cultura

Roberto Pérez Toledo y su huella en Zaragoza y Tarazona

El cineasta, que falleció el pasado lunes a los 43 años, atendió a HERALDO hace unos años con motivo del estreno de su largometraje 'Como la espuma'. Recuperamos una entrevista en la que el director y guionista recuerda cómo le impactó 'La novia', de Paula Ortiz.

Roberto Pérez Toledo y su huella en Zaragoza y Tarazona
Roberto Pérez Toledo, en una pausa de sus rodajes.
Heraldo

¿Cuánto tiempo se necesita para contar una buena historia?

Cada historia te pide su duración, y una de mis mayores preocupaciones es determinar el tiempo exacto que necesita cada idea. Mi corto más exitoso, ‘Los gritones’, dura apenas un minuto, y dio la vuelta al mundo.

¿Cuántos cortos lleva rodados? ¿Tiene un recuento en Excell?

Buf, no lo sé. Entre festivales, cortos para la red, los que he hecho para marcas... Me encanta crear sin pararme a pensar mucho en por qué hago lo que hago.

Está a punto de estrenar ‘Como la espuma’. Como director, ¿hay nervios, vértigo, incertidumbre?

Sí, eso siempre. Nunca sabes lo que has hecho hasta que lo enfrentas al público. Y cada espectador es un abismo nuevo.

¿Cómo se encajan después las críticas? Las escenas de directores despechados son un clásico...

Me gustaría decir que paso de ellas, pero no, leo todo ¡y hasta tengo alertas de Google para que no se me escape nada! Me viene bien estar muy expuesto en la redes sociales. La gente dice de todo y sin ningún tipo de tacto. Si sabes digerirlo, es hasta divertido.

La gente joven, acaso por el 21% de IVA, está dejando de ir al cine.

Me encantaría llevarme a las nuevas generaciones a un rodaje para que vean lo mucho que cuesta hacer un simple plano. Me preocupa que tantos jóvenes estén creciendo con la concepción de que la cultura es gratis y creo que se piratea mucho ya por vicio. Es una lucha larga y ardua hasta que todo el mundo se conciencie de que las series con las que disfrutan no se hacen por arte de magia. Es el trabajo de años de mucha gente.

¿Cómo ve el momento actual del cine aragonés? Paula Ortiz, Lamata, García Velilla...

Mencionas a gente que admiro mucho, sobre todo a Paula, con la que comparto generación, actores en común... ‘La novia’ me impactó profundamente, cada uno de sus planos me parece un acierto.

Parece que le gusta Aragón...

¡Uno de mis primeros premios me lo dieron en Zaragoza! Fue con ‘Lluvia’, un corto que ganó una mención en el Festival de Jóvenes Realizadores. También he participado en el Festival de Cine de Comedia de Tarazona, donde presentamos ‘Seis puntos sobre Emma’ y ‘Al final todos mueren’.

Oiga, ¿y qué clase de trauma tiene usted con ‘E. T.’?

Ha sido una película importantísima para mí y me sigue pareciendo una obra maestra. Spielberg consiguió, cuando tenía solo 36 años, que cada elemento funcionara de forma mágica y eterna.

¿Hay alguna película que le avergüence admitir que le gusta?

Cientos. He visto mucho cine clásico e imprescindible, pero también he crecido con pelis y series juveniles de los 80 y 90 que quizás pesan más en mi imaginario que muchas grandes obras de la historia del cine. Alguna vez me han dicho que ven influencia de la ‘nouvelle vague’, pero no sé si será más de ‘Sensación de vivir’...

¿Qué ingredientes no pueden faltan en sus películas?

Me obsesiona la empatía del espectador, encontrar historias en las que se reconozca y personajes con los que se identifique. El cine es un acto de comunicación y lo que cuentas debe traspasar.

Su temática es muy ecléctica pero siempre hay historias de amor poco convencionales.

Lo que más me interesa es el amor en su vertiente perturbadora. El amor nunca es perfecto, o si lo es, su perfección dura muy poco, y ahí, en todas sus contradicciones, desequilibrios y trapos sucios, es donde escarbo como guionista.

¿Sueña con triunfar en el boca a boca, en los Goya, en Hollywood?

Con seguir haciendo películas de todos los tamaños, acertar o equivocarme pero enseguida tener algo nuevo que contar. Me fliparía ser como Woody Allen, no por su talento, sino por rodar una película al año y, cuando una se estrene, estar ya rodando la siguiente.

Los Juegos Olímpicos dan para mucho drama épico. Unas terceras elecciones también...

Como guionista no me atraen tanto los grandes acontecimientos como las pequeñas noticias. El otro día mi amiga y actriz Sara Sálamo me contó la historia de una chica que se casó del brazo del hombre que lleva el corazón trasplantado de su padre fallecido hace años. Ahí hay una película. 

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