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El ‘drill’ se abre paso en Zaragoza: de la frescura rítmica a la controversia

Productores como Sudy King o G.Lesson analizan el género y el calado de intérpretes y creadores locales de impacto como Ibzy o Bebegrande.

Bebegrande, joven artista caboverdiana criada en Zaragoza, en las Delicias.
Bebegrande, joven artista caboverdiana criada en Zaragoza, en las Delicias.
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Sobre el ‘drill’ no han corrido aún ríos de tinta, pero sí afluentes que dejan huella indeleble. El asunto con este lado duro del trap no es nuevo: llega una música que solivianta a las anteriores generaciones. A estas alturas, pocas nuevas músicas asustan de verdad, incluyendo a oídos no iniciados en las vertientes menos conocidas de los grandes géneros, pero el 'drill' habla de golpes, machetes, droga y orgullo. Tampoco es nada nuevo; lo que de verdad mosquea es la bajísima edad de los que consumen esta deriva del ‘trap’ de canciones cortas y muy directas. Ya se cuentan por millones los adolescentes y recién aterrizados en la edad legal para votar en España que tienen al ‘drill’ como música de cabecera. Además, se trata de una música racializada, campo abonado para que inspire más desconfianza en una sociedad, la española, que no acaba de asimilar de manera natural la proliferación de etnias en su territorio.

Una cosa es cierta: algunos detalles que acompañan a la ética y estética del ‘drill’ no ayudan a su asunción serena en el conjunto de la sociedad. Es común entre sus intérpretes y seguidores llevar máscaras o pasamontañas, y algunas de sus principales estrellas -Pop Smoke es el caso paradigmático: el autor de ‘Welcome to the Party’ y ‘Dior’ murió tiroteado a los 20 años hace dos- han tenido vidas muy cortas y muertes violentas. Morad, de 22 años y salido de La Florida de Hospitalet de Llobregat, es el máximo exponente ibérico del género. Su canción ‘Cuidadito’ reza así: “Que no te quieren ni en tu casa/Qué te pasa que tu casa ya no es tuya/Que aquí nadie te juro te busca baruya/Antes de que llore mi madre mejor la tuya/Cuidadito porque aquí nos tiran balas/No es lo mismo tenerla que usarla/Las palabras solo sirven pa' escucharlas/Así que a mí no me des más charla”. La otra gran figura nacional es El Patrón 970, madrileño del 97. 

En Zaragoza, Bebegrande (caboverdiana del 2001 criada en las Delicias, actualmente viviendo en Francia) e Ibzy destacan sobre el resto. Bebegrande, además, mezcla el francés y el creole con el español (de acento inequívocamente aragonés) y el portugués derivado de sus raíces en Cabo Verde.

"Yo soy de barrio y todo esto me recuerda a mi infancia, la gente que te decía ‘yo soy más chungo que tú’" 

Germán Aranda es periodista, trabaja en Barcelona, viene de Santa Coloma de Gramanet y ha investigado el fenómeno ‘drill’ en profundidad. “Esta música está racializada, la voz de emigrantes o hijos de emigrantes es mayoritaria, y no parte de la pulcritud del activismo; tiene una raíz más trovadoresca, narrativa, sin moralina. Se va hablando más de este género, pero no es precisamente muy conocido. Un fenómeno curioso: por un lado tienes a quienes cultivan la estética del gángster y por el otro la pertenencia real de algunos gánsteres a este universo. Yo soy de barrio y todo esto me recuerda a mi infancia, la gente que te decía ‘yo soy más chungo que tú’; esto se parece mucho”.

Adolescentes bajo el foco y con el foco

Germán cree que una de las cosas más llamativas de este fenómeno estriba en sus hechuras. “No recuerdo otro movimiento musical tan adulto llevado por verdaderos adolescentes, y es realmente ‘de abajo’; el trap lo hacen los ‘raros’ de la periferia, pero el drill es el coto de los duros ‘normales’. Yo supe de Morad primero por sus conexiones con la música de raíz, periférica; él compartió en redes a otro chaval de su barrio La Florida de Hospitalet, que a su vez hablaba de otros artistas similares, y me llamó la atención que aquello parecía una ‘matrioshka’ de gente con un montón de reproducciones. Llegué a un tipo, Skinny Flex, que tiene centenares de miles de visionados, es muy cañero y no ha salido nunca en medios masivos. Ahí fui entendiendo la dimensión de todo esto”.

