ARTE E INDUSTRIA. OCIO Y CULTURA

Caixaforum expone la revolución de la impresión en 3D, que cumple 30 años

La muestra ‘Print3D. Reimprimir la realidad’ aborda, en 200 piezas, la evolución y la utilidad de una propuesta decisiva en salud, la moda o el arte

César García Sáez explica algunos aspectos de la muestra.
César García Sáez explica algunos aspectos de la muestra.
Toni Galán.

“El futuro ya está aquí” es un viejo eslogan que sirve casi siempre para todo. Las llamadas nuevas tecnologías aceleran el mundo tan de prisa que corremos el riesgo de volvernos extranjeros en él o extraterrestres desfasados. La muestra ‘Print3D. Reimprimir la realidad’, que se acaba de inaugurar en Caixaforum, es una de esas muestras, de alto contenido estético y didáctico, que nos dejan con la boca abierta: es la constancia de que la ciencia ficción se hace verdad y de que la loca de la casa, la imaginación, carece de límites. 

César García Sáez, el asesor científico de la muestra, instalada en la primera planta, recordaba ayer que las impresoras en 3D, en volumen, existen desde hace 30 años, pero que cada vez su penetración es mayor en todos los ámbitos, tanto que podría hacerse una casa o esa base lunar que concibió Norman Foster y que se presenta en la exposición en una maqueta.

¿Cuál es el objetivo de la muestra? Ricardo Alfós responsable de Caixaforum -su arquitecta Carme Pinós acaba de recibir el Premio Nacional de Arquitectura- está muy feliz con una propuesta que plantea muchas cosas: la relación entre lo real y lo virtual, la inteligencia artificial, el diseño artístico e industrial que convergen, en qué ámbitos se desarrollará más o antes esta disciplina. ‘Print3D. Reimprimir la realidad’ pretende divulgar “el conocimiento científico, la investigación y la posibilidad que ofrece la impresión en 3D, una tecnología esencialmente colaborativa” que señala nuevos caminos para la producción y la industria. La impresión por 3D se basa en la fabricación aditiva: se va agregando material capa a capa para producir, con tiempo (horas, casi días…), las piezas. Y eso se puede hacer en un todo o de modo fragmentario, como sucede con la moto que se presenta en las salas.

César García Sáez, que dirigió una visita guiada que también muestra aspectos que fluctúan entre el deslumbramiento y el pragmatismo, recordó que gracias a este procedimiento cualquier persona en cualquier lugar del mundo “puede diseñar, transferir del ordenador a la impresora sus diseños y compartirlos” para que se puedan hacer en algún lugar de la tierra. Una de las cosas que quedó muy claras, y que se evidencia en la muestra, es que las impresoras, de diversos formatos y precios, a diversas escalas, pueden imprimir con todo: plástico, acero, hierro, arena, barro, diversas maderas o con tejidos vivos.

Una de las cosas que quedó muy claras, y que se evidencia en la muestra, es que las impresoras, de diversos formatos y precios, a diversas escalas, pueden imprimir con todo: plástico, acero, hierro, arena, barro, diversas maderas o con tejidos vivos

César García Sáez recordó que existen impresoras en 3D desde 180 o 200 euros; que luego habría una gama superior de unos 1.000 a 1.500, y luego, con carácter más industrial, el coste daría un salto hacia los 20.000 euros. Y también recordó que a la impresión en 3D le sucede lo mismo que a otros aspectos de la vida: la tecnología es mucho más rápida que los avances legales y ese desfase amortigua el rápido desarrollo de prácticas que exigen un debate legal.

Un vestido impreso en 3D.
Un vestido impreso en 3D.
Toni Galán.

La muestra está dividida en ocho ámbitos. Cuidada y elegante, con dominio de tonos claros y azulencos, meterse en ella es como viajar en el túnel del tiempo hacia un porvenir como mínimo psicodélico y muy contemporáneo. De una pulcritud que casi se vuelve metafísica. En la antesala, hay como una breve explicación de cómo funciona todo, el paso de la impresora plana a la de volumen, y el abanico de materiales. En ‘Imprimiendo salud’ se recuerda que la impresión en 3D es toda una revolución en el campo de la salud: en prótesis a bajo coste para animales o humanos, en la realización de simulaciones preoperatorias o en situaciones de urgencia sanitaria, como ha sucedido con la covid-19. Se han fabricado viseras, respiradores o mascarillas.

Instrumentos musicales fabricados por el nuevo método de impresión.
Instrumentos musicales fabricados por el nuevo método de impresión: bajos, saxo silencioso y violoncello.
Toni Galán.

En ‘Imprimir moda’ todo es sorprendente: ese mural de botas y zapatos que se pueden hacer adaptados a cada pie, el vestido ‘kinematics’ de Nervous Systems, una pieza que llega por primera vez a España. César García Sáez dijo que “se imprimía de una pieza, con un plástico especial y que salía arrugado, como un auténtico gurruño”. ‘Imprimir para el hogar’ ofrece piezas de mobiliario casero, sillas o cerámica, realmente creativa y difícil, con contorsiones; ahí se recuerda, en pequeña escala, la construcción de casa y muros lineales y circulares, con apoyo de robots. César García Sáez recordó que ya había ceramistas que usaban este tipo de impresión para lograr piezas artísticas de gran complejidad y que emplean este procedimiento con un instrumento auxiliar de creación.

César García Sáez recordó que ya había ceramistas que usaban este tipo de impresión para lograr piezas artísticas de gran complejidad y que emplean este procedimiento con un instrumento auxiliar de creación.

‘Imprimirarte’ expone algo que ya se hace: son muchos artistas que utiliza el 3D como instrumento auxiliar o como pieza final. Se usa en la pintura, pero también en la música: en la muestra, de 200 piezas, hay un bajo, un violoncello, un saxo silencioso y un violín que desleía una música celta algo más metálica. La muestra se completa con tres apartados más: ‘Imprimir territorio’, que se usa en la automoción y la industria; ‘Imprimir conciencia’, centrado en diversas metamorfosis, pero especialmente la de reciclado o reutilización de materiales (se exhiben tres sillas que conforman la experiencia) e ‘Imprimir en el espacio’, que vendría a confirmar algo en lo que coinciden Ricardo Alfós y César García Sáez: la imaginación, como el mar, no tiene límites. “¿Hacia dónde vamos? De entrada, hacia la utilización del 3D en casa como un prototipo, para instalaciones interactivas, para soportes de piezas únicas, es decir para un uso más general que supone el modelo de cambio de producción. Y a la vez se utilizará para el reciclado de materiales, para la mezcla”, concluyó García Sáez, que también indicó que este fenómeno ya se ha incorporado a las aulas y las generaciones del futuro lo asimilarán con relativa facilidad.

“¿Hacia dónde vamos? De entrada, hacia la utilización del 3D en casa como un prototipo, para instalaciones interactivas, para soportes de piezas únicas, es decir para un uso más general que supone el modelo de cambio de producción. Y a la vez se utilizará para el reciclado de materiales, para la mezcla”

Como ocurre siempre, habrá actividades complementarias: en tres miércoles de marzo se explicarán tres ejemplos de impresión, habrá visitas guiadas, talleres para la familia y tres podcasts. La exposición se alargará hasta el 22 de abril de 2022.

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