Un cinéfilo homenaje al verde y blanco

La llamada “alfombra roja” de los Premios Carmen –que no era tal porque no había alfombra- se celebró en un impoluto y precioso salón del Gran Hotel Miramar, un céntrico hotel de la capital malagueña, a escasos dos kilómetros del espacio donde tuvo lugar la entrega de los galardones, el Teatro Cervantes.

El cine andaluz se ha dado este domingo un autohomenaje merecido y ha celebrado con algarabía la reciente creación de la Academia de Cine de Andalucía y la entrega de los primeros premios que se otorgan al séptimo arte de esta comunidad, en el que ha primado el verde en muchos de las indumentarias.

La llamada “alfombra roja” de los Premios Carmen –que no era tal porque no había alfombra- se celebró en un impoluto y precioso salón del Gran Hotel Miramar, un céntrico hotel de la capital malagueña, a escasos dos kilómetros del espacio donde tendrá lugar la entrega de los galardones, el Teatro Cervantes.

La lámpara de araña que se situaba en el centro del salón iluminaba aún más si cabe la radiante sonrisa de guionistas, productores, artistas, actores y directores de orgullo y de complacencia por haber cocinado por fin unos premios única y exclusivamente verdiblancos.

Sobre las 18:30 comenzaban a llegar algunos de los primeros exponentes del cine andaluz, los presentadores de la gala Adelfa Calvo –con una prenda verde como la bandera andaluza- y Pedro Casablanc, orgullosos del “privilegio” que supone presentar esta primera gala.

Calvo aseguraba a Efe que se ha demostrado que Andalucía “tiene mucho talento” y se congratula de tener “un lugar que proteja a todos los andaluces” que se dediquen al cine, mientras que Casablanc señalaba que está viviendo este día “con estrés, pero con ilusión” y destaca que el cine andaluz “se está consolidando”.

Con el clásico traje negro y corbata desfilaban la mayoría de los hombres, mientras que las mujeres se permitían alguna licencia más en lo referente a la moda, aunque sin llevar nada demasiado estrafalario, creando así una gala sobria en lo relativo a la ropa, pero mucho más desenfada en los gestos y las poses.

Los encargados de desfilar eran los únicos que no llevaban mascarilla, aunque algún despistado entraba con ella puesta –casi siempre a juego con el traje o vestido-, para luego hacer esperar unos segundos a los 30 fotógrafos y otros tantos medios que se dispersaban en una sala de unos 15 metros de largo.

Los pocos varones que se atrevieron a destacar fueron el actor Xisco González, de “Operación Camarón”, con un estrafalario traje rosa con toques de negro, y los integrantes de los grupos encargados de actuar en la gala, “Derby Motoreta’s Burrito Kachimba” y “Danza Invisible”, cuyo vocalista Javier Ojeda portaba una llamativa americana con lentejuelas amarillas.

A partir de las 19:30 hicieron presencia en la gala ilustres andaluces como Fran Perea, Salva Reina, Maggie Civantos –con un vestido rojo intenso que la hacía destacar-, Ingrid García-Johnson –entera de blanco-, Belén Cuesta –que se ahuecaba el pelo frente al espejo- o Pablo Puyol y los medios de comunicación se afanaban en que no se les escapara ninguno.

Ante los múltiples cumplidos de televisiones del corazón y decenas de preguntas de los medios acreditados, los consagrados y los recién creados –donde se notaba la emoción de los jóvenes periodistas-, los cineastas libraban diferentes batallas para no dejar a ninguno atrás.

Los invitados a la alfombra roja se recreaban antes de abandonar el “photocall”, con besos y abrazos entre los presentes y tomándose fotos para conmemorar la antesala de la primera edición de los Premios Carmen. Todo queda en casa para aquellos cineastas que se reencontraban con sus “colegas” de la industria.

Álvaro Morte y Belén Cuesta, actores del fenómeno “La Casa de Papel”, pusieron el toque “Netflix” en la alfombra. Mientras tanto, los actores Paco Tous y Pablo Carbonell discutían sobre quién iba más guapo para zanjar después la amistosa discusión con un abrazo y un beso en la mejilla, no sin antes bromear sobre si estaban vacunados o no.

Poco después de las 20:30, y mientras los famosos esperaban en la sala contigua a la del “photocall” a que se acercara el comienzo de la gala, cerraban la alfombra roja las autoridades y políticos, contentos y orgullosos –al igual que los cineastas- de que por fin se reconozca al séptimo arte con acento andaluz.

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