Cine negro con sello iraní
En las dos últimas décadas, el cine procedente de Irán ha proporcionado grandes realizadores, de los que muchos tuvieron que optar por el exilo -exigencias del régimen político-, filmes muy destacados, algunos galardonados en los festivales europeos y, también, argumentos en los que la vida en el país de los ayatolás quedaba reflejada de maneras muy diversas, pero siempre reales.
Saeed Roustayi firma con ‘La ley de Teherán’ su segundo largometraje como director y guionista, abordando unos contenidos que sorprenden por la diferencia que marca respecto a los contenidos más comunes en el cine iraní. Roustayi no trata un único conflicto social, ni tan siquiera cuestiones directamente relacionadas con la sociedad del Irán actual. Aunque es justo decir que todo ello está expresado y reflejado en el desarrollo de esa interesantísima muestra de cine negro que es ‘La ley de Teherán’.
Un policiaco, un filme ‘noir’ en el que se mezclan policías y ladrones, en este caso, narcotraficantes, en el que, como manda el género, siempre hay un poli con problemas familiares a costa de su trabajo y, evidentemente, hay malos que lo son pero no en exclusividad ni en exceso, ‘La ley de Teherán’ contiene una de esas historias que hemos visto muchas veces en el cine, pero la ofrece mediante sorpresa y originalidad. Así es como nos llega la historia de ese policía empeñado en destruir una potente red de narcotraficantes, los cuales están destrozando las vidas de cientos de miles de personas y familias, y, al mismo tiempo, la historia de ese narco que, pese al mal que ha hecho, acaba siendo presentado como un personaje que, finalmente, se convierte en el más interesante y sorprendente de este filme.
Película que llega con casi tres años de retraso por el parón de la pandemia, ‘La ley de Teherán’ es un muy interesante, razonablemente creíble, entretenido y bien realizado e interpretado ‘thriller’ con sello iraní.
