Los Pirineos pesan 640.668.459.648.210 toneladas

La artista aragonesa Lara Almarcegui inicia 2022 con exposiciones en Francia, Holanda y Estados Unidos, y muestra sus cálculos sobre la cordillera

Lara Almarcegui inaugurará una muestra en febrero en la ciudad de Villerurbanne.
Lara Almarcegui inaugurará una muestra en febrero en la ciudad de Villerurbanne.
Creative Time y Art Basel

La cordillera de los Pirineos pesa 640.668.459.648.210 toneladas. 640,6 billones de toneladas. El cálculo lo ha hecho la artista Lara Almarcegui (Zaragoza, 1972), que lleva más de dos décadas generando reflexión, debate y controversia sobre la intervención del hombre en la Naturaleza. Creadora de gran proyección internacional (representó a España en la Bienal de Venecia ya en 2013), inicia 2022 con tres exposiciones individuales en Francia, Holanda y Estados Unidos.

Parece que odia las ciudades... Sobre todo las que son caníbales y trituran sus propios espacios.

Empecé a trabajar mirando al espacio urbano a mi alrededor. Sentía que había demasiada construcción, que todo era diseño, y tenía la impresión de estar rodeada por todas partes por espacio controlado. No podía respirar. Eran los años 90, los del furor de la construcción,  y me sentía bastante sola en esta crítica de lo construido. Mi enfado generó que empezara a hacer proyectos que fueran todo lo contrario a construir: demoler, preservar demoliciones, cavar, defender descampados, poner edificios en trozos... eran mi forma de dar una patada a tanta construcción y diseño.

Sin embargo, vive en una ciudad, Róterdam, parecida en tamaño a Zaragoza y quizá más caníbal, ¿no?

Róterdam es una ciudad que no termina de funcionar, tiene muchos huecos urbanos tras los bombardeos que sufrió. Es una ciudad con posibilidades, en la que artistas y arquitectos nos sentimos a gusto. Con una comunidad de artistas generosa, que siempre está intentando que lleguen artistas nuevos a la ciudad. Abierta quizá por su condición portuaria, pero también porque es muy pobre, Róterdam no es una ciudad burguesa ni sofisticada. Aquí andamos vestidos con el mono de trabajo, concentrados en lo que llevamos en cada momento entre manos, sin mayor ambición social, sin tonterías. Es una buena ciudad para trabajar. 

En estos momentos tiene tres exposiciones individuales abiertas y prepara una cuarta. Empecemos con la del Fonds Regional de Art Contemporaine de Marsella, ‘El descampado ex-Río Tinto’, que se inauguró en noviembre y se clausura el próximo día 15. 

Hicimos una guía de un descampado -los terrenos de la antigua industria de Rio Tinto- un terreno enorme justo donde termina Marsella y empieza el monte, en unos acantilados sobre la costa. Un terreno que tiene un duro pasado como cantera de áridos para la construcción del puerto, que posteriormente fue adquirido por Rio Tinto, que lo acabó convirtiendo en sede de una industria química con tratamiento de plomo, sulfuros, sodio y procesos cada vez más contaminantes, hasta que, debido a las normativas europeas, se cerró. Y entonces se inició un proceso de descontaminación. Justo ahora que es el momento de urbanizar ese espacio y se tiene que decidir su futuro, es cuando hay que reflexionar sobre él. Y he publicado esta guía, que en la exposición es gratuita y se acompaña de fotos del terreno.

Llevo décadas publicando guías de descampados y mientras haya descampados interesantes, seguiré haciendolo. No me queda ninguna duda de que el de Marsella necesitaba este trabajo, por las dificultades que tuve para que me dieran información. Incluso, cuando organizamos una visita al terreno, a una de las personas que nos iba a acompañar su jefe le acabó prohibiendo que lo hiciera. Cuando hay tanto miedo a hablar de un lugar es cuando hay que hacerlo. 

Descampado de Rio Tinto en Marsella, que ha inspirado uno de los proyectos artísticos de Lara Almarcegui.
Descampado de Rio Tinto en Marsella, que ha inspirado uno de los proyectos artísticos de Lara Almarcegui.
Heraldo.es

En Ming Studios, Idaho, Estados Unidos, su exposición puede visitarse hasta el 28 de enero y el protagonista de ella es el basalto.

