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Muere el cineasta turolense Jesús Lou

Colaboró durante años con El Silbo Vulnerado, trabajó con los realizadores Emilio Casanova y José Miguel Iranzo, y eligió el cine documental

Jesús Lou trabajó en muchas cosas del mundo del espectáculo, pero su gran pasión fue el cine documental. Autorretrato.
Jesús Lou trabajó en muchas cosas del mundo del espectáculo, pero su gran pasión fue el cine documental. Autorretrato.
Jesús Lou.

Ha fallecido el cineasta, operador de cámara y fotógrafo Jesús Lou (1957-2022), que procedía de Plou, al lado de Muniesa, en Teruel. Se instaló muy pronto en Zaragoza con su familia. Inicialmente, en su juventud, contactó con el núcleo de jóvenes cristianos y no tardaría en incorporarse al movimiento de objetores de conciencia.

Lector apasionado y cinéfilo, aficionado a realizar una lectura transversal de las artes y buen lector de la generación del 27, de Hermann Hesse y de ‘La Edad de Plata’ de José-Carlos Mainer, no tardaría en pasar del cine al vídeo. Tanto Luis Felipe Alegre, actor y director del grupo teatral El Silbo Vulnerado, como el realizador Emilio Casanova lo conocieron muy bien y trabajaron con él. Alegre lo retrata así: “Yo creo que fue de los pioneros que dieron el salto del cine al vídeo y lo hizo con buen gusto y profesionalidad. Nuestros inicios están unidos a él, que hacía muchas cosas y era muy creativo”.

Casanova dice: “Hemos colaborado mucho. Recuerdo que en los 80 él trabajaba en una empresa en Madrid y yo estaba en Barcelona. Hablamos y vi que él tenía ganas de volver a Zaragoza: así lo hizo, yo también, y trabajamos en muchos proyectos. Recuerdo, entre otros, documentales y grabaciones sobre Goya, Antonio Saura, el grupo Pórtico, la obra mural de Goya en Aragón y diversos trabajos sobre restauración del patrimonio, proyectos dirigidos en ocasiones por Concha Domínguez”, dice Emilio Casanova. El director de películas sobre Ramón Acín o Pilar Bayona asegura que “con Jesús Lou y Blas Calvo hicimos un equipo y trabajamos mucho en los 80 y los 90. Y luego, ya a principios del siglo XXI, hicimos ‘Ramón Acín. La línea sentida’, la documentación y la base de datos de los fondos de Ramón Acín y su hija Katia Acín Monrás, y de toda la familia en general”.

Luis Felipe Alegre, objetor de conciencia, fue de sus primeros y más cercanos amigos con el guitarrista Gregorio Maestro, el fotógrafo Antonio Ceruelo, más tarde el director teatral Héctor Grillo, etc. “Jesús Lou hizo de todo con El Silbo Vulnerado: fue actor y salía a escena, fue productor, fue documentalista, yo diría que hasta el año 1995 o así de la compañía. En 1979 compramos una cámara con un magnetoscopio y él solía grabar los espectáculos. En su buhardilla de la calle Miguel Servet nos reuníamos allí para preparar un espectáculo de las ‘Coplas’ de Jorge Manrique”. La editora de Olifante, Trinidad Ruiz Marcellán, también trabajó mucho con El Silbo Vulnerado. "A Jesús lo recuerdo con mucho cariño. Siempre estaba por allí, próximo a los proyectos de la compañía, y se implicaba con mucha pasión".

Otro de sus grandes amigos fue el escritor y cinéfilo Carlos Calvo, Carlos 'Quiterio', que lo fue visitar en varias ocasiones a los dos pueblos en los que vivió en los últimos años: Trébago, en Soria, y Bulbuente, en Zaragoza. “Sinceramente, creo que fue un buen documentalista, colaboró con el director José Miguel Iranzo y deja un legado valioso. No se lo tomó en serio del todo, era muy disperso, pero aspiraba a un cine total, y ha dejado piezas preciosas. A mí me gusta mucho ‘Aparición de la Virgen’, de lo mejor que se ha hecho en Zaragoza en cine documental”.

