El día que Irene Bielsa se fue a vacunar eligió una camisa semitransparente amarilla con unos buenos volantes en los puños. Porque esa es su idea de la moda: "No tiene sentido confundir la cotidianeidad con la tristeza", opina. Y predicando con el ejemplo fue como convenció al jurado de la Aguja Goyesca, presidido por Lorenzo Caprile, que eligió la creaciones de esta zaragozana entre todas las que desfilaron: una minicolección llena de color en la que jugaba con las conexiones del pintor de Fuendetodos y la naturaleza.

Guillermo Mestre

Formada en moda en el Reino Unido, adonde se fue a vivir con solo 16 años, Bielsa lleva en realidad desde siempre conectada con la moda, sobre todo en lo que a tejidos se refiere. Su madre, Pamen Tafalla, es decoradora, y con ella fue absorbiendo un característico gusto para mezclar tejidos y colores. Que, en su caso, va un paso más allá. Adaptándose a los nuevos conceptos de la moda, como la sostenibilidad y el reciclaje, Irene se resiste a hacer distingos entre ropa de hogar y de vestir y lo mismo elige para sus diseños un buen algodón, que el yute o una tela para tapizar. Uno de los modelos más espectaculares de la colección que presentó para la Aguja Goyesca estaba hecho, por ejemplo, con retales de visillos.

Irene Bielsa: luz y color

Así las cosas, las producciones de Irene son lanzamientos muy singulares y limitados, todas con una historia detrás: pantalones, vestidos, bolsos, chalecos... que ahora, en la nueva temporada, se amplían con chaquetas o blazers. "Yo lo que no quiero es que todo el mundo vaya vestido igual". Bielsa aspira a que "las mujeres vayan guapas, que aporten algo por la calle, que haya alegría".

Las creaciones de Irene pueden comprarse 'online', a través de la web irenebielsa.com y pronto se podrán ver y tocar en un córner que abrirá en el negocio familiar, La Cordonería, en la esquina de la calle de Doctor Casas con Bolonia.