El basalto, la lava de los grandes volcanes americanos, se ha extendido hacia el oeste durante miles de kilometros, solidificándose hace unos 15 millones de años y ahora se extrae como material de construcción. Acababan de dinamitarlo en una cantera y, tal cual, justo tras reventar, nos lo hemos traído a la sala llenando todo el espacio disponible. Es descarnado, creo, ver el basalto tan desnudo. Tal cual, hecho pedazos.

Antes de comentar su exposición en Amsterdam, cuente algo de otra exposición en Francia, la que inaugurará el 3 de febrero en el Instituto de Arte Contemporáneo de Villeurbanne, dentro del programa de esta ciudad como capital cultural de Francia. 

Empecé el proyecto invitada por una asociación de familias que ven amenazadas sus viviendas; preparamos un libro narrando la increíble historia de como las ocho familias construyeron sus casas cooperando y ayudándose entre ellas. Como el cabeza de familia de una era dibujante, trazó los planos de las ocho casas; otros dos eran albañiles y se ocuparon del hormigón; otro era fontanero, otro electricista, otro cerrajero, otro calderero e hizo las calderas de todos… así construyeron juntos las ocho viviendas. La exposición también tendrá una gran montaña de hormigón de cenizas (‘machefer’, se llama en francés) reutilizado de las construcciones del barrio demolidas. Se trata de un material que se utilizaba mucho allí y que surge a partir de las cenizas de fundición de altos hornos. Es un material que nos habla del pasado industrial de la zona. 

Volvamos a otra exposición que se puede visitar ya, ‘Stopped Quarry’, en la galería Ellen de Bruijne Projects de Ámsterdam, que se inauguró en noviembre pasado, ha estado un tiempo cerrada al público por la pandemia y se 'reinaugura' la próxima semana. Allí presenta sus trabajos en torno al Pirineo, que ya presentó el año pasado en el Centre d’Art la Panera y que ha realizado con la colaboración de la Fundació Sorigué y el Centro de Arte y Naturaleza de Huesca.

Muestro dos proyectos sobre el Pirineo. Por un lado, conseguimos que una gravera de áridos (Sorigué) parara la extracción y la producción por un día, de forma que el público pudo pasear contemplando el material tras su recorrido milenario arrastrado de la montaña, depositado junto a los ríos, en la cantera recién extraído, apilado, esperando a ser transformado en hormigón y material de construcción de la ciudad. Por otro lado, está el cálculo del volumen y peso de todas las rocas del Pirineo. 

¿Por qué el Pirineo? Usted, que llama la atención y genera debate sobre los espacios  preteridos o marginados por el urbanismo, ha elegido un espacio natural relativamente virgen como eje de su trabajo.

El Pirineo es el origen de los materiales que depositan lo ríos y de donde viene el material de la gravera que paramos. Pirineo como origen de todo el territorio en torno a los grandes ríos, pues sus llanos, es decir, donde he nacido yo, son sedimentos, arenas y gravas que ha arrastrado el río desde la montaña. En mi cabeza, el Pirineo formó todo el terreno a sus pies y, de alguna manera, es propietario de él: el Pirineo hace lo que le da la gana con los llanos, con los ríos y con nosotros. Me anima pensar que es el Pirineo quien decide y nos controla. 

Los Pirineos pesan 640.668.459.648.210 toneladas. Cuesta hasta leer la cifra. Habrá quien piense que qué sentido tiene hacer el cálculo. Y quien piense que esa cifra es tan buena como cualquier otra.

Sí, esto es divertido, porque parece un número inventado. Pero hemos trabajado durante meses en el cálculo con geólogos del Instituto Geominero y con quienes elaboraron los planos geológicos del Pirineo y trabajan en una agencia de ingeniería de Zaragoza. Para hacer el cálculo, primero hay que trocear en volúmenes de diferentes rocas. Al decir cuanto granito hay en el Pirineo o cuánta grava, estoy presentando la montaña como recurso en potencia para la construcción. Cuando digo 'recurso' me refiero a la ley minera que dice que lo que hay bajo tierra es un recurso natural propiedad del Estado al servicio de los españoles. Y a mi, la verdad, no me encaja que el Pirineo sea un recurso natural al servicio de los españoles.

Todo su trabajo busca generar debate, reflexión, sacudir al espectador y plantearse la necesidad de reparar aquello en lo que habitualmente no se repara. ¿Es el debate un elemento más, o quizá el elemento primordial del arte contemporáneo?

Mis proyectos suelen provocar debates que no aspiro a controlar. Pero, al final, lo que me impulsa a trabajar es esa sensación de que hay algo que no me encaja. Aunque entienda lo me están explicando de la realidad, hay algo que me mosquea y me pone a trabajar. Así, por ejemplo, cuando se discute si se construye una cosa u otra en un descampado, a mi lo que me parece urgente es que no se construya nada. 

