TEATRO. OCIO Y CULTURA

Antonio de la Torre: «El día que esté cómodo con un personaje me retiraré»

Desde hoy hasta el domingo se representa en el Teatro Principal de Zaragoza  ‘Un hombre de paso’, sobre el Holocausto, con el actor como protagonista

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Antonio de la Torre encarna a Maurice Rossel, un observador de la Cruz Roja.
Natalia Rodas.

¿Por qué ha vuelto una década después de ‘Grooming’ a las tablas?

Ha sido una casualidad. Manuel Martín Cuenca y yo somos amigos desde hace treinta años, es mi hermano del alma, y hemos hecho muchas cosas juntos. Siempre nos decíamos: «A ver cuando hacemos algo en el teatro». A veces no he podido hacer más teatro por la conciliación, los dos niños, el cine, las series...

¿Y qué pasó, la pandemia quizá?

Exacto. Felipe Vega le pasó una dramaturgia que creó en torno a una entrevista real que le hicieron a Maurice Rossel, que era un miembro de la Cruz Roja que no vio el Holocausto, aunque lo invitaron a Auschwitz y Terezín… Felipe Vega se inventó un duelo verbal entre el citado Rossel y el escritor y químico Primo Levi (al que da vida Juan Carlos Villanueva), que estuvo en Auschwitz.

No están solos en la obra ‘El hombre de paso’.

Con ellos está una periodista que es un trasunto del cineasta Claude Lanzmann, el autor de ‘Shoah’, el documental sobre los campos de exterminio. Lo que va a ver la gente en el Teatro Principal en realidad es una ficción, pero el 90% de todo lo que se dice en la obra se dijo en una entrevista de Lanzmann al propio Rossel, que grabó para ‘Un Vivant qui passe’.

Estamos hablando de hechos reales.

He visto ‘Shoah’ y también la entrevista de Lanzmann a Rossel. Los dos personajes se reúnen –en la ficción– en el hotel Roma de Turín, y la actriz María Morales encarna, por decirlo así, al propio Lanzmann… Las preguntas que le hace son las mismas que Lanz-mann le hace a Maurice Rossel. La idea, en el fondo, es la de un encuentro casi documental…

Antonio de la Torre con María Morales y Villanueva.
Juan Carlos Villanueva, María Morales y Antonio de la Torre.
Natalia Rodas.

Tengo la sensación de que este personaje es un poco incómodo: por una parte, es un tipo al que engañan y se deja engañar, y a la par es indolente y sobrado…

Ya tengo una edad, 53 años, y a veces construyes un relato donde justificas lo que has hecho o pudiste hacer, y ese relato lo acomodas un poco para borrar la culpa y encontrar la paz contigo mismo. Digo esto porque el Rossel real solo concedió una entrevista a Lanzmann; fue en los 80, no se publicó hasta el año 1997, el año en que se murió Rossel. Creemos que él no salió nada contento de la entrevista porque no sale bien parado…

Creo que mandó al realizador una carta donde pedía que no le dejase demasiado en ridículo o demasiado patético.

Él habla tomando la distancia y yo he intentado hacer este mismo viaje. Es muy interesante. Lanzman le confronta de una manera muy inteligente, muy suave, sutil y pausada. Este es un relato de nuestro tiempo. Nos sentimos más reconfortados pensando que Hitler fue un asesino, y un diablo, pero fue un ser humano, y el Holocausto se dio porque millones de personas miraron para otro lado. Como sucede ahora con Ucrania. Si no miramos a otro ser humano como una proyección de nosotros mismos, cualquier horror es posible. Ahora y en un futuro.

Resulta difícil aceptar la actitud de Rossel.

A veces el horror de la vida es tan descomunal que necesitamos fabricar un mecanismo de salvación y de redención. Y mucho más los que no somos creyentes. Buscamos una ética del sufrimiento, de la empatía, porque de lo contrario cualquier atrocidad es posible. Y de ello ya hablaba Hanna Arendt en ‘La banalidad del mal’. Como actor, el día que me sienta cómodo en algún personaje debería retirarme.

Vaya titular.

Nunca acierto con los titulares, yo fui plumilla de deportes hasta 2007. Era un pésimo periodista, pero en realidad no lo dejas nunca. Sigo siendo periodista. Lo que más me gusta de mi oficio es documentar los personajes, la investigación periodística, y sueño hacerlo luego tan bien como me he documentado. Y creo que el espectador también disfrutaría más viendo cómo preparo los personajes que como los encarno luego en el cine o en el teatro.

Hombre, si parece usted el actor total. Dos Goyas, muchísimos premios, varias películas a punto de estrenarse...

¿Qué dice? ¡Por favor! Es una gran batalla y se hace lo mejor que se puede. Si yo le pudiera poner a la interpretación la gran pasión que le pongo a la preparación...

¿Qué le parece lo que le ha sucedido a Santi Millán?

Me ha parecido terrible. ¿A quién le importa lo que haga Santi Millán con su vida privada? Que cada uno viva su vida y olvide la de los demás. Me ha parecido impecable la respuesta de Rosa, su mujer, diciendo que la víctima es él. A la vez hay mucho machismo… Esto es el reflejo de la sociedad que seguimos teniendo: patriarcal, católica, apostólica y, sobre todo, cotilla y cateta.

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