crítica de música
Espectacular Jakub Orlinski

Cantante y pianista fundieron su sonido en una melodía sorprendentemente magnética, donde escuchamos el timbre aterciopelado propio de una contralto, unido a la potencia articulatoria masculina. El contratenor Jakuv Orlinski ofreció un canto de voz blanca, firme, sin vibrar, sin moverse de la coma central muy bien acompañado al piano por Michał Biel en un diáfano ‘Non t’amo per il ciel’, de Johann J. Fux.
El recital de Orlinski, la apuesta fuerte de la temporada de la Filarmónica, traía un fuerte componente de canciones de Henry Purcell. Así, del compositor londinense escuchamos ‘Music for a while’, que fluyó impoluta y decidida en la voz del polaco, quien siguió con la ‘Fairest Isle’ cargada de aires patrióticos ingleses, y luego con una espectacular interpretación de ‘Cold song’. Una hermosa ‘canción fría’ de resonancias vivaldianas, donde la voz de Jakub Orlinski reguló un crescendo estremecedor hasta el escalofrío, bien acompañado por el piano de Biel, intensamente cromático en sus transiciones tonales, con la consiguiente ovación atronadora del público. Público al que Orlinski siguió deleitando con los melismas de ‘Strike the Viol’, la coloratura ágilmente articulada de ‘Your awful voice I hear’, o su exhibición de canto ligado en ‘If music be the food of love’.
Del compositor polaco Henryk Czyż, escuchamos ‘Pożegnania’, cuyas canciones sonaron envueltas en un ambiente emocional profundo, que el cantante supo enfatizar con líneas vocales líricas, bien arropadas por Michał Biel al piano. Rasgos también presentes en las piezas de Stanisław Moniuszko y de Mieczysław Karłowicz, muchas de ellas cargadas de melancolía, sobre cuyos cromatismos resbaladizos Orlinsky navegó firme en su singladura musical zaragozana, que culminó espectacularmente con ‘Alleluja, Amen’, de G. F. Händel.