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Intercambio de ropa: una forma original (y barata) de renovar el armario para el verano

La especialista en sostenibilidad textil Taymir Faye organiza una 'swap party' este martes en Le Petit Coin de Zaragoza.

Esta semana acabará con los termómetros rozando los 30 grados y ya no caben remoloneos: es hora de guardar los jerseys y sacar las camisetas de tirantes. Se impone el cambio de temporada en el armario que para muchos es también una suerte de autoexamen. De conciencia y corporal: ¿qué ropa ya no nos cabe? ¿Qué prenda lleva dando vueltas varias temporadas sin que nos la hayamos puestas jamás? ¿Qué vestido étnico comprado en no sé qué viaje es hora de admitir que fue un compra errónea? ¿Qué posibilidad hay de que los cajones nos revienten?

Reencontrarse con la ropa de verano y guardar la de abrigo no es solo una cuestión de hacer espacio físico sino también mental. Y ese aspecto, el psicológico -e incluso el de la responsabilidad social- es el que más pesa a la hora de apuntarse a nuevas formas de gestionar cómo y qué vestimos.

Taymir Faye lleva muchos años impulsando y ampliando la manera en que los consumidores podemos componer nuestro vestuario de manera más razonable, asequible y sostenible. Fue la creadora de la primera biblioteca de ropa de Zaragoza (La Modateca) y lleva desde 2018 organizando cíclicamente fiestas de intercambio de ropa (en inglés, 'swap parties'). La próxima es este mismo martes, 10 de mayo, en la coqueta cafetería Le Petit Coin (Ruiseñores, 13) con dos sesiones, de 11 a 14 y de 17 a 20. El precio por participar es de 5 euros e incluye la consumición.

En el plano más básico, una fiesta de intercambio de ropa consiste en una reunión en la que cada participante lleva como máximo cinco prendas y, a cambio, puede llevarse a casa otras cinco. Cada participante contribuye con su selección a una 'bolsa común' de la que el resto puede escoger. Conforme el día avanza, la oferta se va renovando.

"A una fiesta de intercambio de ropa hay que ir con espíritu generoso y con ganas de pasarlo bien", advierte Taymir. "Se trata de decir adiós a la ropa que no nos vamos a poner tanto y dar la bienvenida a otra", explica. En ese empeño es crucial entender que este tipo de reuniones no son para deshacerse de ropa imponible o rota, la que normalmente acabaría en el contenedor, sino de esa que, aunque objetivamente nos guste, por los motivos que sea sabemos íntimamente que nunca la volveremos a llevar.

"Cuanto más chulo sea lo que llevas, más chulo será lo que te lleves", explica Taymir, quien asegura que "la gente se sorprende de los tesoros que llega a encontrar en estos trueques". Taymir asegura que lo mejor para entender una "swap party" es "vivirla", cosa a la que cada vez se anima más gente: "En estos años que llevo organizando la gente cada vez llega más entendiendo la mecánica y el objetivo, muchos que lo prueban repiten".

Y es que, más allá de las prendas concretas de las que uno se deshaga o incorpore al vestuario, "lo importante es el ambiente que se genera", asegura Taymir. "Vienen grupos de amigas, están de charla, preguntan por lo que se va incorporando a lo largo del día...". 

Y añade: "Es muy bonito también ver cómo alguien se lleva algo tuyo y lo aprecia, que alguien va a disfrutar de algo de lo que tú ya no puedes o no quieres. Al final, la ropa es lo de menos, se trata de salir pensando 'pues me lo he pasado bien'.

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