Elvis, del 'sí, quiero' al 'no puedo'

La empresa que posee los derechos de imagen del rey del rock prohíbe que sus dobles oficien las míticas ceremonias que han dado fama a Las Vegas.

Graceland, la casa de Elvis Presley.
Graceland, la casa de Elvis Presley.
Pixabay

Cantaba Elvis Presley en 'Can't Help Falling In Love' aquello de 'Toma mi mano, toma mi vida entera también, porque no puedo evitar enamorarme de ti'... No podía imaginar el músico de Tupelo, Misisipi, que 45 años después de su muerte, miles de parejas pondrían de fondo su canción para jurarse amor eterno y mucho menos que en Las Vegas, donde el rey del rock acabó sus días, iba a florecer una industria tan potente y excéntrica como la que levantaron sus dobles e imitadores, que llevan oficiando bodas exprés desde que la capilla Graceland acogiera la primera en 1977. Es irónico porque Elvis tan solo pronunció el 'sí, quiero' una vez, a Priscilla, y lo hizo ataviado con un esmoquin negro de seda y no con un brillante mono lleno de lentejuelas. Su ceremonia, eso sí, duró ocho minutos tras la que los recién casados bailaron 'Love Me Tender', al compás que marcaba un trío de cuerda. El matrimonio apenas duró seis turbulentos años.

Ahora 'Authentic Brands Group', la compañía que posee los derechos de imagen del intérprete de 'Suspicious Minds', ha enviado cartas de cese y desistimiento a las numerosas capillas de Las Vegas que utilizan la imagen de Elvis en ceremonias temáticas, según ha relevado la publicación 'Las Vegas Review-Journal'. En la misiva, la empresa explica que "el nombre de Presley, su imagen, la imagen de su voz y otros elementos de su personalidad", así como el mote el 'rey del rock', son marcas registradas y protegidas. La medida no acabará, sin embargo, con la fuerte presencia de Presley en la ciudad de los casinos y las luces de neón, ya que los dobles del astro podrán seguir imitando al músico para regocijo de los turistas.

La noticia ha caído como un jarro de agua fría entre los responsables de este tipo de negocios. "Somos un negocio familiar, y ahora competimos con los peces grandes", explica a la agencia AP Kayla Collins, responsable, junto a su esposo, de una capilla y una página web para organizar este tipo de eventos. "Es lo que nos da de comer. No lo entiendo. Después de la covid, estábamos recuperándonos, y ahora sucede esto", lamenta. No le falta razón. La pandemia paralizó el turismo y algunos de estos establecimientos acabaron oficiando bodas por videollamada.

La secretaria del condado de Clark, Lynn Goya, asegura que la carta de 'Authentic Brands Group' no podía haber llegado en peor momento, ya que la industria de bodas de la ciudad genera alrededor de 2.000 millones de dólares al año (unos 1.865 millones de euros al cambio). La ciudad acoge anualmente más de 80.000 bodas, lo que de media supone unas 200 al día y se estima que al menos doce al día son oficiadas por imitadores de Elvis.

Tan emblemática se ha vuelto la capilla Graceland, que músicos como Jon Bon Jovi, Billy Ray Cyrus, Aaron Neville y miembros de bandas como Def Lepard, Kiss o Deep Purple no se han podido resistir a pasar por el altar del rey.

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