El realizador y director Javier Jiménez, de Freeman Creación, dice: "He trabajado mucho con Jesús Lou en diversas épocas de mi vida. En 1990 y 1991, trabajamos en la 'Historia de Aragón', que dirigió José Luis Corral, realizó José Miguel Iranzo y Jesús fue operador de cámara con Fernando Medel, con quien trabajó a menudo. Conservo grandes recuerdos de él. Era un cineasta de escuela, clásico, trabajador, no le servía cualquier cosa. Adoraba el cine clásico. Recuerdo muy bien que estaba fascinado con un trabajo, 'Maestros de la luz', que me recomendó y que explica muchas cosas de su propio trabajo".

Javier Jiménez recuerda muchos proyectos en los que participó como 'Goya. Pintar hasta perder la cabeza', cosas para Círculo de Lectores, un vídeo sobre Adolfo Suárez, etc. "Con Estudio 55 hicimos un trabajo sobre la Semana Santa de Zaragoza: 'Conviene que un hombre muera por todo un pueblo', que se rodó en 1997 y se estrenó en 1998 con gran éxito. HERALDO sacó a la venta el vídeo y se vendieron más de 12.000 copias. Y ahí estaba Jesús", dice conmovido y sorprendido ante la muerte del amigo y compañero.

Eduardo Laborda e Iris Lázaro lo conocieron y lo trataron mucho: en Zaragoza, especialmente en las noches del bar Bonanza, con el poeta Manuel Forega y tantos y tantos otros artistas, y en Trébago, el pueblo de la pintora. “Jesús trabajó una década en el pueblo y dejó una buena imagen. Era creativo, emprendedor, llevó el bar, se encargó de la limpieza, atendía con cariño a los ancianos. Y la gente, de veras, lo quería mucho. Se implicó y se sintió muy cómodo allí”, dice, apenado, Eduardo Laborda. 

En los últimos años, se casó con Anjelika, una mujer de Georgia, y se trasladó a Bulbuente; fue allí, ante el majestuoso Moncayo, donde se le reveló el cáncer de vejiga que iba a acabar con su vida. Sus amigos de la localidad, Juan Carlos, Miguel, Carri, Jesús y otros, recuerdan: "Anjelika ha sido su única preocupación de Jesús este último año y medio, despreciando, y afrontando, su enfermedad con la misma sonrisa que le ha caracterizado siempre. Desde que le fue diagnosticado el cáncer ha vivido cada día nuevo como un regalo, y así lo comentaba con toda naturalidad, en la terraza de los cafés del pueblo. 'Cuando despierto y veo amanecer me digo: ah, hoy también vivo'. Ha sido un verdadero regalo conocerle y disfrutar de su sencillez y simpatía", dicen a HERALDO.ES.

Uno de los trabajos de los que sentía más orgulloso fue la digitalización que hizo de la obra pictórica de Manuel García Maya. En ‘El pollo urbano’ recordó el regalo que le hizo al artista, bohemio y camarero del Bonanza: “En 1999, junto con un grupo de amigos míos y también amigos de Manolo, realizamos un CD interactivo, titulado ‘Obra y zozobra’, sobre la figura y obra de Manuel García Maya. El objetivo de este CD era hacerle un regalo a Manolo para que dispusiera de gran parte de su obra fotografiada y catalogada mínimamente, añadiendo, además, datos biográficos, facsímiles de sus singulares cuadernos y algunas de sus músicas favoritas, entre otras cosas. Sólo se hizo un CD original que entregamos a Manolo para su uso y disfrute, diciéndole que si deseaba regalar el CD a algún amigo nos pidiera copias. Fueron, al final, seiscientas –sí, seiscientas– las copias que distribuyó Manolo gratuitamente entre sus amigos”.

Que descanse en paz, él que tanto y tanto buscó el temblor de la vida.

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