LITERATURA. OCIO Y CULTURA

Pablo Rico: “Intento seducir escribiendo bien, con un estilo esplendoroso”


El comisario e historiador del arte presenta el 29 en el museo Pablo Serrano su novela ‘Pau, el hombre que mira lejos’ (Los libros del gato negro)

Pablo Rico, o quizá el 'alter ego' de Pau Llanes, en un espacio que conoce muy bien: la Fundación Miró de Mallorca en noviembre de 2021.
Pablo Rico, o quizá el 'alter ego' de Pau Llanes, en un espacio que conoce muy bien: la Fundación Miró de Mallorca en noviembre de 2021.
Teresa Molina.

¿Cuál es el punto de partida de la novela: una narración sobre el arte, sobre el viaje, sobre la seducción, sobre la búsqueda de la identidad?

Trata, principalmente, del Destino y la revelación del Amor, y en concreto sobre los encuentros necesarios y los desencuentros inevitables. Lo que en mi caso tiene que ver con mis aventuras y dedicación apasionada, más que profesional, al mundo del arte y, por supuesto, mi pasión por la vida, que no son otra cosa el amor y el deseo amoroso. Tales aventuras apasionadas me han forjado como un viajero existencial, siempre en proceso creativo, reinventándose, en camino, de una ciudad a otra, de un nombre femenino a otro, sin melancolía, con el anhelo intacto. Acaso mi identidad sea “el que encuentra y se encuentra en el viaje siempre agradecido y maravillado por los regalos del destino”…

¿Quién es Pau Llanes? ¿Es el álter ego de Pablo Rico o Pablo Rico es un seudónimo de Pau Llanes?

Pau Llanes (o Yanes) es un personaje literario de Pablo Rico “escritor”… Pero, pensando en su perspicaz pregunta, es probable que en un futuro próximo Pablo Rico sea un heterónimo de ese Pau tan fantasioso y entrometido en las vidas de los demás. Lo que es seguro es que Pau Llanes puede escribir cosas y acontecimientos que Pablo Rico todavía tiene mucho pudor en hacer en nombre propio.

Se zambulle, no sé si deliberadamente o adrede, en la autoficción. ¿En qué medida es este un libro autobiográfico con los nombres cambiados o no tan cambiados?

Es curioso que mientras escribí mis relatos y la novela no tenía ni idea de qué era eso de la 'autoficción', sólo breves referencias. Tras su publicación un amigo escritor me dio pie a investigar al respecto. Así contacté con uno de sus mayores especialistas, el profesor Óscar Gómez de la Universidad de Salamanca, quien hizo su tesis doctoral sobre esta noción literaria y la obra de Enrique Vila-Matas. Al leer mi obra me aseguró que era un ejemplo canónico de lo que suele denominarse 'autoficción', es decir, en la que el autor se convierte en personaje de su obra aparentemente de ficción, incluso aportando su propio nombre. Pero que mi caso era excepcional por mi “ingenuidad” y que precisamente ese modo original de construir mis narraciones la hacían singular… En estos últimos años el género de la autoficción ha proporcionado abundantes ‘best sellers’ y está de moda. Pero mi novela no es autobiográfica ni una autoficción en sentido estricto, acaso es una 'ficción autorreferencial'.

Ya ha aprendido la terminología.

Un poco sí, claro. Quiero decir con ello que aunque en mis relatos haya pasajes y episodios autobiográficos, la mayor parte de los mismos son en conjunto ficciones; eso sí, son situaciones y suceden en lugares que realmente conozco o he vivido. Como escritor, construyo ficciones, historias virtuales, con fragmentos auténticamente reales. Esencial y formalmente son collages. Creo obras literarias como cualquier artista plástico que inventa realidades estéticas con retazos de realidad o de imaginación, indistintamente.

"Como escritor, construyo ficciones, historias virtuales, con fragmentos auténticamente reales. Esencial y formalmente son collages. Creo obras literarias como cualquier artista plástico que inventa realidades estéticas con retazos de realidad o de imaginación, indistintamente"

¿Pensó siempre en hacer una novela de ideas, tan llena de referencias?

Sí, porque así fui creando mis literaturas artísticas a lo largo de treinta años, “es lo que sé hacer”: narraciones en las que se entremezclan ideas, digamos, filosóficas, con sentimientos, sensaciones, confesiones existenciales… Mi novela está trufada de fragmentos y reflexiones que tuvieron su origen en algunos de mis largos textos “artísticos”. En ellos hay ideas y múltiples referencias no sólo estéticas, además de descripciones de obras de arte… También me interesa el realismo psicológico de Henry James, por lo que intento dibujar concienzudamente los retratos psicológicos de mis personajes.

