mujer Stella Ibáñez– de una fantástica colección de objetos de cine, de fotografía, de imprenta y de ferrocarril, entre muchas otras cosas.
El sábado se proyectaron dos cortos de Harold Lloyd y Charles Chaplin, con dos músicos de vanguardia como Gustavo Giménez, que es poeta sonoro y actor, y el DJ Lord Sassafras. Les siguió un cortometraje de Luis Irureta y la película ‘El tren mongol’, a la que puso música el pianista Jaime López Coscolla, un clásico de esta cita, junto a Esther Bentué como explicadora. La tarde estuvo dominada por ‘El Tartufo’ de Molière, de W. F. Murnau, al que le puso música, y qué música, Javier Pérez de Azpeitia. Amparo Martínez explicó la película y esa misma noche reveló en una conversación nocturna que en Uncastillo había vivido la historia de amor más determinante de su vida, con su marido Gonzalo.
Tras la entrega de distinciones, la Bocina de piedra de las Jornadas, al propio Iván Núñez y a Elisabet, nieta de Inocencia Alcubierre, y del Premio Ramón Perdiguer a la Pasión por el Cine (a quien firma), la cena en el cine del sábado por la noche tuvo varios focos: el cantante y compositor cántabro, afincado en Aragrón, Óscar Llorente presentó un videoclip de un tema de su próximo álbum, y la proyección-concierto de ‘Whitin Our Gates’ (1920), el primer largo de un director negro, Oscar Micheaux, que ilustró el cuarteto de jazz madrileño The Silent Entertainers Band.
El domingo por la mañana, Jaime López Coscolla puso música a ‘El heredero de la casa Pruna’, de Segundo de Chomón, y el joven pianista Noel Redolar hizo lo propio con ‘Las siete ocasiones’, de Buster Keaton, acompañado por el explicador Ángel Redolar, doblador y actor. Noel Redolar, que ha terminado este año su carrera de piano e integra el cuarteto de jazz Maddison Pack, había probado esta experiencia en la Harinera de San José. Cada película tiene un presentador, y entre otros han ejercido Paco Boisset, Stella Ibáñez o la profesora Amparo Martínez.
«Hemos construido entre todos un espacio para el encuentro, la amistad y los afectos. Los músicos se comportan con absoluta generosidad y se implican. Todo el mundo lo hace. Las Filmotecas, ya sea la de Cataluña o la de Valencia, la de Zaragoza, nos ceden las películas, y todo lo que ofrecemos está autorizado. Y además, tenemos una especie de continuidad de nuestro trabajo en las proyecciones en la Harinera de Zaragoza”, concluye Josu Azcona, que es, con su compañera Pilar Giménez, uno de los estudiosos de la historia, la arquitectura y el patrimonio de Uncastillo, localidad de las Cinco Villas donde siempre anidan y hallan cobijo las revoltosas golondrinas.
En la iglesia de Santa María, por ejemplo, reposan y surcan en el aire entre figuras de piedra que miran el mundo, se besan o copulan a la vista de todos. Pueden ser enamorados, sirena con cuerpo de ave o de pez, y dragones de aire exótico.
