De tardeo hacia la Noche en Blanco más variopinta, divertida y rompedora

Las propuestas gratuitas y abiertas se acercaron a los más jóvenes con la puesta en escena de todo tipo de expresiones culturales en los museos de Zaragoza.

La Noche en Blanco zaragozana empezó en tiempo de tardeo. A eso de las siete, la cultura gratuita y abierta que representa este evento nacido en París hace 20 años se extendió por la ciudad como una mancha de aceite. El objetivo: acercar a los más jóvenes a todo tipo de expresiones culturales.

El diseño del programa municipal, a cargo del colectivo juvenil Rompepuertas, invitaba a ello. Enseguida se percibió en los distintos escenarios que la celebración iba a ser divertida y rompedora. De qué forma si no podrían describirse la batalla de gallos (duelo de raperos), la presencia de dj´s y un show drag que se desplegaron en el Museo del Teatro de Caesaraugusta.

Más tranquila fue la puesta en escena a primera hora de la tarde en el Pablo Gargallo, donde la I Feria de Arte Joven Emergente se desarrolló entre poemas y poetas que se sucedieron en las lecturas. También hubo espacio para la pasarela de moda Gargallo a la mode.

Más dinámica y versátil, incluso, fue la propuesta del Museo de Zaragoza. Teatro y taller para familias; swing para caldear el ambiente; la magia del cancionero norteamericano de Cole Porter y la estimulante danza de La Mov para cerrar la jornada.

En el Paraninfo, las visitas guiadas tuvieron buena acogida, junto al cine en el patio alrededor de la figura de Segundo de Chomón. Compitieron en tirón popular con las teatralizadas del Patio de la Infanta. “Hay tantos detalles en sus columnas que desconocía”, comentaba una sorprendida espectadora. En este escenario, el registro cambió al caer la noche con el concierto de Mambo in Black.

En el Museo del Foro de Caesaraugusta la cita fue con una muestra de cine joven y los espectaculares efectos artísticos del videomapping. Tras este aperitivo, tomó el relevo un bingo cultural para dar gusto a todo tipo de público.

Sin duda, una de las experiencias más llamativas se vivió en el Museo del Fuego. En él se recreó el ritual tradicional japonés Hi Matsuri, parecido a nuestra noche de San Juan. Músicos, bailarines, ‘performers’ y rapsodas ofrecieron un espectáculo visual alrededor del fuego purificador para quemar todo lo negativo y no deseado.

También participaron los museos dependientes del Gobierno de Aragón. En el Pablo Serrano se puso de largo el corto de animación 'El niño que retrató monstruos: una ficción sobre Francisco de Goya'. A continuación, el público disfrutó de la pieza musical 'Aquelarre', interpretada por Pilar Amalé.

Más clásicas fueron las visitas guiadas en La Lonja para conocer la exposición ´Estancias` del Banco Sabadell; los recorridos por el palacio de la Aljafería, que abrió sus puertas cuando cayó la noche, o los pasaclaustros con los Ministriles de Zaragoza en la iglesia de San Pablo, un paseo artístico-musical en recuerdo de las antiguas tradiciones y celebraciones que recorrían los muros centenarios de la iglesia.

En la Fundación Caja Rural de Aragón actuó el señor Isasi en formato acústico, hubo jota, numerosas visitas, y en poco más de dos horas, José Antonio Artigas ya había contabilizado 1.000 personas. La noche era más que blanca, luminosa. 

Lo dicho, un auténtico maratón de actividades con los más jóvenes en el punto de mira, pero con alternativas para todas las edades y gustos.

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