El libro también es metanarrativo. Por ahí anda una novela que es sometida al criterio de una editora para mejorarla. ¿Le ha sucedido eso a usted, ha recibido muchos consejos y sugerencias?

Tiene mucho más de metanarrativo, de cómo, por qué y para qué escribir literatura, que de ambientación artística. Considero necesaria la colaboración creativa con un/a editor/a; ni más ni menos que como he establecido mi relación con los artistas de mis exposiciones: una relación creativa y participativa en todos los niveles. Siempre he sido un comisario “editor” no sólo un museógrafo de sus obras… En el caso de mi novela seguí lealmente los consejos de Marina Heredia, mi editora. No obstante, el personaje de la editora Valerie Wolfman, una figura fundamental en mi libro, va más allá, es la 'trasformación' literaria de mi personalidad como ‘curator’ artístico. Gustave Flaubert nunca afirmó que él fuera Madame Bovary, es una leyenda; pero yo sí digo y afirmo enfáticamente que “Valerie Wolfman soy yo”…

Creo que lo de Gustave Flaubert puede ser ampliamente contestado. ¿En qué medida ha querido hacer la novela de un viajero que también es un seductor y un enamorado de la creación artística?

Seguramente de manera inconsciente y espontánea. La noción de seducción en arte es esencial. Seducir es proyectar tu propia luz y captar la atención de tu público en la indiferenciada generalidad que nos rodea. ¿Cómo atraer si no con una sola obra a los espectadores en una feria o una colectiva de arte en medio de cientos, miles, de artistas? En el caso de mi literatura, intento seducir escribiendo bien, con un estilo esplendoroso, utilizando palabras sugestivas, alentando la imaginación de los lectores con historias fascinantes y “moviendo mis personajes” alrededor y dentro de ellos mismos, estimulando su propia proyección y ensoñamiento, como Jon Malkovich seduciendo a Michele Pfeiffer en ‘Las amistades peligrosas’. Los personajes, ambientes y situaciones de mi novela se pueden leer-ver como en una espléndida película de época…

Pablo Rico, a los pocos meses de volver a Zaragoza tras varios años en Mallorca y México y otros lugares del mundo.
Pablo Rico, a los pocos meses de volver a Zaragoza tras varios años en Mallorca y México y otros lugares del mundo.
José Miguel Marco.

Explíquenos la estructura laberíntica de la novela. Para usted, ¿en la novela cabe todo, ha sido el territorio de la libertad, de la fantasía?

Es un laberinto cuya recompensa no es un final único sino una ficción verdadera. Los laberintos literarios creo que son experiencias por sí mismas liberadoras. Quizá te sacan de algún laberinto existencial más complejo para adentrarte en un laberinto estético sin duda más placentero. Claro, si no te crees a pies juntillas todo lo que en ellos se plantea y quieres ser el protagonista de sus enredos y desorientaciones. Es un territorio de fantasía construido con muros y aberturas atravesándose y penetrándose deliciosamente, que ocultan deliberadamente el siguiente pasaje y muestran a nuestra vista sólo una parte de la realidad, como un iceberg, lo que nos inquieta suficiente y estimula nuestra mente creativa. También es como una ‘matrioska’ rusa o un puzle de múltiples fractales o un crucigrama sentimental…

¿Cuál es la importancia de las mujeres en el libro? La novela tiene algo del amante de las mujeres de Truffaut.

Son las coprotagonistas, en igualdad absoluta en los ‘créditos’, aunque parezca que algunas veces sean esclavas de las circunstancias… Más aún, me he sorprendido al reconocer la riqueza de carácter de las mujeres de la novela. Son mujeres muy fuertes que deciden voluntariamente qué hacer y cómo, no como los personajes masculinos que se dejan llevar por su destino y actúan según su status… Yo siempre he sido un entusiasta ‘amador’, tanto como hombre amado, es obvio que tal condición se transparente en mi novela. Más que enamorar, siempre me he dejado enamorar…

"Yo siempre he sido un entusiasta ‘amador’, tanto como hombre amado, es obvio que tal condición se transparente en mi novela. Más que enamorar, siempre me he dejado enamorar…"

¿Cómo explica la presencia de Zaragoza en una novela tan cosmopolita?

En esta novela, yo creo que Zaragoza no está tan presente. Aquí aparece sin ser nombrada en uno de los relatos de época juvenil y universitaria y en los recuerdos de un par más. Esto tiene que ver con mi alejamiento de la ciudad durante veinticinco años. Cuando regresé me costaba incluso localizar calles familiares como Manifestación, Cinco de Marzo, San Clemente o la Plaza de Sas… Además, mis Pau’s viven habitualmente en otras ciudades, como Nueva York, Ciudad de México, Venecia o Estambul. Es natural que me sienta más cómodo en ellas literariamente hablando.

