Por
  • Gonzalo de la Figuera

Un colocón de rock magrebí

Bab L’Bluz actuó el pasado fin de semana en el ciclo De la Raíz
Bab L’Bluz actuó el pasado fin de semana en el ciclo De la Raíz
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Los escépticos que sostienen que la música de hoy en día es un bodrio, que ya está todo inventado y que para rock el de antes deberían replantearse sus opiniones en el improbable caso de haber presenciado el formidable concierto que la banda franco-marroquí Bab L’Bluz ofreció el sábado en la Rotonda de Delicias, dentro del programa del ciclo De la Raíz. Sí, todavía se pueden encontrar propuestas novedosas y originales, formas diferentes de conjugar el rock y las músicas populares; solo es preciso tener los oídos bien dispuestos y escarbar un poco para dar con ellas. Bab L’Bluz, formada en Marrakech hace apenas cuatro años, parte de las músicas tradicionales de raíz gnawa (esclavos subsaharianos llegados a Marruecos), chaabi y bereber, que aderezan con blues, rock, psicodelia, funk y otras diversas especias sonoras. El guembri (una especie de laúd de tres cuerdas) es el instrumento principal, tocado por la también cantante Yousra Mansour y por Brice Bottin, que hace la función de bajo, en ambos casos electrificados y filtrados con pedales de efectos; el batería Hafid Zouaoui y Jérôme Bartholomé (flauta, karkabs y percusión) completan una formación cuyo sonido resulta ancestral y contemporáneo al tiempo, tan hipnótico como excitante.

Bab L’Bluz ****
Componentes:Yousra Mansour, voz y guembri; Brice Bottin, guembri y voces; Hafid Zouaoui, batería y voces; Jèrôme Bartholomé, flauta, percusión y voces.

Música dotada de poderosas cualidades balsámicas, que incita al trance y al arrebato, a danzar cual derviches giróvagos (buena parte del público acabó bailando). Música con unas señas de identidad bien definidas, pero que se expande en diversas direcciones y cruza fronteras con naturalidad, atravesada por resonancias a blues del desierto, circulares ritmos magrebíes, la pulsión del rock; incluso, en un par de ocasiones, también pueden acercarse al afrobeat o rendir homenaje a la cantante mauritana Dimi Mint Abba. En suma, una magnífica banda estos Bab L’Bluz, que presentaban su primer álbum (‘Nayda!’ se titula) y lograron cautivar a la audiencia –más bien escasa, todo hay que decirlo– en un fascinante colocón norteafricano sin necesidad de recurrir a las hierbas de las montañas del Rif.

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