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Jean Anguera Gargallo: "Las paredes de mi casa eran una selva y los árboles obras de Gargallo"

Escultor e hijo de Pierrette Gargallo, nació en París en 1953. Acaba de donar 1.800 documentos de su madre al Museo Pablo Gargallo.

Jean Anguera Gargallo donó 1.800 piezas al museo de su abuelo
Jean Anguera Gargallo donó 1.800 piezas al museo de su abuelo
José Miguel Marco

El otro día dijo que había cosas que no sabía de su madre…

Repasando el material de la donación al Museo Pablo Gargallo, de 1.800 documentos, descubrí que no conocía la historia de mi madre Pierrette: conocía anécdotas y algunas de sus piezas artísticas, pero no la totalidad ni el hilo conductor de su obra ni, en cierto modo, de su personalidad.

Ella le hablaba mucho de su padre, su abuelo Pablo Gargallo. ¿Qué es lo que no le había contado nunca?

Por ejemplo, cuando mi abuela y ella se trasladaron a Céret, un lugar lleno de artistas, de coleccionistas y de galeristas que huían del nazismo, etc., y luego las mandaron a un campo de internamiento en Rieucros. Mi abuela Magali Tartansson ayudó a los judíos a que pasasen a España, donde iban a estar más seguros que en Francia, llena de nazis.

¿Qué más ha descubierto de su abuela Magali, costurera?

Cuando decidimos hacer la donación al Museo Pablo Gargallo, al que estamos muy agradecidos porque es precioso, leí todos los materiales. Fue un trabajo arduo. Y creo que he entendido mejor a Magali: en las cartas se preocupa mucho de promocionar la obra de su marido, le habla de contactos, de artistas, era como una marchante doméstica y colaboraba mucho con él (Pablo Gargallo vivió en un movimiento perpetuo entre España y Francia), y por supuesto le hablaba de la hija de ambos, Pierrette, mi madre. Y descubrí que las dos estuvieron en un campo de internamiento de mujeres porque fueron denunciadas. Mi madre y mi abuela pudieron volver a Barcelona y rehacer su vida, pero otras fueron deportadas a campos de exterminio como Auschwitz y otros.

"Mi abuelo era un hombre que hacía y pensaba la escultura; mi madre no era una intelectual"

¿Era consciente de la actividad artística que había tenido su madre en Barcelona?

No, realmente. Yo no sabía nada de que había sido decoradora o diseñadora de escaparates ni tampoco de que en algún momento fuera una joven artista emergente, como se diría ahora. Hizo muchas esculturas pequeñas, hay muchos detalles; tenía éxito en Barcelona, y cuando se fue a París, allí fue todo difícil. Era la época del arte abstracto…

¿Le pesó o le ayudó ser hija de Pablo Gargallo?

No lo sé. No se cambió el nombre, pero creo que Magali, su madre, no estaba muy de acuerdo. No le gustaba esa vida en apariencia fácil, de éxito más o menos inmediato, y le dijo, más o menos, que "no tienes el fuego sagrado del arte". A mi madre no le importó: era impulsiva, completamente intuitiva, positiva, no necesitaba desarrollar un pensamiento como Pablo Gargallo, y aceptó la crítica. Mi abuelo era un hombre que hacía y pensaba la escultura; mi madre no era una intelectual.

Usted, Jean, también es un filósofo de la escultura y del dibujo como vimos en la Lonja.

No me interesa la escultura por la escultura, sino para entender la realidad y entrar en la verdad.

¿Qué le debe usted a Gargallo?

Piense que yo me he criado en una casa que era como un museo de mi abuelo y no se veían las paredes: era como una selva, un bosque, y los árboles eran piezas. Aquel era un mundo real y a la vez fantástico. Piense en el barroco: no hay de un lado lo real y de otro lo imaginario, sino que todo se funde. Pues eso me pasaba a mí, y eso, quieras o no, te influye.

"A mi abuelo le interesaba mucho la fotografía, la usaba para su trabajo y el estudio de la luz. La foto es la escritura de la luz"

Me llamó la atención la cantidad de materiales que su madre había ido acumulando: recortes, catálogos, fotos, cartas...

No se tomaba vacaciones. Trabajaba casi todo el día, y por la noche. Para ella era normal vivir y recrear la existencia y la obra de su padre. Era muy afectuosa con él y con su memoria, y lo fue con mis dos hermanos y conmigo.

¿Qué le sugiere Maella?

A mi abuelo le interesaba mucho la fotografía, la usaba para su trabajo y el estudio de la luz. La foto es la escritura de la luz. En la exposición hay una foto de su familia tomada por Pablo Gargallo. Todo el mundo lleva un fruto en la mano. Todo eso es Maella.

¿Han ido mucho a Maella?

El ambiente y la casa-museo me hacen recordar la casa de Goya en Fuendetodos. Pierrette se ocupaba más de Maella que yo.

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