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Raúl Aranda matará su último toro el 5 de diciembre en Arlés

El torero, que tomó la alternativa hace 50 años en Zaragoza y triunfó luego en Las Ventas, se prepara en Francia

Raúl Aranda, en junio pasado en Zaragoza.
Raúl Aranda, en junio pasado en Zaragoza.
Francisco Jiménez

"El 5 de diciembre mataré mi último toro. Será en Arlés, en la finca de Juan Bautista. Mataré un toro cinqueño de la ganadería de Michel Gallon. Hace 50 años que tomé la alternativa y ahora estoquearé mi último toro", confirmó el aragonés Raúl Aranda, figura máxima del toreo en los años 70. "Llevo un par de semanas en Francia, en Béziers concretamente, preparándome. El pasado sábado toreé un novillo y me encuentro en forma", explicó.

Raúl Aranda (1952) recibió el doctorado taurino en Zaragoza el 23 de mayo de de 1971, con Sebastián Palomo Linares como padrino, y Miguel Márquez de testigo, con astados del Conde de la Corte. Confirmó alternativa en Madrid el 15 de mayo de 1972, desorejando al toro que cerraba plaza, Saladillo, de la ganadería de Galache. Dos orejas y puerta grande en Las Ventas. No solo eso, mucho más: Aranda puso en fila india el escalafón taurino universal.

El toro de Galache le llevó a la eternidad. En un santiamén, pasó de ir de maletilla en un tren hasta Illueca con el inefable Antoñín Castilla y Fernando Moreno, para torear por intuición su primer astado en una plaza hecha con carros, a codearse con la ‘crème de la crème’. Aranda se introdujo por derecho en la jerarquía patricia del toreo. Torero clásico y con clase (parece lo mismo, pero no es igual), torero completo, excepcional capotero y muy notable con la muleta. Tocó el cielo en la corrida de la Beneficencia de 1972, la única corrida a la que asiste anualmente el jefe del Estado en España. Ese mítico cartel junto a Francisco Rivera ‘Paquirri’ y Gabriel de la Casa, con el rejoneador Álvaro Domecq por delante, continúa marcando la cima del toreo en Aragón. Medio siglo después, sigue siendo el único matador aragonés presente en la Beneficencia.

En unos años excelsos para el toreo como los 70, con toreros del aroma de Paco Camino, el Viti, el Cordobés, Antonio Ordóñez, Jaime Ostos, el Niño de la Capea, Palomo Linares, Manzanares padre, Antonio José Galán, Dámaso González o el mismo Paquirri, Raúl Aranda supo hacerse un sitio entre los mejores, un prestigio que aún conserva en este momento del adiós, fijado para el 5 de diciembre en Arlés.

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