'Celebrity Bake Off': el reverso buenrollista de 'Masterchef' que hace amigas a Soy una Pringada y Esperanza Aguirre

El concurso culinario de Amazon Prime hace de la escasez de medios virtud poniendo el humor por delante de la bronca.

Soy una pringada y Esperanza Aguirre se han hecho 'mejores amigas' horneando pasteles.
Soy una pringada y Esperanza Aguirre se han hecho 'mejores amigas' horneando pasteles.
Amazon Prime Video

La casualidad ha querido que la controversia en torno a 'Marterchef' por la desgraciada muerte de Verónica Forqué haya prácticamente coincidido en el tiempo con el estreno en Amazon Prime de 'Celebrity Bake Off', la versión española del concurso británico de pastelería. Como las comparaciones no solamente son odiosas, sino que a veces son inevitables, ya son muchos los espectadores que han lanzado las primeras: "Se puede hacer un concurso de cocina de buen rollo".

Efectivamente, lo primero que llama la atención de 'Celebrity Bake off' es la práctica ausencia de drama o broncas, a lo que contribuyen el cásting, los presentadores y el jurado. 

Una felizmente recuperada Paula Vázquez es la encargada de conducir el espectáculo junto al actor Brays Efe. Como jurados, dos expertos reposteros, Fredéric Bau y Clara Villalón. En general, ambos son más proclives al halago que al tirón de orejas. Como no podía ser de otra manera, son mil veces más dulces que sus homólogos del programa de RTVE.

La variedad de perfiles de los participantes es también un punto a favor. Hay dos representantes del deporte. Por un lado, el exárbitro Eduardo Iturralde y el exfutbolista Joan Capdevila. El dúo cubre el espectro que correspondería al tópico masculino: graciosetes y simpáticos, patanes, pero también apañados. Como los describió Brays Efe, son "los malotes que se sientan al final del autobús en las excursiones". Junto a ellos, el guapo y, ojo, nada despreciable repostero Andrés Velencoso. Hay dos triunfitas, eso sí, 'premium gran reserva': la siempre solvente Chenoa y Soraya Arnelas. Las dos demuestran que sirven tanto para el canto como para sacar adelante un buen postre. Hay también actores: Adriana Torrebejano, Pablo Rivero y la tronchante Yolanda Ramos, que pide a gritos un programa para ella sola (con que la siguiera una cámara bastaría). No falta la 'creadora de contenidos', Paula Gonu, nueva 'profesión' que últimamente sustituye a 'joven empresario' como ocupación indefinible. Y está James Rhodes tratando de bordar unas torrijas y tomándoselo muy en serio. El que más... ¿El único?

Pero si hay dos concursantes que dan pleno sentido a esta edición de 'Bake Off' y escenifican como nadie su tono amable son la youtuber y actriz Esty Quesada (conocida como Soy una Pringada) y Esperanza Aguirre, que le ha cogido el gusto al entretenimiento televisivo.

La 'Pringada' se está construyendo una nada despreciable carrera catódica. Primero, como una de las protagonistas de la serie del momento, 'Venga Juan', de la que ahora mismo HBO Max está emitiendo su tercera temporada con, por fin, la repercusión que merece. En la creación de Diego San José, Quesada interpreta a la hija del personaje principal, un político corrupto al que da vida Javier Cámara.

Además, la joven, de 26 años, protagonizó un programa de viajes junto a Nuria Roca.

En el concurso culinario suelta perlas impagables mientras amasa y hornea, pero, sobre todo, protagoniza un curioso duelo con Esperanza Aguirre, que tampoco se corta un pelo. Situadas físicamente muy cerca e ideológicamente en las antípodas, ambas se han ayudado en el concurso, aunque la política también ha tenido que aguantar algunas pullas de la vasca, que la expresidenta de Madrid ha encajado con su cinismo habitual. "Hemos aprendido que los extremos pueden llevarse", dice Esty Quesada en un momento del concurso. "¿Qué extremos?, le responde Aguirre añadiendo: "Yo ya te he dicho que eres muy dulce, aunque no quieras parecerlo".

Son las dos guindas de un pastel que, en cualquier caso, no es perfecto. Si seguimos las comparaciones con 'Masterchef' es obvio que el programa de Amazon se hace con muchos menos medios. 

Se desarrolla siempre en el mismo lugar, aunque, todo hay que decirlo, precioso: los claustros de Ayllón, en Segovia. No se puede disfrutar, por tanto, de los paisajes que 'Masterchef' ofrece en sus pruebas de exteriores, pero tampoco hay que soportar las chapas del presidente de la diputación provincial o de la D.O. de turno.

 Sucede también en 'Bake off' que las pruebas y la mecánica pueden llegar a resultar un tanto repetitivas, previsibles o incluso premiosas. El aburrimiento no termina de llegar, no obstante, en gran parte gracias a la chispa de los participantes, pero también por la duración de cada capítulo: 50 minutos.

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