Un espectáculo con sello aragonés ilumina la playa de la Concha de San Sebastián

La luz y el sonido protagonizan la instalación que hoy se inaugura en la bahía donostiarra, y que ha sido diseñada por el estudio del bilbilitano Sergio Sebastián.

Vista aérea de la bahía, iluminada por los cañones láser instalados en la isla de Santa Clara
Vista aérea de la bahía, iluminada por los cañones láser instalados en la isla de Santa Clara
Sebastián Arquitectos

El estudio de arquitectura del aragonés Sergio Sebastián (Calatayud, 1976) es responsable desde hace varios años del diseño de la iluminación navideña de calles y plazas de ciudades como Madrid, Sant Cugat y Zaragoza. El arquitecto bilbilitano es uno de los más prestigiosos diseñadores en este campo desde que en 2004 se impuso con la obra ‘Confetti’ en un concurso convocado en Madrid para iluminar la plaza de Chueca. Le siguieron el galardonado ‘Campanas’ (Premio Nacional de Arquitectura con Eñe), en la calle Preciados, y desde entonces ha seguido acumulando reconocimientos por su trabajos.

Ahora, Sebastián ha decidido dar un salto cualitativo y cuantitativo para crear una instalación de luz y sonido que hoy se estrena en la ciudad de San Sebastián. Se trata de un espectáculo que cuenta con cuatro piezas musicales, una de ellas creada expresamente para la ocasión, acompañadas de un diseño de luces diferente. Desde hoy y hasta el 31 de diciembre podrá disfrutarse en cuatro pases diarios, cada media hora desde las 18.30.

Se realizará desde la isla de Santa Clara, donde se han instalado 15 cañones láser «capaces de proyectar 45 rayos de luz con una trazabilidad perfecta y un alcance de 1.2 kilómetros, la distancia que hay desde la isla a los relojes del paseo. Se proyectan también en el cielo y cambian de color», explica Sergio Sebastián.

Sobre la realización de este proyecto, el arquitecto bilblitano explica que «la instalación ‘Kontxa’ se ha creado a medida de uno de los espacios más emblemáticos de toda la franja cantábrica, la playa y la bahía de la Concha de San Sebastián. Para nuestro estudio representa un cambio muy significativo. Hemos pasado del espacio público urbano, de calles y plazas, a la escala ‘XL’ de un paisaje semidomesticado que la capital donostiarra ha querido hacer suyo en ese espacio tan representativo».

La instalación vista desde el paseo durante las pruebas efectuadas antes de su puesta de largo
La instalación vista desde el paseo durante las pruebas efectuadas antes de su puesta de largo
Sebastián Arquitectos

Es un punto emblemático también por su consideración artística, «entre la escultura ‘Construcción vacía’, de Oteiza, en el monte Urgull; el ‘Peine del viento’ de Chillida, al final de la playa de Ondarreta, y ‘Hondalea’, de Cristina Iglesias, en el faro de la isla de San Clara. Pro ello decidimos crear esta gran concha de rayos de luz láser con todo el respeto hacia esas grandes figuras del arte contemporáneo. Obviamente, con gran humildad, con gran cautela, pero no por ello con menos ambición y emoción», añade.

Diálogo visual y sonoro

La instalación dialoga con el medio tanto urbano como natural. «La luz láser acaricia las olas y produce una serie de efectos, de tornasoles y arcoiris en la arena, por acción del vapor y la humedad de la bahía sumadas a la niebla –relata Sebastián–. No es una mera foto fija desde la playa de la Concha sino que está pensada para verse desde muchos lugares», subraya.

En esta ocasión, el equipo del arquitecto aragonés se ha hecho cargo, además del proyecto, de la dirección artística del ‘show’ que integra la luz y el sonido. La música también es clave en esta experiencia. «La pieza ‘Geziak’ ha sido compuesta a medida de este espacio por un equipo de jóvenes arquitectos aragoneses, que forman Estudio Hábito, y que han ideado esta composición para su integración con los cañones de láser. La melodía ahonda en las raíces no solo ambientales de la bahía de la Concha sino también tradicionales, con el sonido de chalapartas, panderos y gaitas que se mezclan con la lluvia, la bruma, el ruido de las rocas y del mar. Es una obra muy evocadora», revela.

La materialización de este trabajo «ha supuesto un gran reto, un aliciente y un salto en el desarrollo de este tipo de propuestas que dialogan no solo con la ciudad sino con el propio medio natural, como si de una obra de ‘landscape’ se tratase», comenta.

Desarrollada durante la pandemia, la introducción de esta instalación en las circunstancias actuales es una aspecto que se tuvo en cuenta desde un primer momento. Sebastián señala que «una de las cuestiones que nos llevó a plantearla el año pasado, en plena crisis sanitaria, fue la idea de que se trata de un gran escenario que permite disfrutar de esta experiencia de una forma segura. Por eso invito a todos los aragoneses a que, si tienen ocasión, acudan a verla».

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