Nueva masculinidad en la moda: "¿Mamarrachos? Hay indumentarias que no son para todos, pero sí su mensaje"

La reciente gala de los Goya escenifica una exponencial resistencia a las estrecheces de una visión unívoca del vestir masculino. Lo que unos entienden como mamarrachismo para cada vez más es la manera de abogar por una apertura mental, por una libertad que trasciende orientaciones sexuales e identidades de género.

Paco León (Gucci), Jorge Motos (Palomo Spain) y Eduardo Casanova (Mans Concept).
Paco León (Gucci), Jorge Motos (Palomo Spain) y Eduardo Casanova (Mans Concept).
Agencias

Arriesgar a la hora de vestirse puede traer de vuelta su correspondiente dosis de menosprecio, incomprensión o cachondeo , más si se tiene proyección pública.

Y, sin embargo, en pocos mundos como en la moda se da un lapso tan corto entre lo que se rechaza y lo que se acaba aceptando. De un "menudo mamarracho" o un "eso no lo me lo pongo ni loco" a llevarlo suele bastar que lo venda Inditex.

Aparte de lo puramente estético o comercial, hay tendencias en el mundo de la moda que, lejos de ser flor de un día, plantean cuestiones más profundas que tienen que ver con cómo vivimos en sociedad. Son punta de lanza de cambios venideros y duraderos. ¿O hay que recordar las lindezas que se tuvieron que oír las primeras mujeres que llevaron pantalones?

La ceremonia más importante del cine español mostró claramente cómo se extiende entre los hombres una nueva manera de vestir que va más allá del clásico esmoquin. En apenas unas ediciones de los Goya -teniendo en cuenta que la de 2021 no fue presencial-, los 'looks' que exploran otras formas de entender la masculinidad crecen exponencialmente.

Y no solo en las alfombras rojas: ahí está el estilo de Damiano David, que con su grupo Maneskin ganó la pasada Eurovisión. O, sin dejar el festival ni Italia, los 'looks' de Mahmood y Blanco, quienes tras vencer en San Remo tratarán de repetir gesta en 2022.

Blanco (izquierda) y Mahmood, ganadores del pasado festival de San Remo.
Blanco (izquierda) y Mahmood, ganadores del pasado festival de San Remo.
Ettore Ferrari/EFE

No hace ni una semana, Jacquemus, una de las marcas del momento, mostró a Bad Bunny vestido con ropas tradicionalmente femeninas: top y falda rosas con tacones. Ahí está Billy Porter, protagonista de la serie 'Pose' y hoy por hoy uno de las figuras más influyentes del mundo de la moda. Ya no es extraño ver a un hombre luciendo perlas, una tendencia que tuvo a Harry Styles como principal prescriptor.

La necesidad de libertad es la que está detrás de las vestimentas de algunos de los invitados masculinos de los Goya. Eso es por lo menos la opinión de Alberto Fatás, entendido y amante de la moda, creador de su propia firma, ByAlfavi. "Lo que vimos el sábado son 'looks-mensaje", defiende. "Son maneras de vestir que reivindican la libertad de elección, que dicen que los hombres también pueden arriesgar, que pueden ponerse lo que quieran".

En la misma línea se expresa el diseñador zaragozano Nacho Lamar, Premio Nacional de Moda para jóvenes diseñadores de 2021. "Se está dando un puñetazo encima de la mesa, hay ganas de atreverse, de sentirse libre". "Hay muchos hombres que están aburridos de llevar siempre lo mismo", abunda Arantxa Ezquerro, diseñadora de vestuario y nominada a un Goya por 'Las niñas'.

Ella, que sabe lo que es pasear por una alfombra roja, añade otro aspecto: "Me parece genial que el hombre entre también en ese juego, y, ojo, en esa gran exigencia que implica vestirse de largo para una ceremonia". Para ella, se está produciendo algo así como un camino de vuelta desde que Yves Saint Laurent rompió moldes proponiendo el esmoquin como prenda femenina para la noche.

Por eso, Ezquerro, gran conocedora de la vertiente histórica de la moda debido a su profesión, aporta perspectiva: "Esto no es algo nuevo; en realidad históricamente son los hombres, en concreto los de la nobleza y la realeza, quienes arriesgaban e innovaban, los que marcaban las tendencia". Tampoco quiere olvidar los grandes avances en este sentido que se vivieron en los 80, con Miguel Bosé, Almodóvar, Tino Casal... O el diseñador Francis Montesinos, que el sábado vistió a Guillermo Montesinos.

