¿Se reblandecerán los relojes? El Café Botánico alberga ‘La cena del surrealismo’

La idea del dúo aragonés compuesto por Alberto Monreal y Neo Fénix, prevista para este jueves 9 de junio, no se limita a un menú temático.

Cena inspirada en el 'pop art', con Fénix como Warhol y Monreal como Marilyn (centro).
Cena inspirada en el 'pop art', con Fénix como Warhol y Monreal como Marilyn (centro).
Paloma Marina

En la vida se pueden hacer muchas cosas, con y sin recursos, si hay ideas y arrojo. La afinación del ‘conceto’, como decía Manquiña en ‘Airbag’, depende tanto de los recursos como de la osadía y preparación que exhiban quienes proponen los inventos. Este jueves 9 de junio se celebra en el Café Botánico de Zaragoza ‘La cena del surrealismo’, propuesta hecha por la dupla aragonesa que forman Alberto Monreal y Neo Fénix; es arte enmarcado en arte, arte para epatarte… si te dejas, claro. 

El cupo es de 45 personas; el precio, 20 euros. Puede reservarse plaza en el Instagram del Café Botánico o en el 697 266 579. La cena empieza a las 20.30.

Tanto Monreal como Fénix añaden a su perfil artístico la rama pedagógica; de hecho, este jueves se ha previsto una actividad de tarde con niños que comenzará a las 17.00 y se extenderá hasta las 18.30; habrá un espacio en el pasaje del Ciclón para que los peques pinten ‘a là Miró’ los manteles que se emplearán dos horas después en la cena. Las dos actividades no están necesariamente relacionadas; es decir, se puede llevar a los niños a pintar aunque no se haya reservado lugar en la cena.

No hay reparto específico de funciones entre los organizadores. “Es todo muy orgánico, hacemos de todo, hemos diseñado todo… aunque los profesionales del Botánico cocinarán la cena que les proponemos. Nos encanta la cocina, pero es mejor dejar eso en sus manos mientras nos centramos en el resto de la propuesta”.

De estilo en estilo

Monreal explica que la cena del jueves, que incluye espectáculo, es parte de un todo que sigue creciendo. “Sacamos afuera un proyecto ya desarrollado en casa a nivel ‘light’, y que consiste en crear platos basados en corrientes de la historia del arte. Hay una carga divulgativa, porque explicamos el estilo en cuestión de un modo muy lúdico, entretenido y relacional; servir comidas y compartirlas es un caldo de cultivo para generar relaciones humanas”.

La velada se articula en el disfrute gastronómico y en ciertas dinámicas. “Tenemos nuestras parafernalias, detalles de vestuario, montaje escénico, desfile de sabores… y aunque el aforo sea limitado, el Botánico es un espacio que respira, y contamos con que llame la atención de la gente que pasee por fuera. En cuanto a las recetas, prefiero mantener un poco la sorpresa para los asistentes, pero garantizo que no se van a ir con hambre”.

Monreal hace la precisión porque no se trata de raciones pantagruélicas, ni hay guiños a Marco Ferreri… al menos, en esta ocasión. “Son cinco propuestas en formato tapa; en una de ellas damos opción a elegir, y también en el postre, pero el resto es aventurarse a comer lo que nosotros pongamos en el plato: a la aventura. Y nadie se debería ir con hambre. En el precio, por cierto, se incluye una bebida y la infusión o café al final. Sí quiero destacar que el pan será un elemento muy importante, porque también lo es en el surrealismo y merece una presencia especial”.

El artista zaragozano revela que “a Dalí le obsesionaba el pan, por ejemplo; trabajó mucho iconográficamente este producto, que también mantiene una fuerte relación con la religión y la idea del desarrollo humano. No en vano es uno de los alimentos procesados más antiguos… personalmente, también me obsesionó un tiempo: colgaba panes en mi casa. Es algo sagrado, te incita a la adoración”.

Fénix y Monreal, en el cartel de 'La cena surrealista'.
Fénix y Monreal, en el cartel de 'La cena surrealista'.
HA

Otras inquietudes

El dúo diversifica mucho sus esfuerzos en cuanto a disciplinas. Fénix es referente local del ‘drag-king’, y Monreal organiza retiros de arte y creación en la naturaleza bajo el epígrafe de Esporas: el último se desarrolló el pasado fin de semana en el Matarraña. “Fue la quinta edición, en la Kurkum Farm de Cretas, junto a Ita Raskin; empezamos en el valle extremeño del Ambroz y los demás han sido en Aragón. Hubo una primera experiencia más pequeña en La Cartuja, y también hemos ido al entorno del Moncayo y al Santuario de Bruis, en Palo, junto a La Fueva; lo hacemos en espacios autogestionados o naturales, donde poder hallar un discurso y crecimiento personales, pracicando meditación, abundando en disciplinas diversas como la escritura, el arte conceptual o la ecstatic dance. Además, son enclaves naturales sanadores, individual y colectivamente”.

Monreal también ha colaborado con la cineasta Vicky Calavia en la última edición de La Mirada Tabú, una entente que quizá se lleve a otros puntos de la geografía española próximamente. El zaragozano también ha hecho trabajos conceptuales con el grupo Rosin de Palo, como la reciente performance del dúo en la plaza del Pilar. “También colaboro mucho en Luna Roja, espacio de arte emergente de Paloma Marina; allí hicimos un taller de performance. Cada mes se organiza un sábado de escena abierta en Luna Roja, que en junio será precisamente el próximo, día 11. La entrada es abierta y el aporte, voluntario”.

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