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La tragedia de los ancianos fallecidos en las residencias, en la Seminci

El documental 'La muerte más cruel' recoge los testimonios de directores de funerarias, sacerdotes de pequeños pueblos, de familiares "que no pudieron despedirse y de dolor que eso supuso".

Una imagen del documental 'La muerte más cruel', de Belén Verdugo.
Una imagen del documental 'La muerte más cruel', de Belén Verdugo.
Seminci

El coronavirus ha sorprendido a la sociedad más desarrollada de todos los tiempos, desprevenida ante una emergencia que ha golpeado especialmente a los ancianos y de una forma despiadada en las residencias como relata Belén Verdugo en su documental 'La muerte más cruel', estrenada en el festival de cine de Valladolid (Seminci).

"Cuenta el abandono de los mayores en las residencias y lo mal que lo han pasado los trabajadores. A los ancianos no les dejaban salir a los hospitales donde priorizaban la atención a los más jóvenes", ha explicado la realizadora en una entrevista sobre un documental que "es una denuncia pero no una acusación".

Más de 30.000 ancianos fallecieron en España entre marzo y junio de 2020 por contagio sin poder salir de sus residencias para ser hospitalizados, atendidos en sus habitaciones sin medios materiales y de protección por parte de los trabajadores, tres meses durante los cuales ni siquiera pudieron despedirse de sus seres más queridos.

"En realidad nadie ha tenido la culpa. No hemos sabido coger algo que no ha pasado solo en España sino en el mundo, pero es una denuncia sobre el abandono de quienes levantaron el país después de la Guerra Civil", ha analizado verdugo (Madrid, 1974), autora de una filmografía de marcado acento social que abrió con el cortometraje 'Mágica' (2001).

Si en ese cortometraje abordó la violencia machista desde la mirada de un niño, en 'No sin ti' se puso en la piel de los 'sintecho', mientras que en 'Lagun y el coraje frente a ETA' (2019) situó el foco en las víctimas de la banda asesina y de quienes lucharon en silencio contra el terrorismo.

"Vengo de una familia muy humilde. A los veinte años me quedé sin padres y me tuve que buscar la vida, por eso siempre he tenido la referencia de ayudar a quien lo necesita. Al final, te das cuenta de que en esta vida nos tenemos que ayudar unos a otros. Todos somos uno y los que tenemos la oportunidad debemos hacerlo", ha argumentado.

Y eso es lo que ha hecho la realizadora madrileña, con formación audiovisual y de arte dramático en la escuela de Cristina Rota, a través de la cámara, "la única manera que sé de hacerlo, estar con la gente de la calle porque tenemos que concienciarnos de que no todo el mundo tiene la suerte de vivir bien", ha apostillado.

'La muerte más cruel' recoge los testimonios de directores de funerarias, sacerdotes de pequeños pueblos, de familiares "que no pudieron despedirse y de dolor que eso supuso", de mayores que se han salvado y veían cómo se morían sus compañeros", ha explicado esta realizadora que también dirigió para Netflix la serie "Camarón Revolution" (2017), sobre el genial cantaor flamenco.

Han sido ocho meses de grabaciones en Cataluña, Galicia, Madrid, Murcia y País Vasco "que tuvimos que montar muy deprisa para proyectar cuanto antes", dentro de un documental al que próximamente seguirá un nuevo trabajo, centrado en la soledad de los mayores pero en clave de comedia, en el territorio de la ficción, que ya exploró en 2018 con el documental "Un lugar para ser feliz".

Todo lo que ha ocurrido con el coronavirus, el drama y latragedia, "no fue cuestión de un país sino de una pandemia que no supimos gestionar en ese momento porque nunca se había vivido algo así".

"Ha sido la primera vez en el mundo, al menos en esta época", ha insistido antes de referirse a 'La muerte más cruel', que estrenará en la sección Doc España del festival de cine de Valladolid, como un documental "muy emotivo" donde el espectador "va a alucinar con muchas cosas que no han salido a la luz". 

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