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Análisis del Tic Watch Pro 3 Ultra: el reloj inteligente más independiente del mundo

El TicWatch Pro Ultra está diseñado para ser independiente del móvil sin renunciar a una buena autonomía.

El TicWatch Pro 3 Ultra tiene un diseño clásico
El TicWatch Pro 3 Ultra tiene un diseño clásico
Heraldo.es

El mundo de los relojes inteligentes se divide entre los que lo hacen todo y los que disfrutan de una gran autonomía. No ha habido ningún fabricante que haya conseguido hacer un ‘smartwatch’ que pueda ser completamente independiente del móvil y no tenga que pasarse las noches en la mesilla amorrado al cargador. Al menos, hasta ahora. El TicWatch Pro 3 Ultra hace honor a su rimbombante nombre y trata de romper esta máxima con un dispositivo que lo promete todo, con hasta tres días de autonomía.

Diseño y doble pantalla

El TicWatch Pro 3 Ultra no es un reloj feo, pero sus acabados no son tan buenos como sus rivales directos. A medio camino entre la elegancia y la deportividad, se trata de un dispositivo en el que prima el plástico y recuerda a un reloj tradicional: con dos botones y una corona que no tiene utilidad. Es ligero, cómodo de llevar y tiene resistencia de grado militar, chapuzones incluidos. La versión 3G de 300 euros cuenta con una correa de caucho negro, mientras que la 4G, de 360 euros, viene con una de cuero marrón que lo hace más elegante.

La pantalla principal es un panel amoled de 1,4 pulgadas y una resolución de 454x454 píxeles que deja una gran densidad de 326 píxeles por pulgada. Sobre ella el fabricante ha situado un panel FSTN –cristal líquido– retroiluminado para mostrar la hora y ahorrar batería. Esta combinación ofrece un acabado mate más discreto y menos llamativo que los relojes de la competencia.

Muchas ‘apps’, buena potencia

El TicWatch no disfruta de la última versión de Wear OS, pero sí que tiene pleno acceso a la tienda de Google con decenas de útiles ‘apps’. Además, el dispositivo es realmente autónomo y con la versión 4G se pueden realizar y contestar llamadas desde la muñeca sin tener el teléfono cerca o escuchar Spotify con unos auriculares bluetooth conectados, mientras corremos por el parque. El usuario podrá también leer sus mensajes y contestar usando emoticonos sugeridos, escribiendo en un diminuto teclado o dictando el mensaje con un sistema de reconocimiento de voz que funciona a las mil maravillas.

La independencia del móvil tiene, sin embargo, sus limitaciones. El usuario puede responder a una conversación de su aplicación de mensajería preferida, pero solo si alguien le ha escrito primero. Además, el asistente de Google no permite, por ejemplo, realizar llamadas usando comandos de voz.

El funcionamiento del reloj es fluido y el panel responde de manera ágil a las pulsaciones de los dedos del usuario. Sin embargo, el software de los relojes no está tan maduro como el de los móviles y todavía se puede apreciar cierto retardo en alguna acción e incluso cuelgues muy puntuales.

Deporte y salud

Otro de los aspectos clave de un reloj inteligente es su papel de monitorización de la salud. El TicWatch no escatima recursos en este apartado y cuenta con GPS, monitor de ritmo cardiaco, lector de oxígeno en sangre y es capaz de contar los pasos, estimar las colorías consumidas e interpretar la calidad del sueño del usuario. Las aplicaciones integradas en SaludTic son capaces de monitorizar decenas de deportes y los usuarios que lo prefieran pueden optar por Google Fit, Strava u otra ‘app’ de la tienda.

Los más exigentes echaran en falta funciones como el electrocardiograma o la medición de la composición corporal, presentes en relojes de gama alta como el Samsung Galaxy Watch. A cambio el TicWatch incluye otras capacidades como la medición de decibelios, la detección de latidos irregulares o la vigilancia de la fatiga mental y los tiempos de recuperación entre ejercicios.

De uno a tres días

La autonomía era, en teoría, una de las mayores virtudes del TicWatch. Gracias a su pantalla de cristal líquido el usuario puede consultar información como la hora o datos del entrenamiento sin drenar el depósito. 

Por desgracia, esta innovación no es suficiente para convertir a este reloj en el gran campeón que pretendía y la duración de la batería varía muchísimo dependiendo del uso: los entrenamientos, la medición constante del pulso y el nivel de oxígeno en sangre, el uso del GPS, escuchar música o recibir muchas notificaciones marcarán la diferencia entre una o varias jornadas. 

Con un uso muy ligero el reloj puede apurar los tres días, pero los más exigentes lograrán agotarlo en 24 horas.

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