entrevista

Gabriela Ponce: "Cuando se rompe una relación, se hace una arqueología del amor que te devuelve a sus orígenes"

La escritora ecuatoriana presenta este martes, a las 19.30, en Teatro Inevitable de Zaragoza, su novela 'Sanguínea', una original y torrencial narración de una ruptura, que pone en solfa los mimbres de la educación sentimental de las mujeres y la relación con su propio cuerpo.

La escritora ecuatoriana Gabriela Ponce.
La escritora ecuatoriana Gabriela Ponce.
Florencia Luna

Gabriela Ponce (Quito, 1977) es directora de teatro y profesora de artes escénicas, pero a Zaragoza llega para presentar una novela, 'Sanguínea' (Editorial Candaya), en la que narra una ruptura sentimental. Lo hace de manera torrencial, con el cuerpo de la protagonista como campo de batalla de cuestiones como la pérdida, el deseo, la zozobra ante la incertidumbre, la educación sentimental o la relación con el propio físico, que Ponce explora desde lugares poco comunes. Más aún, tradicionalmente innombrados, como la menstruación, que inspira el título del libro y que por momentos sirve de hilo conductor. 

La novela ha sido también llevada al teatro, en una experiencia internacional, con estreno en Barcelona, a la que Ponce hubo de asomarse virtualmente debido a la pandemia.

Este martes, día 28, a las 19.30, la autora estará en Zaragoza para presentar su novela. Será en el Teatro Inevitable (Santa Teresa de Jesús, 9), de la mano de la Editorial Candaya y de la Librería Antígona.

Pregunta: Sanguínea' narra una ruptura sentimental. La protagonista lo hace con gran desgarro pese a que a ella se llega por un evidente desgaste. ¿Por qué cuando se decide romper hay veces que se produce un repunte del enamoramiento, casi como si volviera al principio?

Eso es clave en el libro. Cómo en una crisis radical es cuando precisamente se decide de pronto hacer una reconstrucción de la relación y aparece de nuevo un amor apasionado. Esa arqueología del amor te devuelve a los orígenes de la relación y da lugar a emociones paradójicas, ambivalentes.

A veces se puede llorar más por la vida que se deja atrás que por la persona en concreto con la que se rompe.

El libro cuenta un trozo de la vida de la protagonista, que en este caso es la porción en la que se despide de un mundo que ella se ha creado, de sus relaciones, de sus vínculos. No se deja solo a una persona sino al mundo que se ha tenido con ella. Por eso es un momento de vértigo, pero también de proximidad con lo que está por venir, es un momento muy vital.

La ruptura es en el libro también una excusa para hablar de la educación sentimental de las mujeres. ¿Hasta qué punto influye en esos miedos a la hora de dejar a la pareja?

Influye fundamentalmente. La educación sentimental es la que se recibe a través de la cultura popular, de la familia, que es capaz de direccionar, de influir en las decisiones y en las formas del amor. Sale cuando hacemos esa arqueología del amor, eso está ahí, es muchas veces la manera en que se aprende a amar... Cuando aparecen las dificultades, toda esa educacion se viene encima. Aunque en el caso de la protagonista de 'Sanguínea', por lo menos puede tomar la decisión de dejar su pareja, otras mujeres ni siquieran pueden hacer eso, tienen que aguantar.

En el libro hay muchas referencias a las telenovelas. Entiendo que forman parte de su educación sentimental. ¿Para bien o para mal?

La telenovela ha sido una fuente de aprendizaje en los países latinos. Y lo sigue siendo de manera muy importante. No siento que en mi caso haya sido una influencia particularmente buena o mala porque ya la he asumido con una perspectiva crítica. Está claro que presentan muchas veces a la mujer en desventaja y que están cargadas de estereotipos, pero en el libro también busco un reconocimiento para ellas. Al final me he apropiado de ellas. Y al revés, porque aunque me distancié críticamente de las telenovelas, me doy cuenta de que forman parte constitutiva de mi ser. Hay cosas perjudiciales en ellas, pero también hay una gran potencial en su cursilería.

Nombra la cursilería. Es un término que aparece varias veces en la novela.

Cursi para mí son los lugares comunes, los estereotipos, ciertas canciones o palabras para enunciar lo amoroso. Y a la vez hay belleza en ello, por la potencia de esa carga cultural. En la protagonista hay una resistencia clara a lo cursi, pero al final también reconoce que forma parte de ella.

La novela es carnal (hay deseo y sexo explícito), pero también es física, diría incluso que fisiológica. Aludiendo al título, 'Sanguínea', ha elegido la menstruación como uno de los hilos conductores. ¿Por qué? Es un tema que sigue produciendo rechazo, incluso entre las mujeres.

Al principio no era intencional, pero al relatar la crisis del cuerpo de la protagonista, esa materialidad que se imponía, apareció la regla, un asunto clausurado culturalmente, un tema vergonzante. En el libro hay un momento en que la protagonista recuerda el día en que vio la menstruación de su madre y lo recuerda como un momento de revelación. Pero luego llega la sociedad y lo convierte en algo ominoso, cuando es una condición del cuerpo definitiva para nosotras, tan presente, cada mes, y apenas lo nombramos.

Y luego está la ausencia de la menstruación, en este caso por el embarazo, que en el libro se trata de manera diferenciada, en una segunda parte, casi un epílogo.

Son dos momentos distintos de la vida de la protagonista. La parte del embarazo está alejada de toda esa exploracion erótica de la primera parte, tan sensual, con ese desamor que, paradójicamente, desemboca en enamoramiento. El embarazo es otro registro. Para empezar porque para la mujer es un camino, al final, solitario.

Esas vivencias de la primera parte se traducen también formalmente. No hay respiros, no hay puntos y aparte. ¿Fue buscado?

No, no, salió así. Hay una gran diferencia entre lo que uno concibe con lo que pasa cuando empieza a escribir. El ritmo se impuso como un flujo torrencial.

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