Esta semana, el zaragozano José Andrés López publicaba en Twitter (@josealopez1984) un hilo con unas espectaculares fotografías en el que invitaba a sus seguidores a adivinar de qué lugar se trata. Un paisaje digno del ‘Far West’ que al verlo recuerda a las desérticas zonas del Oeste americano y nos transporta a las películas protagonizadas por John Wayne.

Y hablando de cine, en este paraje “altamente erosionado, con presencia de cárcavas y cortados”-descripción que José Andrés daba como pista inicial- se han rodado desde largometrajes a anuncios, como una de las últimas campañas de la multinacional de la cosmética Shiseido en julio del año pasado. Unos meses antes, una de las firmas más exclusivas de gimnasios de Estados Unidos y Canadá, Equinox, también eligió este impresionante enclave para grabar uno de sus ‘spots’.

El lugar al que nos referimos es la Rambla de Barrachina, ubicada “a solo cinco minutos en coche” de la capital turolense. “Se le conoce como el Cañón Rojo de Teruel por su semejanza con el lejano oeste americano. Y si encima de repente te aparece un jinete...”, explica.

Para llegar a este espectacular paraje formado por mallos arenosos, se accede desde el barrio rural de Villaspesa, por lo que hay que tomar la carretera que conecta con la N-330, previamente cruzado el cauce del río Turia. Antes de llegar a la nacional, hay que tomar un camino de tierra que conduce hasta el tramo final de este barranco, en el momento previo a su desemboca al río.

La Rambla de Barrachina forma parte de la lista de sorprendentes pero poco conocidos parajes aragoneses, en la que también se incluyen, por ejemplo el Focino, en Josa (Teruel), formado por el discurrir de río Sus por un cañón estrecho; los aguarales de Valpalmas y sus estalactitas de tierra, en Zaragoza; o el embalse de Santa Ana, en Huesca, rodeado de montañas.