Las artes escénicas en Aragón, ante el reto de redefinir las políticas culturales
El Teatro Arbolé de Zaragoza acogió ayer una jornada en la que intervinieron especialistas del sector y portavoces de los grupos políticos en las Cortes de Aragón.
La pandemia ha dejado muchas lecturas y aprendizajes en torno a la cultura. Durante el confinamiento quedó demostrada su esencialidad, constituyó un refugio para resistir, aprender, reaprender, recordar y recobrar sus importancia. No obstante, no fue así en todos sus ámbitos. Las artes en vivo, el cierre de las salas y las posteriores restricciones en los aforos golpearon sobremanera a un sector amenazado también por la digitalización y los nuevos hábitos en el ocio.
Sobre estas y otras cuestiones se debatió ayer en el Teatro Arbolé de Zaragoza en un encuentro organizado por la Asociación de Empresas de Artes Escénicas de Aragón (ARES) bajo el título ‘Jornada de reflexión para redefinir las políticas culturales’.
Al acto asistieron el consejero de Educación, Cultura y Deporte, Felipe Faci, y el director general de Cultura, Víctor Lucea. Faci avanzó que desde el Gobierno de Aragón se va a plantear una mesa de debate para hablar de una ley o un pacto sobre derechos culturales, así como de la consolidación de políticas con la industria cultural y creativa.
La presidenta de ARES, María López Insausti, moderó esta jornada en la que intervinieron Inmaculada Ballesteros, directora del Observatorio de Cultura y Comunicación de la Fundación Alternativas; Tony Ramos, director de Culturalink, gestor cultural y experto en políticas culturales, y Antonia Álvarez, directora del Centro de las Artes Escénicas y de la Música de la Junta de Extremadura. (Cemart).
Tras las ponencias de los especialistas se dio la palabra a Fernando Ledesma (PP), Ignacio Urquizu (PSOE), Carlos Trullén (Cs), Isabel Lasobras (CHA) y Marta de Santos (Podemos), portavoces de cultura de los grupos políticos en las Cortes de Aragón.
«Uno de los retos principales es el entorno digital y tiene relación con el desarrollo económico. El 70% de los contenidos que se consumen en internet son culturales, según la Oficina Europea de Estadística (Eurostat)», comentó la directora del Observatorio de Cultura y Comunicación de la Fundación Alternativas.
«Sector clave»
Ballesteros subrayó que «nos estamos posicionando como un sector clave. Tenemos un reto fundamental y necesitamos abordarlo conociendo los entramados de este nuevo escenario. Es importante tener claro todo lo que tiene que ver con la propiedad intelectual, que exista un marco regulatorio europeo justo para todos y que los derechos culturales estén presentes en las políticas públicas»
Las artes escénicas se enfrentan especialmente a este reto. «La diversidad cultural tiene que protegerse. Debemos estar vigilantes y no permitir que la dramaturgia del futuro la construyan las máquinas o sean hologramas. Esto está pasando ya. No es una distopía», advirtió en referencia a entornos digitales inmersivos como Metaverso.
Por otra parte, Tony Ramos, señaló que «el modelo actual, dominante de la política cultural en occidente desde hace más de 60 años, no da más de sí, hay que superarlo. Su bancarrota no es de naturaleza jurídica ni administrativa, sino política».
«La democratización cultural es una política difusionista, de oferta cultural, está apoyada en un proyecto expansivo y regida por el principio de que la ampliación de oferta aumenta la demanda. Pero ampliar los públicos a partir de las experiencias de grupos sociales privilegiados pensando que todos son iguales no funciona. Se precisa eficacia, eficiencia y equidad de las políticas culturales», sintetizó. Por último, Antonia Álvarez explicó cómo Extremadura ha sido pionera «por el encuentro y por el consenso» en la creación de una Ley de Artes Escénicas, y recordó la tarea que supuso «hacer entender a los jurídicos y al consejo consultivo que las artes escénicas se pueden legislar».
A esta jornada asistió una nutrida representación del sector, que puso en común sus reflexiones y la necesidad de mantener un equilibrio en las políticas culturales, así como la necesaria relación y cooperación entre el sector público y el privado.
