Un discurso en aragonés, el recuerdo a Félix Romeo y Cachi, y un ‘sketch’ improvisado

La gala de entrega de los VII Premios Artes & Letras cumplió con la tradición y estuvo llena de jugosas anécdotas, quizá en mayor número que otros años. Hubo, como suele, recuerdos a creadores y representantes del mundo de la cultura que ya nos han abandonado, como el escritor Félix Romeo, que fue clave en la vida de varios de los galardonados, como Chusé Raúl Usón, el editor de Xordica, al que ayudó a que convirtiera su sueño en realidad.

Usón, al tomar la palabra, hizo buena parte de su discurso de aceptación en aragonés, reivindicando así una lengua a la que ha dedicado muchos de sus afanes profesionales. De la muerte de Félix Romeo se cumplen diez años este 2021.

Más reciente, un año, es el fallecimiento de Julián Torres ‘Cachi’. El popular locutor musical centró buena parte de las palabras de Juan Aguirre, que incluso le dedicó el galardón. «Fue crisol de una generación que se dedicó a difundir músicas que eran desconocidas para todos nosotros entonces -dijo-. Vivió la música de forma intensa y supo transmitirla a través de la radio. Creo que en esta ciudad no se ha sido justo con él». Aguirre estaba tan concentrado en su discurso, y en apresar las palabras que quería pronunciar, que al terminar casi se olvidó su trofeo en el escenario.

"Un himno colectivo"

Del dúo Amaral, Antón Castro, responsable del suplemento, había destacado minutos antes que «Eva posee una de las grandes voces de la música europea, pero ahora además parece bailarina y actriz, un prodigio de la naturaleza que se ha refugiado en los bosques de A Ribeira Sacra y atrapa la paleta de todos los colores. Y Juan es el mago de las guitarras: las colecciona, las prueba, conversa con ellas y les extrae un sonido incomparable. Juntos, Eva y Juan, nos regalan a diario una música poderosa que se convierte en un himno colectivo que nos alumbra de estrellas y de alegría».

No fue Antón Castro quien abrió el acto, con lo que se quebró una ley no escrita, pero cumplida, en los últimos años. Y es que David Angulo, galardonado en la categoría de Música, tenía un ineludible compromiso profesional en el Teatro Principal. Por eso se le permitió que abriera el acto. Angulo, uno de los motores de ‘Oregón TV’, ha publicado este año su segundo disco, ‘Música para un teatro invisible’. Y cantó en la gala, en directo, uno de sus temas, ‘Reset’, acompañado al piano por Satur Rodríguez. La canción está dedicada a sus hijas, Inés y Laura, presentes en la sala. Cuando acabó de cantar, las llamó y se fue con ellas.

No fue la única actuación musical de la velada, que la abrieron y cerraron al piano los hermanos Juan Fernando y José Enrique Moreno Gistaín. El dúo barbastrense interpretó una pieza del turolense Antón García Abril y cerró el acto con Falla.

También actuó María José Hernández, que fue Premio Artes & Letras de la Música en 2018, y que eligió nada menos que ‘El vals del mono loco’, una de las canciones que incluyó en el disco ‘El mar del deseo’, del año 2000, la segunda de sus grabaciones. «Si sólo somos un leve latido/en el pulso incontable de nuestro universo/resulta terrible que a pesar de eso/tengamos contra las cuerdas su precioso equilibrio». Todo un alegato en contra del deterioro del medio ambiente, que sigue de plena vigencia hoy.

A Gaizka Urresti le tocó recoger el penúltimo premio de la noche, y bien que lo lamentó, ya que, dijo, «casi todos los que han pasado por aquí han empleado en sus discursos algunas de las palabras que yo tenía previsto pronunciar». El cineasta está preparando sendos trabajos sobre José Antonio Labordeta y la ‘Terapia de parejas’.

Pero la gran anécdota de la gala corrió a cargo de Teatro Indigesto. En realidad, el galardón en la modalidad de Artes Escénicas, Circo y Danza ha recaído en el encuentro Zaragoza Improvisa, pero lo sustenta la mencionada compañía zaragozana. Uno de sus rostros más visibles, la actriz Encarni Corrales, subió a recoger el galardón, pero se le sumaron sus compañeros y todos juntos improvisaron un ‘sketch’ con dos de los asistentes a la gala elegidos al azar. Según esos dos espectadores aportaban datos personales evolucionaba el ‘sketch’ en escena, a cargo de los seis actores. Hubo momentos de gran comicidad y se demostró que la improvisación es todo un arte.

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