Por
  • Javier López Clemente

Un combinado sin chispa

Bernardo Rivera, en la presentación que tuvo lugar ayer en el Teatro Principal.
Bernardo Rivera, en la presentación de la obra 'Incondicionales'.
Daniel Marcos

‘Incondicionales’ viaja al baúl de los recuerdos para seleccionar aquellos de un pasado reciente que nos permitan reflexionar sobre el amor y la amistad.

La función parte de una buena idea: coge el mensaje sencillo de una comedia romántica donde chico conoce, conquista, pierde y reconquista a chica, y lo sitúa sobre una estructura narrativa con dos actores que se alternan para dar vida a un tercer personaje, saltos temporales, crítica social y referencias a la cultura popular. El diálogo, elemento esencia de la función, se mueve entre altibajos, con un ojo puesto en la complicidad del público para que las encrucijadas que encuentras en la vida se conviertan en comedia.

La dramaturgia se centra en un ejercicio de narración que arrincona a los personajes en el proscenio para, excusados de convertir la literatura en acción representada, lastrar el trabajo actoral hacia una concepción estática y repetitiva de unas escenas conectadas con una debilidad que las aproxima a los entremeses cómicos

'incondicionales' **
Creación y dramaturgia:Tomás Naranjo-Cluet y Bernardo Rivera.
Dirección:Paco Rodríguez.
Reparto:Candela Solé y Bernardo Rivera.  

La austeridad en la escenografía, el decorado y la iluminación tampoco colaboran en el dibujo de unos personajes que lejos de mostrar un proceso de transformación, están atrapados entre sillas, taburetes y un voz en off que restan vigor a obstáculos y situaciones ridículas hasta presentarlas livianas, sin el rompe y rasga que aumente la confusión y el desequilibrio que llevan a la carcajada o la sonrisa. ‘Incondicionales’, con momentos tan interesantes como el recuerdo de la chica diluyéndose en un bolero, se queda en un combinado sin chispa.

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