Évole, por cierto, entrevistó recientemente a Morad. “A mí me encanta lo que hace, pero Morad no es un santo, ni pretende serlo; que un medio ponga su foco en el ‘drill’ no supone apoyar todo lo que supone, porque hay machismo y fomento de la violencia en muchas de sus letras, pero también es un reflejo de algo real. No es dar voz y autoridad a delincuentes, sino contar algo que está ahí; a nivel cultural también abunda el desprecio hacia el género, ya pasó con el reguetón en su día, con el rap en los 90 o con el rock en la época de nuestros padres”.

Habla el educador

Sergio Falces, profesor de Grado Superior de FP de márquetin y profundo conocedor de la música aragonesa, explica la reacción de sus alumnos el lunes posterior a la entrevista televisada a Morad. "Se reían del reportaje, y la reacción fue unánime, porque en televisión se reflejaba la lucha social de una persona que se había superado a sí misma desde la pobreza y después de cometer errores se había rehabilitado. Ellos le siguen en las redes sociales y lo que vende Morad no es eso; transmite una imagen mucho más agresiva. Y les gusta la parte cañera; de hecho, en clase analizamos la figura de otro colega de Morad en Hospitalet, también intérprete y productor de 'drill', Benny Junior; lo hicimos desde un punto de vista mercadológico, y está claro que las letras violentas venden, más allá de la música, él ya gana muchísimo dinero con la música proyectando una imagen chunga". 

"Está claro que las letras violentas venden, más allá de la música, Morad gana muchísimo dinero con la música proyectando una imagen chunga".

Falces se declara un seguidor del punk en su infancia y juventud. "También escuchaba a Public Enemy, sus canciones tenían pitidos censores siempre y recuerdo que eso me atraía, es común que a los jóvenes les llame la atención. La juventud es rebelde por naturaleza, eso sí, y en otras épocas se han ido satanizando músicas como el rock, la deriva punk, el rap... siempre por las letras violentas, sexistas o que ensalzan actividades delictivas, algo que obviamente es negativo por definición. El 'drill', en ese sentido, no es algo nuevo, aunque quizá sí lo veo más vacío como expresión rebelde, no creo que tenga una motivación en ese sentido. Eso sí es más preocupante".   

"Bebegrande es muy maja, una currante. Sus letras no tienen violencia, aunque sí dureza; las pocas chicas que hacen drill a cierto nivel suelen burlarse de las actitudes de gallito”.

Bebegrande (nacida en Cabo Verde en 2001 y criada en las Delicias de Zaragoza hace drill y mueve un público grande, pero también experimenta con otras músicas. Aranda se deshace en elogios hacia ella. “Tiene mucho talento, me dijo que en su barrio hay gente de todo el mundo, con muchísima población. Es muy maja, una currante; se ha ido a Marsella a vivir con su madre y trabajar en una tienda de ropa para echar una mano. Sus letras no tienen violencia, aunque sí dureza; las pocas chicas que hacen drill a cierto nivel suelen, de hecho, burlarse de las actitudes de gallito”.

Nuevos talentos

G. Lesson, de 31 años, es un productor zaragozano, de la Almozara. “Ahora todo el mundo anda enfocado en el ‘drill’, pero... a ver qué pasa de aquí a dos años. Estas cosas van y vienen; yo también produzco otros géneros, desde luego. Empecé con el rap y seguí con los estilos nuevos que van viniendo, desde el reguetón al trap; trato de estar atento a todo, sale más trabajo así, ves a las generaciones más jóvenes que se van moviendo mucho y el ‘drill’ ya cala desde los 14, es tendencia”.

El zaragozano G.Lesson, en su estudio de grabación.
El zaragozano G. Lesson, en su estudio de grabación.
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Lesson aclara que este género tiene muchas cosas positivas, empezando por la rítmica. “Me encanta, es muy fresca, gracias sobre todo a las líneas de hi-hat o charles y a la métrica marcada, con dobles tempos y patrones complejos con el bajo a 808; las escalas más agudas son muy interesantes, suena una nota sostenida y en medio ahí una más aguda que crea un efecto… empezó en Chicago, pero realmente se desarrolló en Londres. Ahora hay notas diferentes para cada país, influencias de otros géneros como el pop, el latin… en ciertas líricas hay algo de ‘egotrip’ y personalmente no me gusta la deriva violenta, porque para mí la música es amor, eso es lo real”.

