ARTE. ARTES & LETRAS

'Ocho x Ocho', en la Aljafería: la pintura subyace en voces literarias

Ocho escritores aragoneses de hoy eligen ocho cuadros de pintores aragoneses, que integran la colección de la Cortes de Aragón, y los cuentan

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El cuadro 'Vista de Zaragoza al anochecer', 2009 de Pepe Cerdá.
Cerdá/Cortes de Aragón.

La expresión plástica conlleva implícita una narración que va más allá de técnicas o estilos. Los artistas a través de su obra cuentan una historia que quienes reflexionan sobre ella, encuentran significados muy versátiles. Esa es la riqueza de la obra de arte. Sentir el aliento del pintor detrás de cada aldaba de color, observar los matices que se han posado con los toques de sus dedos o descubrir el opúsculo de su experiencia.

Si, la pintura habla y solo es necesario mantener el silencio para escucharla, porque un artista siempre plasma la esencia de si mismo. Pero si recapacitamos advertimos que los escritores también teclean su propia existencia, mas o menos explícita o fabulada, a través de historias recobradas o renovadas en el tiempo. Sus libros se continúan en la mente de quienes los leen, por tanto las palabras se quedan atrapadas en multitud de versiones tejidas en personales escenarios imaginarios. Si, los libros hablan, con vibraciones de voz.

Hay otro aspecto que tiende un vínculo entre pintores y literatos. Ambos son ‘oficios’ solitarios. Desde el desierto de la mirada frente a la obra, el pintor escudriña hasta saber cuándo debe no insistir mas. Ese punto final que obsesiona y perturba a ambos. Pero cuando ese momento llega, la obra es libre. Y lo más importante se perpetúa a través del otro como acaece en la exposición ‘Ocho x Ocho’, concebida a partir de la colección de pintura de las Cortes de Aragón, en la que cada uno de estos dígitos ata emocionalmente la obra de un pintor con el texto realizado ex profeso por un escritor.

Es estimulante pensar cómo todo acaba estando trenzado y, que arte y literatura acaban fundidas por una inherente decisión, la de elegir. De la colección de la institución aragonesa Soledad Puértolas ha seleccionado ‘Tú y yo’ (1952) de Fermín Aguayo, muy en consonancia con ese mundo intimista que no atiende a preguntas sino que está lleno piezas que rellenan el puzle de emociones que se trasfieren a la líneas rectas y los espacios compartidos en la pintura. Mas esclarecedora es la decisión de Sergio del Molino con la obra de José Beulas, ‘Desertización de Cuarte’ (1984), donde el paraje describe de manera unívoca la tierra de esa España vacía, que tan bien han descrito ambos. Julio José Ordovás ha trazado en su prosa surcos poéticos donde se huele el fervor iconoclasta que Antonio Saura ideó en su ‘Retrato imaginario de José de la Canal’ (1978). La Zaragoza fulgente de vida e iluminada en la distancia por Pepe Cerdá, ‘Vista de Zaragoza al anochecer’, de 2009, es la síntesis de ciudad a la que vuelve Ignacio Martínez de Pisón y que ha reflejado en algunas de sus novelas.

La pintura también es intimista y constriñe vivencias y recuerdos como el cuadro de María Buil en ‘Cuando se ha vencido el miedo I’ (1999) a partir del cual Manuel Vilas concibe todo un relato en los que están presentes el tiempo y la memoria. El cuadro de Fernando Martín Godoy ‘Coche’ (2006), genera un hábito expectante, es decir el que espera observando. Este hecho hace que Daniel Gascón describa toda una historia que se oculta tras la concisa realidad del lienzo.

Y en la retaguardia, el viaje, el recuerdo escenificado en el manejo de las luces de Ignacio Fortún en ‘Avenida de América’ (2006). La imagen, un autobús saliendo de la estación que Patricia Esteban Erlés convierte en la viajera de ida. La búsqueda de la belleza como ideal platónico conduce el hilo que conecta la acuarela de Lina Vila, ‘Un jardín para Petronila’ (2016) con la glosa dibujada por el embrujo de la antigüedad de Irene Vallejo.

La exposición ‘Ocho x Ocho’ está concebida a partir de la colección de pintura de las Cortes de Aragón, en la que cada uno de estos dígitos ata emocionalmente la obra de un pintor con el texto realizado ex profeso por un escritor

Como dijo Charles Baudelaire, entender a los escritores a través de los pintores, es algo fisiológico. Él siempre escribió más sobre arte que sobre literatura. Una serie de jóvenes artistas (Manet, Monet, Courbet, Cézanne...) que empezaban a subvertir las reglas, coincide con unos escritores (Zola, Huysmans, Flaubert...) que no solo proponen a su vez sus propias fórmulas literarias, sino que se interesan mucho por lo que sucede en el arte de su tiempo. Una contemporaneidad sin barreras temporales.

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