Aragón defiende y pone en valor el legado de la música de órgano

Treinta y cuatro de los cincuenta y dos instrumentos que serán declarados Bien de Interés Cultural necesitan algún tipo de restauración

El órgano de la iglesia de San Francisco de Teruel. La caja y el órgano son de Pedro Palop, Valencia, 1909.
El órgano de la iglesia de San Francisco de Teruel. La caja y el órgano son de Pedro Palop, Valencia, 1909.
Javier Blasco y Javier Broto

"La lista es una especie de Arca de Noé, para la que se han elegido los órganos más destacables y relevantes. Si solo se salvaran los seleccionados, en Aragón tendríamos una representación de calidad de todos los organeros y épocas". Así define el organista e historiador Jesús Gonzalo el trabajo que ha realizado para el Gobierno de Aragón: una lista de los instrumentos de este tipo más destacados que han llegado a nuestros días. Se prevé declararlos Bien de Interés Cultural (BIC) en las próximas semanas. Culminará así un proceso que, según la directora general de Patrimonio, Marisancho Menjón, "comenzó con José Luis González Uriol, que durante décadas ha trabajado para hacernos ver la singularidad de esta faceta del patrimonio aragonés. Algunos de estos instrumentos ya son BIC, otros no, y necesitábamos singularizarlos para poderlos apreciar en su conjunto. Acudimos a un especialista, Jesús Gonzalo, para que elaborara la lista con criterio científico".

"Este patrimonio tendrá a partir de ahora un marco legal adecuado para su defensa", añade Gonzalo. Los criterios que ha manejado han sido la autenticidad, la época, la representatividad de todos los talleres y diócesis aragoneses... Al final le ha salido una lista de 52: 10 de Huesca, 13 de Teruel y 29 de Zaragoza. En Aragón se conservan más de 220 órganos: solo serán declarados BIC uno de cada cuatro.

A la izquierda, órgano de Arándiga, construido por el zaragozano Miguel Usarralde en 1820. A la derecha, el de la iglesia de San Pedro el viejo de Huesca, del siglo XVIII y de autor desconocido (escuela de Lerín o Éibar).
A la izquierda, órgano de Arándiga, construido por el zaragozano Miguel Usarralde en 1820. A la derecha, el de la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca, del siglo XVIII y de autor desconocido (escuela de Lerín o Éibar).
Javier Blasco y Javier Broto

"Prácticamente todos los artesanos aragoneses conocidos tienen un instrumento en la lista –subraya Jesús Gonzalo–. En cuanto a su cronología, solo hemos tenido en cuenta hasta 1930".

El expediente está actualmente en el periodo de información pública, por lo que habrá alegaciones, que se contestarán una a una. "Evidentemente, puede haber algún instrumento que haya sido excluido en la lista y que se reconsidere su situación", añade. Pero habrá que defender bien su inclusión. Gonzalo lleva décadas estudiando los órganos aragoneses e incluso ha publicado el catálogo de los de la provincia de Teruel. El trabajo realizado ahora, con la colaboración del Servicio de Protección, Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, se resume en un libro de más de 300 páginas en el que cada uno de los instrumentos aparece estudiado con todo detalle desde el punto de vista físico, histórico y musical. Y se argumentan sus valores para ser declarado BIC. Veinticinco de esos órganos ya lo son, el resto no.

A la izquierda, órgano de Báguena, construido por Silvestre Tomás, de Zaragoza, y que tiene una caja barroca de los siglos XVII-XVIII. A la derecha, órgano de Almudévar, de autor desconocido y caja de Juan de Berroeta, de 1594, que proviene de la catedral de Huesca.
A la izquierda, órgano de Báguena, construido por Silvestre Tomás, de Zaragoza, y que tiene una caja barroca de los siglos XVII-XVIII. A la derecha, órgano de Almudévar, de autor desconocido y caja de Juan de Berroeta, de 1594, que proviene de la catedral de Huesca.
Javier Blasco y Javier Broto

