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La década prodigiosa del circo de D’Click

La compañía zaragozana celebra su décimo aniversario estrenando este viernes a las 20.00 en el festival Malabar su nuevo espectáculo, ‘Latas’.

Los tres integrantes de D'Click ensayan 'Latas'.
Los tres integrantes de D'Click ensayan 'Latas'.
Guillermo Mestre

La compañía aragonesa de circo teatro D’Click se halla en plena celebración de su décimo aniversario. Un hito que festejará este viernes de la mejor manera posible, estrenando la obra ‘Latas’ en la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza en el marco del Festival Malabar.

Alcanzar una década en los escenarios, surfeando crisis y pandemias, supone todo un acontecimiento del que presumir. “Lo más importante de estos años es todo lo que hemos podido integrar en nuestras creaciones del aprendizaje con diferentes profesionales y personas que nos han apoyado. En una creación, aunque lo visible sean los 3 artistas, somos más bien 25, una gran familia. Como compañía, son 10 años de mucho entrenamiento e investigación y hemos desarrollado un lenguaje con el que nos sentimos bien, un lenguaje propio, un circo coreografiado y muy teatral en el que interviene el riesgo de la mano del mástil chino y las acrobacias. Intentamos llegar al público a través de escenas muy reconocibles, muy relacionadas con lo cotidiano aunque lo ambientemos en otros espacios de tiempo o de lugar. Desde la sencillez también se puede emocionar a lo grande”, explican Ana Castrillo, Javier Gracia y Hugo Gauthier.

Como en todo proyecto cultural que se conforma, los inicios no fueron fáciles. Un desafío que hoy les reporta todavía más satisfacción por el camino recorrido. “Viéndolo con distancia, sí que era un momento complicado. Creamos la compañía en plena crisis y además comenzamos con muy poco conocimiento de cómo se realizaba una creación, de cómo se gestionaba una compañía pero lo cierto es que teníamos mucha ilusión y nuestra proyección estaba en vivir las creaciones, el proceso y la investigación. En ese momento no pensábamos mucho en el futuro”, relatan.

Entre sus creaciones destacan los espectáculos ‘Sed’, ‘Isla’ o ‘L’Avant Première’. Un legado que les ha propiciado reconocimientos como diversos Premios del Circo Aragonés. Cada una de esas distinciones suponen un acicate y un respaldo al esfuerzo invertido. “Las creaciones que llevamos a cabo suelen ser procesos de 2 o 3 años de investigación, con momentos muy felices pero también duros, pasamos por muchas fases a nivel emocional. Los premios recibidos han sido siempre una fuente de motivación, una inyección de confianza. Aunque la cercanía del público, su aplauso, es sin duda, el mayor de lo premios. Y si hemos llegado hasta aquí es porque la gente ha confiado en nuestros proyectos y en nuestra manera de transmitir este arte. Sentimos mucho afecto del público y de las personas con las que trabajamos”, agradecen.

Otra de sus recompensas han sido las giras internacionales, como la que les llevó a México, Italia, Noruega o Inglaterra. “Han sido experiencias muy enriquecedoras, tanto a nivel personal como de compañía. En cuanto al público, es curioso observar las diferencias entre países, el tipo de humor, las distintas reacciones, la expresividad y el respeto. Pero el lenguaje del circo es universal. Nuestras creaciones no tienen texto, hablamos a través del cuerpo, del movimiento, no tenemos barreras de lenguaje”, arguyen.

Unos viajes que dan pie a un sinfín de anécdotas. “En una de las giras que realizamos en México, en Yucatán, actuábamos en un teatro precioso y encargamos el mástil (elemento fundamental de nuestra escenografía que consiste en un tubo de hierro de 5 metros de alto) a la organización para poder realizar la función. Y cuando al fin llega, era como un palo de escoba. Al parecer hubo una confusión con las medidas y el cambio de centímetros a pulgadas. La cara que se nos quedó fue un poema. Por suerte pudimos solucionarlo a tiempo y actuar esa tarde. En otra ocasión, estando de gira por el sur de Inglaterra, hubo una confusión con la organización sobre el horario de la función. Nosotros todavía estábamos comiendo cuando empezó a entrar el público, no entendíamos nada. Así que nos tocó montar corriendo con el público ya en la sala y actuar con la comida a medias”, rememoran.

Si el pasado es gozoso, el presente se adivina emocionante con el estreno este viernes de ‘Latas’. Un ‘show’ que estos días han estado ultimando con mimo en su cuartel general de Zaragoza. “Es un espectáculo de circo que se construye a partir de la acción y el presente. Se trata de la acción de tres actores-acróbatas en su mundo, en el que solo hay metal, arena y muy poca agua. Todo lo demás ha desaparecido, salvo el tiempo, por eso matamos los segundos con lo que nos rodea, con lo que tenemos a mano. ‘Latas’ es un circo en bruto, un juego, una manera de estar en un estado presente, de vivir lo que pasa en cada segundo, preparados para lo que venga… abiertos a que el público nos interpele, a que el espacio nos cobije y a que seamos nosotros quienes detengamos el tiempo. Hay circo y especialmente mucho juego”, concluyen.

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