Para usted las rocas y los materiales de construcción son como los colores para un pintor. 

A base de buscar la forma de hablar de las construcciones y la ciudad de una forma física, fui fijándome en los materiales. Para hablar de la enorme escala de la construcción tuve que coger su misma escala -y la escala de la construcción que es gigantesca y me ha llevado a las enormes intalaciones de materiales-. Así he ido desarrollando mi trabajo. 

Hubo un momento de su vida en el que sintió la necesidad de empezar a hacerse con los derechos de exploración minera de algunos yacimientos. ¿Por qué?

La existencia de los derechos minerales, es decir, que los estados sean propietarios de lo que hay bajo tierra y lo den a empresas, me impresionó mucho, sobretodo al descubrir que una firma como Shell es propietaria del subsuelo de la ciudad donde vivo, Róterdam. Así que decidí que mi proyecto sería conseguir derechos, pero no de un mineral de moda como el litio, sino del más normal y barato que existe, el hierro, básico para la construcción. Y como los derechos mineros son exclusivos, al tenerlos yo, los protejo. De forma que, mientras estén vigentes mis derechos, nadie, ni siquiera Shell, puede tocar ese hierro, que se queda bajo tierra. Las leyes mineras me obligan a realizar exploraciones, pero poco a poco cumplo mis obligaciones y estudio los yacimientos.

¿Cuántos derechos de exploración minera tiene?

Empecé con los derechos de hierro de un terreno de un kilómetro cuadrado cerca de Oslo. Según la ley minera, los derechos incluyen hasta el mismo centro de la tierra. Luego conseguí hierro en Austria, también hasta el centro de la tierra, y acabo de conseguir otro yacimiento cerca de Estocolmo donde aún he de hacer la investigación, pues la ley minera me obliga a estudiarlo. También conseguí en su día el pequeño volcán de Agrás (en la Comunidad Valenciana). Cuando expiraron los derechos conseguí una ampliación por un año más, pero también han expirado ya. En fin, que ando extendiendo, defendiendo los derechos lo mejor que puedo.

Su trabajo puede tener también lecturas políticas, no sé si las busca o no. 

Proteger un yacimiento de hierro de 300 millones de años claro que puede tener una lectura política, pero lo cierto es que ninguna empresa minera querría sacar hierro de un yacimiento tan pequeño como los míos. Mi proyecto es bien inútil. Si fuera una activista, me habría ido a proteger el hierro de la mayor mina de hierro de Europa ( en el norte de Suecia). Mi trabajo aunque sea real, se desenvuelve, al fin y al cabo, dentro del campo de la estética. O, si quieres, de lo simbólico, del arte.

'A Wasteland in Ebro River', la intervención artística realizada por Lara Almarcegui para la Expo 2008.
'A Wasteland in Ebro River', la intervención artística realizada por Lara Almarcegui para la Expo 2008.
Heraldo.es

Usted protagonizó el proyecto artístico más singular de la Expo 2008, ‘Un descampado en la ribera del Ebro’. Consistió en aislar hectárea y media de superficie para que el tiempo y el azar la fueran modificando y quedara como zona natural sin diseño. ¿Cómo ve su trabajo en la ribera del Ebro con el paso de los años?

Ese proyecto fue un sueño hecho realidad y me alegra haber podido realizarlo, tanto que cuando presento todo mi trabajo en un libro o en una conferencia, como ya he hecho un par de veces en la Tate británica, siempre terminó con la foto del descampado junto al Ebro, que es de gran belleza. Para mi es también un viaje de ida y vuelta.

¿Tiene algún proyecto o exposición pendiente en Aragón? ¿Qué le gustaría hacer aquí que todavía no le han propuesto?

Cuando empecé a buscar yacimientos de hierro y derechos minerales colaboré con geólogos de Zaragoza que me ayudaron a localizar varios yacimientos abandonados (Luesma, Tabuenca...). Había empezado el proyecto con una beca de la universidad Leuphana en Alemania y tenía una subvención de Róterdam. Una empresa de hierro de quí estaba dispuesta a cederme derechos mineros para apoyarme, pero el Gobierno de Aragon no me dió el permiso, así, tuve que llevarme el proyecto fuera y acabé consiguiendo hierro cerca de Oslo. Aún tengo pena, la verdad, por no haber conseguido un yacimiento de hierro en Aragón.

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