LITERATURA RUSA. 'ARTES & LETRAS'

Paul Viejo: "Fiódor Dostoievski nos asoma a nuestras vergüenzas"

Se cumplen 200 años del nacimiento del autor de 'El jugador' y 'Crimen y castigo', y Páginas de Espuma publica en dos tomo 'Diario de un escritor'

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El retrato más conocido del autor de 'El idiota', 'Crimen y castigo' y 'El jugador'.
Vasilly Perov

Más que decir lo que es ‘Diario de un escritor’, diré lo que no es. Fiódor Mijaílovich Dostoievski no tituló jamás así un libro suyo: nace de sus colaboraciones literarias en una revista y de otra que redactaba solo él. Los dos volúmenes son claves para entender la historia más reciente de Rusia, de sus conflictos sociales y políticos, y a la par una buena panorámica de la literatura rusa», dice el escritor y editor Paul Viejo (1978) que ayer presentaba en Madrid, ‘Diario de un escritor’, editado por Páginas del Espuma del editor zaragozano Juan Casamayor, precisamente en la víspera del 200 nacimiento del escritor. Nació tal día como hoy en Moscú en 1821 y murió en San Petersburgo en 1881, tras haber vivido muchas vidas en una.

¿Qué hay en el libro, formalmente hablando?

Crónicas políticas y culturales, pero también reseñas literarias, textos de contestación a los lectores, breves apuntes personales, por tanto también biográficos, pero no era solo esa la intención, incluye en hasta cuentos propios, como textos de ficción.

Usted subtitula el conjunto ‘Crónicas, artículos, crítica y apuntes’. Casi es una totalidad libre de la escritura...

Eso es, eso es, con muy poca ficción, aunque también la contiene. Podríamos decir también es que es un trabajo de periodismo cultural y político, recopilado primero por él, al que le añadimos en nuestra edición artículos dispersos que habían quedado fuera, más la obra de no ficción y, como digo, esos textos de ficción.

¿Qué relación tiene este libro con la edición que habían publicado hace años de sus ‘Diarios’?

Es la actualización de ese libro. Es el mismo contenido, con modificaciones de visión y otros detalles. También se trataba de sacarlo en dos volúmenes porque aquella edición era un mamotreto un poco ilegible y hemos aprovechado para revisarlo…

¿Por qué nos interesa tanto y nos perturba tanto Dostoievski?

A cada uno nos perturbará de una forma diferente, a mí mucho. Pero creo que es por su capacidad para retratar su época, o el clima general de su época, que servirá tanto para el pasado como el futuro. En el caso de Dostoievski, y aquí viene la perturbación, es que pone nuestras miserias por delante. Y sin ninguna maldad inicial, nos da la maldad de todos los demás. Por ejemplo, Chéjov también tiene la habilidad de ponernos ante lo que somos; aunque en ocasiones nos mostrara lo sucio y lo feo, siempre partía de un rasgo muchísimo más luminoso que Dostoievski. Este consigue asomarnos a nuestras vergüenzas incluyéndose él por supuesto: queda bastante mal parado en su propia obra de ficción.

Hablemos de cómo lo marcan la condena a muerte (se salvó por los pelos), ser un jugador, los cuatro años en Siberia, la lectura de ‘La Biblia’, su dos bodas. Ese catálogo de existencias, pasiones, huidas y de vicios...

Más que un catálogo de vidas, las obras de Dostoievski son un catálogo de muertes. A todo lo que dice, hay que añadir la muerte de su padre, algo que le traumatizó mucho. Y a ello, sí, se suma haber estado a punto de morir en el fusilamiento, las deudas a punto de llevarle a la ruina absoluta y a la muerte, y todo eso fue quedando en sus obras. La más obvia es ‘El jugador’, ese tormento de deudas y vicio; ‘La memoria de la casa de los muertos’, fíjese qué título más explícito…

Premonitorio. Si alguien encarna eso que se denomina los demonios del escritor, debe ser él.

Freud decía que toda la obra de Dostievski está atravesada por la muerte del padre… Se sentía culpable, además, y todo eso lo va arrastrando en varias novelas. Y no hablemos ya de ‘Crimen y castigo’, donde están presentes la muerte y la culpa, y en ‘Los hermanos Karamazov’ y ‘El idiota’, que aglutinan absolutamente esas obsesiones, y esa turbulencia, ese delirio y esa neurosis.

¿Se le sigue leyendo?

Yo soy pesimista en ese sentido, y salvando el paso casi obligado por ‘Crimen y castigo’, aunque solo sea por curiosidad, creo, dicho con las comillas debidas, que a Dostoievski se le ha dejado de leer bastante en comparación con otros autores.

Como Chéjov, claro, al que usted editó también en Páginas de Espuma.

Pensaba hace poco qué autores españoles han sido lectores de Dostovievski con rotundidad. Vemos el caso de Rafael Chirbes, y lo cuenta él en sus ‘Diarios’, además de poder rastrearlo en novelas como ‘En la orilla’. De mi generación, así que sea evidente, solo pensaría en Ricardo Menéndez Salmón. Y con los lectores ha pasado lo mismo: hemos ido hacia una literatura más chejoviana, de lo pequeño, de lo íntimo, y menos del tormento. Hemos perdido las ganas de meternos en esos argumentos tan pesados y tan complejos.

"Fiódor Dostoievski acabó obesionándose con otro lugar más oscuro del alma: el desgarro y la sombra. Leerlo tiene mucho que ver con esa pérdida de inocencia con respecto a la vida, que le atribuye Orhan Pamuk"

¿Dos libros fáciles de digerir de Dostoievski para cualquiera?

Sin rebajar en calidad, para mí una es ‘El jugador’, una novela de desgracias, de aventuras, de vicios, redactada con mucha ligereza, entre otras cosas la escribió para poder pagar deudas, y en ella están todos los detalles de la escritura de Dostoievski, con su prosa densa y bestial. Y otra es ‘Pobres gentes’, su primera novela, y te sorprende lo fluida que era su escritura, que tuvo éxito, consiguió lectores que lo abandonaban en la siguiente. Hasta ‘Crimen y castigo’, todo lo demás que escribió fue un fracaso.

¿Todo?

O casi. Eso sí, Fiódor Dostoievski acabó obesionándose con otro lugar más oscuro del alma: el desgarro y la sombra. Leerlo tiene mucho que ver con esa pérdida de inocencia con respecto a la vida, que le atribuye Orhan Pamuk.

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