Un pintor español retrata a la princesa heredera Mary por su 50 cumpleaños

Jesús Herrera ganó en 2017 el premio de retratos de la Fundación Carlsberg, al que concurrían 1.200 artistas, y protagonizó dos años después una exitosa exposición por encargo del Museo de Historia Nacional.

La princesa heredera Mary junto al retrato de el pintor Jesús Herrera en Dinamarca.
La princesa heredera Mary junto al retrato de el pintor Jesús Herrera en Dinamarca.
Keld Navntoft

El pintor español Jesús Herrera, afincado en Dinamarca desde 2016, ha sido el encargado de retratar por su 50 cumpleaños a la princesa heredera Mary, en un cuadro revelado hoy al inaugurarse una muestra en el Museo de Historia Nacional del castillo de Frederiksborg (en Hillerød, al norte de Copenhague).

La considerada galería nacional de retratos de este país nórdico abrió una exposición dedicada a la figura de la esposa del príncipe Federico, heredero a la corona danesa, cuyo principal reclamo es el nuevo retrato.

Herrera (Petrer, Alicante, 1976) ganó en 2017 el prestigioso premio de retratos de la Fundación Carlsberg, al que concurrían 1.200 artistas, y protagonizó dos años después una exitosa exposición por encargo del Museo de Historia Nacional.

"Propusieron mi nombre, hice una entrevista con la princesa y me eligieron. Creo que les gustó el equilibrio entre lo contemporáneo y lo realista que proponía", explica a Efe el pintor, formado artísticamente sobre todo en Valencia y en Italia.

Herrera admite que al principio sintió "responsabilidad" por la naturaleza del encargo, pero que esta se fue diluyendo una vez que se metió en un proyecto que le ha llevado un año y que quería tener "muy atado" para hacer una obra "con entidad".

"Me han dado libertad total, fue el trabajo perfecto", señala el artista, que resalta que la Casa Real ha estado "muy abierta" a todas sus propuestas y que tanto la institución como la princesa se lo pusieron "muy fácil".

El retrato muestra a la princesa de perfil, sentada en su oficina en palacio, mirando en dirección a la luz que entra en la habitación y que proyecta una sombra en la pared detrás de ella.

"Quería hacer algo minimalista, muy estable, sencillo. Quería que fuera muy armónico, muy nórdico, muy elegante, pero a la vez dinámico, que la arquitectura no pudiese con la figura", afirma.

La elección de la silla, por ejemplo, le llevó varias semanas a Herrera, hasta que encontró un modelo de 1956 en una tienda de Copenhague que se ajustaba a sus pretensiones artísticas.

La de la planta, cuya sombra aparece proyectada en la pared, tampoco es casual: un eucalipto, de origen australiano, como la princesa, que se casó en 2004 con Federico y con el que tiene cuatro hijos.

Herrera ya ha asentado de forma definitiva su base artística en Dinamarca y cuenta con estudio permanente en Copenhague.

Después del parón provocado por la pandemia de coronavirus y del tiempo usado en el retrato, cuyo proceso creativo será objeto de una exposición posterior en el mismo museo, sus próximos planes pasan por una muestra aplazada en su día en Valencia y en retomar varios proyectos en América Latina

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