Los organeros aragoneses están representados desde el siglo XVI hasta el XX: Guillaume de Lupe, José de Sesma, Ambrosio Moliner, Bartholomé Sánchez, Tomás Sanchez, Nicolás de Salanova, Francisco de Sesma, Silvestre Thomás, Francisco Turull, Juan Antonio Turull, Mariano García, Gregorio Usarralde, Pedro Roqués... En Aragón se conservan cuatro cajas góticas, dato de gran importancia porque en toda Europa se han localizado apenas una treintena. Hay más datos que ilustran esa importancia de la tradición organística en Aragón, como que durante un tercio del siglo XIX, el principal taller de organería español estuvo en Zaragoza, el de los hermanos Roqués, que evolucionaron el instrumento hasta desembocar en el órgano sinfónico de los años 20-30 del siglo pasado.

El nivel de conservación varía. Dieciocho de los instrumentos incluidos en la lista están ya restaurados pero otros 34 precisan de una intervención integral.

"En los últimos años hemos recorrido un gran camino en la recuperación y puesta en valor del órgano y su música –asegura Gonzalo–. En el trabajo de investigación que acompaña la lista apunto también los problemas en torno al órgano en Aragón, en especial la falta de profesionales y técnicos cualificados. Y es que los talleres de organería se extinguieron antes de la Guerra Civil, y los que se han creado después no hanformado regularmente nuevos profesionales. Pero, además, tampoco existe una titulación reglada y en varias localidades donde se ha restaurado el órgano se ha perdido la práctica musical y hace falta un organista".

A la izquierda, el instrumento musical de la basílica oscense de San Lorenzo, con caja de de autor desconocido y fechada a finales del siglo XVII o principios del XVIII, y órgano probablemente de las dos últimas décadas del siglo XIX. A la derecha, el órgano de la Seo zaragozana: la caja gótica es de 1469 y fue pintada en 1474 por Tomás Giner y Felipe Romeu para un instrumento de Johan Ximénez Garcés. Pero el órgano es de Pedro y Miguel Roqués, Zaragoza, 1857-1860.
A la izquierda, el instrumento musical de la basílica oscense de San Lorenzo, con caja de de autor desconocido y fechada a finales del siglo XVII o principios del XVIII, y órgano probablemente de las dos últimas décadas del siglo XIX. A la derecha, el órgano de la Seo zaragozana: la caja gótica es de 1469 y fue pintada en 1474 por Tomás Giner y Felipe Romeu para un instrumento de Johan Ximénez Garcés. Pero el órgano es de Pedro y Miguel Roqués, Zaragoza, 1857-1860.
Javier Blasco y Javier Broto

Los elegidos

Provincia de Zaragoza: Acered, Aguarón, Almonacid de la Sierra, Aniñón, Arándiga, Ariza, Atea, Borja, Brea de Aragón, Cariñena, Longares, Miedes, Muel, Paracuellos de Jiloca y Tauste. En Calatayud, los de Santa María la Mayor, San Pedro de los Francos y Santo Sepulcro. En Daroca, los de Santa María de los Sagrados Corporales, San Miguel Arcángel y Santo Domingo de Silos. En Tarazona, el de la catedral y el de San Francisco de Asís. Y en Zaragoza capital, los de la catedral y parroquieta de la Seo, San Felipe y Santiago el Menor, el de San Pablo y el de las Canonesas del Santo Sepulcro.

Provincia de Huesca: Agüero, Almudévar, Alquézar, Ayerbe, catedral de Jaca y Roda de Isábena. En Huesca capital, cuatro: catedral de Jesús Nazaret, colegio de San Vicente Mártir, basílica de San Lorenzo y San Pedro el Viejo.

Provincia de Teruel: Alba del Campo, catedral de Albarracín, Báguena, Bañón, Bello, Caudé, Cella, Gea de Albarracín, Mirambel, Pozondón y Villafranca del Campo. En Teruel capital, los del convento de San Francisco y la iglesia de San Pedro.

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