Ha tenido mucho impacto, reseñas, lecturas apasionadas. ¿Interesan novelas tan intelectuales, tan llenas de poso cultural, de pasión por la creación artística y por la filosofía?

Sin duda, sí… Mira el caso de ‘El infinito en un junco¡ de Irene Vallejo, salvando las distancias con esa fantástica obra… ‘Pau, el hombre que mira lejos’ tiene posos evidentemente destilados por un intelectual, que lo soy y no me avergüenzo de confesarlo. Pero también hay pasión, incluso excesiva en muchos pasajes, irracionalidad incluso esotérica. Creo que uno de los aspectos más significativos de la novela es su libertad existencial e intelectual. Se expresa sin miedo y no tiene pudor al hablar de cosas bastante profundas. Estoy seguro que mis lectores subrayan y anotan frases y reflexiones de Pau que a lo mejor integrarán en su repertorio de citas de referencia. Y consultan Wikipedia, por supuesto, para entender mejor las situaciones y sus escenarios… Para mí, un buen libro, memorable, es el que está totalmente subrayado o con las esquinas dobladas…

¿Qué autores le han marcado aquí, quiénes le han servido de referencia, si puede decirse así?

Por orden: Umberto Eco, Borges, Italo Calvino, Dostoyevski, Kafka, Henry James, Faulkner, Cortázar, Kundera, Auster, Murakami, Vila-Matas o Michel Houellebecq, entre otros. Umberto Eco es mi referencia principal. Su tarea intelectual durante décadas, su proverbial curiosidad, su decisión ‘adulta’ de escribir una novela singular, ‘El nombre de la rosa’, y luego otras novelas de semejante profundidad sin dejar de elaborar nuevos ensayos, artículos, etc. Escribo ficciones siguiendo el ejemplo de Umberto Eco y su estilo. Es mi modelo…

"Hago que sucedan cosas, por supuesto, pero no las busco, dejo que vengan a mí, simplemente estoy en el lugar adecuado, atento y decidido… El epitafio de mi tumba o en la urna de mis cenizas será muy simple, mi lema de toda la vida: '¿Y por qué no?'"

Creo que ya ha terminado un nuevo libro. Otra novela. ¿Qué nos puede avanzar?

Hace unos meses terminé una nueva novela, ‘El desencanto de Héctor’, que está ambientada totalmente en el mundo del arte. En una novela de amor y desamor, de pasión por el arte y sus avatares y progresivo desencantamiento por el arte actual, con un final hasta cierto punto ‘acelerado’, absolutamente sorprendente en los últimos capítulos. Asumiendo mi pecado de vanidad, creo que será, con los hados propicios, un ‘best seller’. Ya está corregida y pulida lista para ser publicada… 

¡Qué rapidez!

En este último año he estado muy activo escribiendo, he tenido tiempo y ganas. He escrito un poemario con setenta poemas inéditos, un largo ensayo de cien páginas sobre los espejos y las experiencias especulares y he comenzado dos novelas más de las que llevo escritas setenta páginas de cada una. Siempre fue mi intención que ‘Pau, el hombre que mira lejos’ fuera la obra inaugural de una trilogía o tetralogía, como el ‘Cuarteto de Alejandría’ de Lawrence Durrell.

Ha vuelto a Zaragoza, y no han dejado de pasarle cosas: has hecho algunos proyectos, se ha enamorado y casado, se ha jubilado, ha escrito de arte en abundancia (extenso artículo en el catálogo de Santiago Arranz, sobre todo) y ha desembocado en novelista. ¿Es un hombre de suerte o lleva media vida buscándola?

Soy un hombre devoto del ‘amor fati’ nietzscheano, complaciente con lo que me regala el destino, esos regalos de dios, o yo qué sé… Hago que sucedan cosas, por supuesto, pero no las busco, dejo que vengan a mí, simplemente estoy en el lugar adecuado, atento y decidido… El epitafio de mi tumba o en la urna de mis cenizas será muy simple, mi lema de toda la vida: “¿Y por qué no?”.

LA FICHA

'Pau, el hombre que mira lejos'. Pablo Rico. Los libros del gato negro. Zaragoza, 2021. Presentación: martes, 29, en el Museo Pablo Serrano. A las 19.30. Con la presencia de Ana Alcolea y la colaboración de Librería Antígona.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión