Vargas Llosa: "En el imaginario de Galdós no cabe un monstruo como Putin"

"La vulgaridad que tanto le reprocharon es parte de su atractivo", dice el Premio Nobel del autor de los 'Episodios Nacionales', a quien dedica un libro.

El escritor, político y periodista, Mario Vargas Llosa, posa durante la presentación de su libro `La mirada quieta (de Pérez Galdós)', en el Ateneo de Madrid
El escritor, político y periodista, Mario Vargas Llosa, posa durante la presentación de su libro `La mirada quieta (de Pérez Galdós)', en el Ateneo de Madrid
Marta Fernández Jara / Europa Press.

"En la literatura de Pérez Galdós no cabría un monstruo como Putin". Así lo cree Mario Vargas Llosa (Arequipa, 86 años), escritor, premio Nobel de Literatura y académico de la RAE que dedica al autor de los 'Episodios Nacionales' su último libro. 'La mirada quieta (de Pérez Galdós)' (Alfaguara), es un pormenorizado repaso a toda la obra del controvertido escritor canario, cima para muchos de las letras del XIX y a quien muchos otros negaron el pan y la sal diciendo que sus libros "apestaban a cocido". El Nobel peruano-español, que leyó de punta a cabo durante 18 meses toda su obra, cree que esa vulgaridad es parte de su genialidad.

"Este libro es resultado de la pandemia y de la lectura sistemática de los 'Episodios', las novelas, el teatro y buena parte de los artículos de Galdós", explicó este jueves su autor en el mismo Ateneo de Madrid del que Galdós fuera el socio 2.762. "Fue un gran escritor, pero muy irregular. No rehacía una y otra vez sus textos, ni era perfeccionista como Flaubert, pero firmó obras maestras y otras imperfectas. Cuando acertaba, lo hacía notablemente, como ocurrió con 'Fortunata y Jacinta' o 'Misericordia", diagnostica Vargas Llosa.

"Gadós tenía sus partidarios, pero me temo que sus adversarios fueron más numerosos"

Hoy le parece "increíble" la hostilidad que despertó Galdós en su propio país. "Tenía sus partidarios, por supuesto, pero me temo que sus adversarios fueron más numerosos", escribe Vargas Llosa. Contó cómo cuando tenía 60 años y una obra casi cumplida, Galdós fue propuesto para el Nobel por 500 periodistas e intelectuales españoles que enviaron a la Academia sueca una carta demandando el galardón que nunca llegaría. Años después se supo que otro grupo aún más numeroso de compatriotas había pedido lo contrario: que se negara el galardón por considerarlo extremadamente popular. Tanto, que Valle-Inclán le colocó el perdurable sambenito de "garbancero" que llegó hasta Juan Benet.

Hoy no se atreve Vargas Llosa a decir si el autor canario hubiera merecido o no el mismo premio que él recibió en 2010. "Es difícil figurarnos aquella controversia, pero lo cierto es que Galdós no era considerado un gran escritor. Se le acusaba de vulgar y nada refinado, insisto, aunque creo que esa vulgaridad es quizá parte de su atractivo", señala.

Cree el autor de 'La casa verde' que la Academia del Nobel "es coherente en general" en sus decisiones. Que otorga su premio "a escritores influyentes consagrados por su popularidad", pero que, aún así, "a veces se equivoca y subestima o sobrevalora a algunos autores". Pero hoy, con la libertad que otorga la distancia, sostiene que "la obra de Galdós es de un enorme significado".

Reiterando que Galdós "no pertenecía a la sección de los estilistas cultivadores", elogia especialmente Vargas Llosa su proyecto de los 'Episodios Nacionales'. "Presenta de forma ligera, moderna, cómoda y simpática los grandes acontecimientos del XIX en los que se fija el sentido histórico de España". Recuerda también que Galdós planeó "algo más complejo", con sus 'Episodios', pero que "lo distrajo el teatro, donde triunfó y empezó a ganar dinero". Elogia además "el gran esfuerzo de objetividad" del escritor canario, "que pasó por encima de sus propias ideas y es muy respetuoso con los hechos históricos".

"Es un gran autor y su obra se pone como ejemplo de un logro notable de la novela, y eso que los 'Episodios' no son una idea original", resume. "También es cierto que, a pesar de haber leído casi todo lo relevante en su época y de no interesarse por la revolución novelística que se daba en Europa, pocos escritores han tenido la maestría para llegar al lector que ha tenido Galdós".

Sin perversidad

Del rey abajo, don Benito retrató a miles de personajes y brilló especialmente en los de la clase media. Pero opina Vargas Llosa que en su imaginario "no entraría un monstruo como Vadímir Putin". "Galdós no tenía una imaginación perversa para retratar al equivalente del gran caudillo político, capaz de organizar matanzas. Estaba más allá de su literatura imaginar semejante monstruo", reiteró. "Se encontraba más cómodo con esos personajes de la clase media española que acabaría imponiéndose y que él supo prefigurar", plantea.

Sin restarle méritos a Galdós, reitera Vargas Llosa que 'La regenta' de Clarín "fue más moderna" pero que el canario "hizo lo que Balzac, Zola y Dickens hicieron en sus respectivas naciones: novelar la historia y la realidad social de su país". "Con sus 'Episodios' estuvo en esa línea, convirtiendo en materia literaria el pasado vivido, poniendo al alcance del gran público una versión amena, animada, bien escrita con personajes vivos y documentación solvente de un siglo decisivo en la historia de España".

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