Delicatessen del mundo: un paraíso internacional en Zaragoza para los muy lamineros

El iráni Leo Nasari ha abierto en el centro de Zaragoza una puerta a sabores del mundo con especial atención al dulce. Ofrece baklavas persas, frutas deshidratas tailandesas o chocolates chilenos.

Si los frenazos en seco de los viandantes frente a su escaparate dan idea de la expectación que ha generado Delicatessen del Mundo, puede decirse que es mucha. "¡Anda, los dulces estos tan ricos!", se oye a cada rato desde dentro del local. Con “los dulces esos tan ricos" se refieren a los baklava, una receta milenaria y tradicional en países del mundo árabe, Turquía o los Balcanes que consiste básicamente en un pastelito hecho con pasta filo, miel y frutos secos.

Desde hace apenas una semana, la vitrina del número 40 de la céntrica calle Don Jaime de Zaragoza muestra una variada oferta de estos dulces, en este caso confeccionados a la manera persa. Y es que el impulsor de este negocio es un iraní: Leo Nasari.

Lleva desde hace años importando a España este tipo de repostería tan singular, aunque a la par cada vez más popular.

En Delicatessen del Mundo hay muy diferentes tipos de este dulcísimo postre, hasta de chocolate, pero con especial atención al pistacho.

Pero no solo de baklavas vive Delicatessen del Mundo. De Turquía llegan también a orillas del Ebro una suerte de gominolas que, en realidad, están hechas con almidón de maíz saborizadas con el gusto de frutas como la fresa o la naranja.

Otra parte importante de su oferta son las frutas deshidratadas traídas de medio mundo. Las hay muy exóticas, propias de países como Tailandia: papaya,pomelos, mangos... Hay piña con zumo de mora, higos de Turquía o bayas de goji de Japón. También dátiles Medjoul, los más preciados.

Un snack sano

Leo cuenta que las frutas deshidratadas van muy bien en guisos, y funcionan asimismo a la perfección añadidas a ensaladas o yogures. O, simplemente, tal cual, como un snack sano, porque no tienen más azúcar que la de la fruta. En la misma línea están los frutos secos, con algunas variedades originales, como las nueces de macadamia, las brasileñas o las chilenas, consideradas unas de las mejores del mundo. El chocolate también ocupa una parte importante de Delicatessen del Mundo, mezclado, eso sí, con frutas o frutos secos: recubriendo anacardos, pistachos, plátano...

Por último, los amantes del té y de las infusiones tienen también una cita en Delicatessen del mundo, donde se venden mezclas exóticas. Un pequeño samovar da la oportunidad de probar ‘in situ’ algunos de ellos.

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