Santi Rex, cantante: "¿Bitcoin? El mundo va a una velocidad que no es la mía"

Rex (Zaragoza, 1964) es un icono de la modernidad en Zaragoza. Actúa este sábado en la sala Nazca de Madrid con su banda, Niños del Brasil, teloneados por After The Rain

Santi Rex, cantante de Niños del Brasil, el pasado miércoles, en Zaragoza.
Santi Rex, cantante de Niños del Brasil, el pasado miércoles, en Zaragoza.
Toni Galán

Para el Foro, con arte y decoro.

Hace doce años que no tocábamos en Madrid; fue presentando ‘Géminis’, nuestro disco de 2009. Lo de ahora parte del concierto del verano pasado en el Jardín de Invierno, con 700 personas; ahí celebramos 30 años de ‘Mensajes al viento’ y 35 de trayectoria del grupo. Había ganas de volver a Madrid y a Barcelona, tocamos hace quince días y ahí no íbamos desde los 90. Espero que este sábado lo pasemos igual de bien que el otro día. Es una plaza agradecida para nosotros, y sabemos que hay ganas de bailar.

La excursión a tocar en la capital no siempre supone dividendos para los grupos de Zaragoza.

El promotor Chema Fernández siempre me dice que somos de los pocos que volvemos aquí con dinero cuando tocamos fuera. Ojalá. Ahora vamos cinco: Nacho Serrano y yo, Nacho Saldaña en la guitarra, Adrián Garcés en la batería y supliendo a Antonio, que no puede venir esta vez, Beto Foronda al bajo. Con Nacho Saldaña ha sido un reencuentro, ya tocó la guitarra con nosotros hace tres décadas en aquél concierto de la Romareda con Héroes y Novias, y los dos jóvenes tocan mucho, tienen ya experiencia y han puesto algo más de rock al directo.

Serrano y usted siempre han tenido un punto punk.

De ahí venimos, de los Sex Pistols y la new wave, que también tenía ese espíritu. Entonces valían las ideas y la actitud sobre la técnica, mandaba el discurso nuevo. Toda nuestra generación iba por ahí, con honrosas excepciones. En los 90 la cosa se profesionalizó más en cuanto a aprender música de manera más natural. Yo canto mejor, los Nachos han progresado mucho técnicamente, pero el toque naïf no lo hemos perdido.

En los 80, sus propios coetáneos le miraban en Zaragoza como a un icono de la modernidad. ¿Cómo llevaba eso de ser ‘influencer’ antes de que se popularizase el término?

¿Influencer? No, yo era más bien un límite generacional; siempre andaba con gente algo mayor, era el más pequeño de la generación del rock urbano, y en los 80 veníamos ya con ganas de color, pelo y reflejar aquí lo que veías en las revistas, en los primeros vídeos que llegaban a la tele, en las primeras visitas a Londres… cuando comenzó Niños del Brasil yo era el mayor de toda esa generación que englobaba a Héroes, Intrusos o Días de Vino y Rosas. Quizá para ellos fui referente en un momento determinado, pero no de manera consciente. Nunca he pretendido ser nada de eso, simplemente he vivido lo que me ha tocado, lo que he querido y he podido del modo en que he creído conveniente.

Aquí giraban entonces los cuellos a su paso, por la imagen rompedora que transmitía: en Londres era uno más en la jungla de la modernidad.

Allá buscabas y encontrabas, sí. El primer viaje fue en el 83, yo no tenía ni 20 años. Mercadillos de discos, tiendas de ropa, museos y galerías, conciertos… un día tras otro. También te digo que las ciudades tienen su momento: no vayas ahora buscando aquello, la cosa ha cambiado. Hace pocos años estuve en Nueva York por primera vez y estuvo bien, pero me hubiera encantado la del 77 con Blondie, Los Ramones, Patti Smith o Lou Reed tirado por ahí. No tiene sentido buscar eso ahora.

Usted siempre ha tenido debilidad por el arte plástico. ¿Dónde le dio el ‘stendhalazo’ más fuerte?

Una vez en la Tate, cuando descubrí mi gusto por el arte contemporáneo allá, porque tiraba más a los clásicos. El British Museum es brutal, claro… pero el arte es un concepto muy amplio, también se halla en el gusto por callejear y sorprenderse. ¿Sabes que en una de las últimas visitas fui a ver a Amaral?

Su hermano Jesús fue pionero en buscar una nueva forma de vida en pueblos abandonados en el valle serrablés de la Guarguera, y otro hermano, Chavi, ha sacado su primer disco con 60 años.

Nuestros padres nos educaron así, en buscar nuestro camino para ser felices. Jesús es el mayor y decidió desde muy joven que lo suyo era la ecología, la naturaleza, el pacifismo… es su opción de vida, que me parece fantástica. Chavi siempre ha cantado y tocado la guitarra, le encantan Silvio o Hilario Camacho, pero yo no sabía que componía hasta que durante la pandemia enseñó canciones suyas por Youtube; me parecieron muy buenas, y le ayudé a grabarlas en estudio junto a Nacho Saldaña; hasta hicimos una a dúo.

Los músicos zaragozanos suelen tener a Santi Rex entre el público antes o después.

Es que me gusta mucho ir a conciertos, es una de mis pasiones; hacer el idiota y tomarte una cerveza con gente a la que quieres y música en directo es fantástico. Raramente me puede la pereza con eso, aunque por otro lado cada vez me interesan menos cosas; ¿Bitcoin? El mundo va a una velocidad que no es la mía. En esta ciudad hay muchos artistas interesantes, desde siempre. Santoral me encanta, por ejemplo, una explosión de ideas geniales expuestas de una manera sencilla y fresca. Pero vamos, que hay muchos. Por otro lado, debido a mi edad, he visto nacer, crecer y morir grupos que me encantaban; Volador, por ejemplo. Y Míster Hyde no tenía nada que envidiar a gente que triunfa como Second o Viva Suecia, que también me encantan.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión