POESÍA. ARTES & LETRAS

Historia del futuro: el último y conmovedor poemario de Sánchez Vallés

El poeta publica un libro conmovedor sobre la memoria familiar más dolorida en ‘Historia del mundo antiguo’, editado por Pregunta

El poeta y narrador Sánchez Vallés ha acudido a una historia familiar.
El poeta y narrador Sánchez Vallés ha acudido a una historia familiar.
Oliver Duch.

La editorial Pregunta presenta ‘Historia del mundo antiguo’, último trabajo del oscense Joaquín Sánchez Vallés, quien —con un catálogo significativo— es una de las figuras más sólidas de nuestra literatura. Este nuevo poemario no resulta novedoso, en lo que se refiere a su reconocible estilo (al que da continuidad), aunque se muestra revolucionario atendiendo a las coordenadas en las que se inscribe su temática. 

El estilo poético de Sánchez Vallés es claro, coloca con manos límpidas cada palabra de forma correcta, pertinente, significativa, dando lugar a versos ‘aprosados’ en los que rezuma la elegancia, la dignidad, la educación de quien tiene en la palabra espejo para su alma, pues basta leer sus versos para mirar a los ojos del autor. También tienen sus serenos fraseos un poso clásico de seriedad, como alocuciones que se dirigiera a sí mismo para instruirse, para marcarse las reglas generales de un universo, de un mundo antiguo que ocurre también ahora. Entre su verso libre encontramos un ejemplo de perfección en el soneto “Un lugar”, en el que el arte mayor del endecasílabo recoge toda su frustración histórica.

En cuanto a la temática —que viene a llenar un hueco en el coro que canta nuestra herencia reciente—, la tesitura en la que entona Sánchez Vallés es de “victoria” amarga. Amarga por el sabor que deja en los labios de la infancia constreñida a las costumbres impuestas por el fascismo y victoria (entrecomillada) porque expone no sólo el silencio que se sienta a la mesa de quienes fusilaran en las tapias de las posguerra, sino porque demuestra la derrota que llegó a los vencedores, quienes sufrieron igual merma de libertad, adoctrinamiento, incuestionable marcialidad, que vivieron con el temor divino a lo más “humano” y que —en definitiva— supuso la pérdida de un tiempo absolutamente feliz y libre, como debería ser el de la infancia: único paraíso y patria del hombre, como declarara el poeta Rainer Maria Rilke.

Así, este poemario de Sánchez Vallés se escribe desde un lugar en el que parece que “la larga cadena de cadáveres hubiera sido solo / una atracción de feria en domingo de pueblo” y es por eso que este poemario ni es confesión ni es culpa —aunque lo linden— sino que es hito, piedra en el margen del camino que pretende evitar el extravío de quienes vienen detrás, de quienes puedan estar tentados de abrazar o desear una sinrazón que venga a imponer pensamientos, restricciones, marcialidad o, en su exacerbación, nuevas tapias, pues ante la actual desmemoria que viene poniendo de moda actitudes, señalamientos, uniformidades y soflamas vacías, nos advierte: “Pero mi hijas / recordarán”.

Por ello, la coda, el 'Epílogo contemporáneo', con el que se cierra el poemario, es la pertinente actualización a los versos que Sánchez Vallés guardara en el cajón cerca de veinte años (por cariño y respeto) y con el que se llega al momento actual, momento en el que el autor reclama también para sí España, “diré el nombre de España. / Le daré forma de pan, lo partiré en las manos / y gozaré su denso olor caliente”. Una España, por tanto, beneficiosa, sustancial, agradable a los sentidos, un pan que todos compartan y con el que puedan comulgar y sobre el que, nos dice, “apretaré los dientes / para que nunca más podáis robármelo”. En suma, una lectura de gran provecho.

LA FICHA

'Historia del mundo antiguo'. Joaquín Sánchez Vallés. Pregunta. Zaragoza, 2022.

* Ricardo Díez Pellejero es Ingeniero y poeta.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión