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Marta Valverde: "Estoy alegre por el regalo que me han hecho los Javis"

La actriz encarna a la madre Bernarda en el musical 'La Llamada', hasta el domingo en el Teatro Principal de Zaragoza.

Raoul Vázquez, María Casado, Erika Bleda, Marta Valverde y Lucía Gil, en el Principal.
Raoul Vázquez, María Casado, Erika Bleda, Marta Valverde y Lucía Gil, en el Principal.
José Miguel Marco

Segundo fin de semana de 'La Llamada' en la capital aragonesa. ¿Cómo ha sido la acogida?

Zaragoza es una de mis ciudades favoritas porque el público siempre es muy entusiasta. En este caso, tener todas las localidades vendidas desde casi antes de llegar es una alegría, y más en estos tiempos. Nos hace felices que la gente nos elija ahora que tiene ganas de disfrutar de la cultura.

Miremos el registro de llamadas de su teléfono, ¿quién está?

Cuando estoy fuera de casa normalmente llamo a mi hijo Blas, que es mi compañero de vida. Tiene 23 años y encima es compañero de profesión. Es una llamada a la que no me resisto ningún día de mi vida.

En el musical interpreta a la madre Bernarda, Bernarda de los Arcos, que canta 'Estoy alegre'. ¿Por qué está alegre Marta Valverde?

Estoy alegre por el regalo que me han hecho los Javis. El 1 de mayo de este año me llamaron porque sabían que 'La Llamada' me encantaba. La había visto cuatro veces y a Javi Ambrosi le escribía porque cada vez me gustaba más esta función. Le decía que si alguna vez le faltaba una Bernarda que se acordara de mí. A los pocos meses me llamó y me dijo: "Venga, Marta, para adelante". ¡Qué alegría! Y aquí estoy, disfrutando del público en cada función y de los compañeros.

Primero de mayo, Día del Trabajador. Un buen día para recibir una oferta de empleo.

Hay que seguir la herencia que nos ha dejado nuestro padre, Lorenzo Valverde. Ha sido un currante toda la vida y por desgracia lo hemos perdido este año. Falleció en febrero y, de repente, me vino este regalo. Igual ha tenido algo que ver.

¿Cómo definiría a la madre Bernarda?

Es una mujer muy moderna para los tiempos que corren dentro de la Iglesia y del catolicismo. Le gusta mucho la música, las artes, es fan de Whitney Houston y tiene muy buena relación con Milagros, la otra monja del campamento. También se lleva muy bien con las niñas, es muy empática con todos los problemas que tienen las adolescentes que están a su cargo.

¿Se ha basado en alguien para interpretar a Bernarda?

Cuando llegó el guion a mis manos me acordé mucho de mi época de escolapia, porque estudié en las Escolapias de Barcelona, y me he fijado bastante en algunas monjas, en sus comportamientos. Sobre todo, en una monja muy dinámica que le encantaba la música.

¿Qué tiene Marta Valverde de la madre Bernarda?

Tengo un espíritu muy juvenil, alegre, me gusta mucho la música y disfrutar de las pequeñas cosas del día a día, como la madre Bernarda. Y también la docencia, llevo una década de profesora de Interpretación y Canto y tengo muchos alumnos a mi cargo que son como mis hijos.

Como espectadora, había visto cuatro veces el musical, ¿qué le transmitió en el patio de butacas?

Alegría, entusiasmo, ganas de vivir y empatía con todos los personajes. Con todos encuentras algo en el que sentirte identificado. Hay tolerancia y diversidad, es un texto muy actual y, además, llevado con un estilo de interpretación muy natural. Creo en el talento de los Javis, con funciones de teatro y series, como 'Paquita Salas', 'La Veneno' y ahora 'Cardo', que promete ser otro éxito. Todos esos ingredientes hacen una coctelera de emociones que transporta al público.

¿Cuál es la fórmula para que 'cóctel' guste a tanta gente?

Que con cualquiera de los personajes te puedes sentir identificado. Unos con unos, otros con otros, pero tocan temas muy actuales, inquietudes de la juventud y creo que están llevados de una manera muy blanca, limpia y noble.

'La Llamada' une a varias generaciones de artistas, incluso algunos de niños le podían ver a usted en pantalla.

Todos tienen muchísimo talento. Es increíble ver a gente con 20 años o pocos más que tengan ese dominio escénico y esa generosidad en el escenario, eso hace que el equipo vayamos todos a una. Es muy gratificante.

Bueno, usted también debutó joven.

Con 14 años, en 'El diluvio que viene', muy jovencita. Bueno, antes había hecho cosas de doblaje.

Ahora tiene a compañeros jóvenes, pero ya sabe qué es eso. Mano a mano ha estado con su hijo Blas. ¿Cómo es ser madre, compañera de trabajo y directora?

Es muy agradable y ¿con quién mejor que trabajar con la familia? Sabemos lo que podemos dar de sí cada uno y el amor que nos une es perfecto. A parte, el respeto y la admiración que nos tenemos unos a otros. Somos una familia en la que tanto la tía, el tío, las primas, el abuelo y la madre somos de la misma profesión. Mi hijo empezó muy pequeñito, con 'Bella y bestia', después hizo 'Los Miserables', tres óperas en el Real, doblaje... Le ves crecer profesionalmente y, si va de tu mano, pues mucho mejor.

Le está transmitiendo una valiosa herencia, que es la profesión.

Es una profesión muy vocacional y lo hemos mamado también de las generaciones anteriores. Mi padre ha sido una persona muy conocida y reconocida por su trabajo, pero todos los antepasados de mis padres también eran músicos. Creo que es un veneno que llevamos en la sangre, un veneno de esos que gustan. Transmitirlo es una responsabilidad, pero lo afrontamos de una manera muy natural porque en mi casa siempre hemos cantado, se ha tocado instrumentos, se ha bailado… En las reuniones familiares era todo arte, entonces no lo ves como algo extraño, sino cotidiano.

¿Qué es lo que más le gusta de Zaragoza?

El carácter de la gente de aquí y lo bonita que es la ciudad. Pero, sobre todo, lo que le gusta al público el teatro, llenarlos, aplaudir y disfrutar. Eso nos lo transmite y es muy emocionante.

¿Cuál es ese rincón que no puede dejar de visitar cada que vienes?

¡Es una pregunta ofensiva! ¡El Pilar! Se me pone la piel de gallina cada vez que paso entro al Pilar. Es una paz, una belleza tan exuberante y siempre me llevo mis cintitas bendecidas para regalar a mis amigos. Eso no puede faltar.

Seguro que ha vivido algún momento en Aragón que no olvida.

Una vez, en las Fiestas del Pilar, actuábamos en el Teatro Fleta. Era un espectáculo de variedades que hacíamos con Florinda Chico, los Calatrava… y mi hermana y mi padre creo que también participaban. Estaba cantando un pasodoble con las doce chicas de ballet detrás y mi bata de cola cuando se fue la luz y la música. Solo se quedaron las luces de emergencia y canté a capela toda la canción, con unas luces muy tenues. El público esperó a que terminara la canción para ovacionarme. No se me olvidará en la vida.

Ahora a recoger muchos más aplausos, en este caso, en el Teatro Principal.

Es un teatro preciosísimo que no me canso de fotografiar. Solo este año ya he estado tres veces.

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