“Ahora todo el mundo anda enfocado en el ‘drill’, pero... a ver qué pasa de aquí a dos años. Estas cosas van y vienen"

Lesson precisa que “la mayoría de los que van por ahí no viven lo que cuentan, claro, pero hay gente que trabaja muy bien. Produje un par de temas con Bebegrande cuando ella tenía unos 17 años, también hace cosas en el afro y otras ondas; un talento como intérprete y letrista. Ahora mismo, el que sería máximo exponente local es Ibzy, del barrio Oliver, está a otro nivel y tiene impacto en toda España, con canciones que se acercan al millón de reproducciones en Spotify; anda por los veintipocos y lo tiene todo: voz, flow, buenas letras... suena callejero pero hay otros valores ahí, no solo ‘películas’. Es un tío humilde”.

La obsesión de Sudy

Leo, a.k.a. Sudy King, tiene 33 años y es un productor venezolano asentado en Zaragoza que, entre otras cosas, trabaja el ‘drill’. “Hablamos de un subgénero del trap; el rap nació como un desahogo, el trap mezcla el entorno del conflicto con la música y el drill, que creció en Inglaterra, va enfocado a mostrar el poder, incluyendo temáticas y alusiones de matiz delictivo. A ver, no es fomento de todo eso, o yo no lo veo así, sino un asunto de mostrar cosas que ocurren, un reflejo del lado más duro de la sociedad urbana. Y si lo vemos de un punto positivo, también es un vehículo para drenar emociones”.

El productor venezolano radicado en Zaragoza Sudy King.
El productor venezolano radicado en Zaragoza Sudy King.
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Barcelona y su área circundante es la cuna del ‘drill’ en España; en Zaragoza, el crecimiento de la escena es notable. “En Zaragoza hay un desarrollo fuerte en los dos últimos años, aunque por desgracia parte de ese crecimiento se fundamenta en mensajes violentos. Yo trabajo también otros géneros, y enfoco mi trabajo en sanear un poco la escena, que la música no sea vehículo de odios, aunque eso me ha generado problemas y enemistades con las bandas latinas, y yo soy latino: imagínate cómo me molesta eso. Tengo una historia de vida que no fue la más bonita, pero he aprendido de los malos pasos que di, ese es mi mensaje. Lo de “yo soy el jambo y tengo el machete en las costillas” o “muevo kilos como Pablo Escobar” no es lo mío. A mi estudio llega gente que viene con propuestas de presumir de la coca que pasan o las armas que manejan… y no viven esa realidad, lo cuentan solamente por sonar más, y eso es un error tan grande como meterse en líos de verdad”.

"Yo soy un ‘nerd’ (pardillo, empollón), pero tatuado; soy profesional de la informática, me gusta leer, mi mensaje es de superación". Sudy King

Dice Sudy que la música es para conectar. “En esta ciudad hay mucha gente con talento, pero ese talento no debería encaminarse hacia algo destructivo, a lanzar mensajes erróneos como que el éxito se genera así. Hay que hacer un trabajo de conciencia, tratar de entender de dónde sale esta realidad; tenemos una herramienta en la música que debe servir para diferenciar lo que es una película y lo que es hablar de realidades, no aplaudir comportamientos delictivos. Obviamente, también hay películas con tiros o traficantes en los cines comerciales, que ven públicos familiares, y nadie entiende que fomenten actitudes criminales”.

Sudy asume las críticas y suspicacias. “Todos hemos cometido errores, pero no tengo miedo. Yo soy un ‘nerd’ (pardillo, empollón), pero tatuado; soy profesional de la informática, me gusta leer, mi mensaje es de superación, llevo 10 años en España y he pasado frío y miedo, y sé cuándo debo endurecer mi postura para mostrar a los chavales que soy como ellos, pero no reproducir las situaciones terribles que pasé en mi país. En eso andamos”.

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