Guillermo Montesinos vestido de Francis Montesinos.
Guillermo Montesinos vestido de Francis Montesinos.
Biel Aliño/EFE

Alberto Fatás, aun subrayando que una alfombra roja y un ambiente artístico son terreno abonado para divertirse y para la transgresión, destaca algo para él muy importante: "Cada vez hay más hombres que tienen los arrestos de atreverse sin que necesariamente tengan que ser gays. Esto ya es un fenómeno que trasciende la orientación sexual y la identidad de género. ¿Mamarrachos? No, lo que ocurre es que hay indumentarias que no son para todo el mundo, pero sí lo es su mensaje, el de ser libres". Va más allá: "Hay ocasiones en los que elegir determinada vestimenta ni siquiera va de ir favorecido, sino de dar un mensaje. No solo pasa con los hombres. Zendaya no siempre va vestida preciosa, podría hacerlo, eligiendo un Elie Saab, pero ella quiere decir algo más".

De izquierda a derecha, innovaciones en el smoking clásico y sus complementos de Alfonso Bassave, Álvaro Morte, Ávaro Cervantes y Álex García.
De izquierda a derecha, innovaciones en el smoking clásico y sus complementos de Alfonso Bassave, Álvaro Morte, Álvaro Cervantes y Álex García.
EFE

Lamar coincide: "Está cambiando mucho lo que se entiende por heteronormativo. Yo de crío me ponía corrector de ojeras ante el asombro de mis amigos. Y ahora he acompañado a uno de ellos a comprarse un rizador de pestañas". Por eso cree que hay que acabar con ideas erróneas sobre la masculinidad y lo que, supuestamente, la pone en cuestión.

"¡Me encanta que los hombres den pasos arriesgados!", se congratula Arantza Ezquerro. Unos pasos que tienen diferentes grados.

"Hay 'looks' muy transgresores, incluso estrafalarios, y otros que son también revolucionarios pero quizá no tan evidentemente", explica Lamar. Él, que está especializado en sastrería masculina (está a punto de lanzar una línea rompedora con la marca aragonesa Protocolo), destaca ejemplos de los Goya, como el de Alfonso Bassave. "Para mí fue de los mejor vestidos de la noche (coincide con Fatás y Ezquerro), con un esmoquin de terciopelo de Armani y joyas de Bárcena". Para Lamar, son pequeños detalles capaces de darle la vuelta a los clásicos: "Se trata de apostar por otras hechuras y patrones, otros tejidos, estampados y complementos". "Vemos ahora que los hombres llevan enormes broches, joyas, incluso arriesgan con el calzado: Bassave llevaba unos zapatos con algo de plataforma que marcaban la diferencia", detalla Fatás.

Lamar destaca también en este sentido a Álex García. Con un físico que es la quintaesencia de la masculinidad, optó por unos pantalones anchos y solapas grandes en blanco. "Es un traje totalmente diferente sin perder el aire de fiesta ni la elegancia", describe Lamar. El de García era un diseño de Mans Concept, una de las firmas españolas que está revolucionando la moda masculina y en la que Lamar hizo prácticas.

De sus talleres, que han vestido a Blas Cantó o a Aitana (no hay géneros), salió también el modelo de Eduardo Casanova que tanto ha dado que hablar. Fatás lo defiende con pasión: "Yo no me lo pondría ni loco. ¿Y qué? Esto no va de eso, sino de lo que él quiere decir, de si le representa, que en mi opinión totalmente". Coincide Lamar: "Quien haya visto el cine de Casanova entenderá que el traje le va como anillo al dedo". Ezquerro no difiere: "Lo defiende perfectamente. Y eso también es clave, que los hombres vayan poco a poco ganando confianza a la hora de atreverse".

"Por eso es tan importante que haya referentes, porque los hombres van más paso a paso, les cuesta. Costó introducir los pitillos para hombre, ¡pero ahora van a ser tendencia 25 años!", bromea Fatás.

Para Ezquerro, tanto como la alfombra roja empuja la calle y las generaciones más jóvenes, "que tienen muchos menos prejuicios". Ahí está por ejemplo Jorge Motos, un pipiolo en el cine que en la alfombra roja de los Goya se enfundó un Palomo Spain, otra marca clave a la hora de revolucionar la moda masculina española del siglo XXI.

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