Alberto San Juan: "No hay manera de que deje de haber teatro"

El actor visita este domingo (18.00) el Teatro de las Esquinas con 'Benedetti, te quiero', una reflexión sobre el exilio a través de los versos del poeta uruguayo y otros autores y con la música del guitarrista Fernando Egozcue.

Alberto San Juan, recita a este domingo a Benedetti en el Teatro de las Esquinas.
Alberto San Juan, recita a este domingo a Benedetti en el Teatro de las Esquinas.
Pablo Lorente

Llega Alberto San Juan el domingo, a las 18.00, al Teatro de las Esquinas de Zaragoza como lo viene haciendo últimamente, en pequeño formato. Esta vez, acompañado del guitarrista Fernando Egozcue, con quien ya ha trabajado en anteriores ocasiones. Juntos presentan 'Te quiero, Benedetti', un espectáculo que se acerca a la injusticia y el desarraigo que supone el exilio a través de los versos del literato uruguayo, pero también de otros grandes nombres de la literatura latinoamericana y española. La idea es, de paso -cuenta el propio San Juan-, establecer un espejo entre ambos lados del Atlántico, donde se refleje, por un lado, el exilio republicano español huyendo de la dictadura franquista, "que vació España de una gran parte de la energía intelectual, profesores, escritores, científicos, creadores, muchos de los cuales marcharon a América". Y, por otro, unas décadas más tarde, el mismo caso en sentido contrario: los miles de latinoamericanos que huyendo de dictaduras en Argentina, Chile o Uruguay vinieron a salvarse a Europa. Como Benedetti, que recaló en España.

¿Qué tiene Benedetti para ser tan ecuménico, para gustar a tanta gente?

Es un poeta que trata temas profundos, complejos, pero lo hace de una forma clara. Hace gala de dos elementos, síntomas de su inteligencia, que son el humor y la ternura. Humor, ternura y claridad son tres elementos fundamentales para que se produzca el milagro de la comunicación entre seres humanos. Y esto lo tiene Benedetti sobradamente.

La pandemia y ahora la guerra se erigen como sendos agujeros negros anímicos y conversacionales. ¿El teatro debe ser evasión o entretenimiento?

Cualquier acto de creación artística es en sí un compromiso con la vida. Si deja al margen la vida, desde mi punto de vista ni es arte ni es comunicación. Sería un entretenimiento para distraer a un niño o para infantilizar las mentes. El arte siempre habla de la vida. La cultura tiene que ver con intentar aprender a vivir mejor. Ahora estamos hablando de una agonía civilizatoria, una agonía de la sociedad mercantil. Quién sabe si en su caída puede arrastrar a la especie humana. ¿Qué papel puede jugar la creación artística en un momento histórico como este? Ayudar a intentar vivir mejor. E intentar que imaginar otras vidas posibles sea en sí mismo divertido.

Dramático y entretenido no son conceptos que suelan ir de la mano, por lo menos en España.

Cuando salgo al escenario es con la voluntad clara de que quienes nos reunamos en el teatro disfrutemos juntos. Es algo que para mí tiene que ver con el placer y con el disfrute. Aunque se traten asuntos dramáticos, no importa. Mi norte es el disfrutar. No hay cosa peor que aburrirse en el teatro. A pesar de que el tema de 'Te quiero, Benedetti' es dramático, el tono general del espectáculo no lo es porque tanto Fernando como yo creemos que hasta el drama hay que afrontarlo con vitalidad. Y en eso también ayuda Benedetti.

¿Es el teatro a estas alturas la menos adulterada de las artes?

El teatro tiene a favor que no se puede ver en Netflix. No hay manera de que deje de haber teatro. Es consustancial al ser humano. Una persona se encuentra a otra por la calle y empieza a contarle algo: ahí ya hay un relato, y por tanto un hecho teatral.

Fundador de Animalario, ha colaborado con importante dramaturgos, como Juan Mayorga. Y, sin embargo, últimamente es un Juan Palomo de las tablas.

Uno, tengo la inquietud de vivir y generar mis propios proyectos. Y dos, cuanto más sencillos y pequeños son los espectáculos, más libres y más fáciles de mover. Este recital lo hemos montado Fernando y yo juntándonos en el salón de su casa con la guitarra y unos libros y hablando.

Preséntenos a Fernando, por favor.

Es un maestro. Es compositor e intérprete. Prácticamente todo lo que toca en el espectáculo son composiciones suyas, si bien incluimos algunas canciones de Caetano Veloso, Serrat y Albert Pla. Y luego toca un par de tangos. Es un tipo que lleva 40 años tocando.

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