La solidaridad con los desalojados desborda La Palma: "Me ha sorprendido tanta ayuda desde la Península"

El pabellón deportivo de Los Llanos de Aridane es un ir y venir de furgonetas cargadas de bolsas de ropa, comida y todo tipo de enseres.

Elena País, concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Llanos de Aridane.
Elena País, concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Llanos de Aridane.
Pablo Rodero

El pabellón deportivo de Los Llanos de Aridane era, este jueves por la mañana, un ir y venir de furgonetas cargadas de bolsas de ropa, comida y todo tipo de enseres. Un enjambre de voluntarios vestidos con petos amarillos se acercaban al instante a los vehículos y cargaban todos los bultos hacia el interior.

En la puerta de al lado, una cola de personas, evacuadas todas ellas de las zonas afectadas por el volcán, esperaban a poder ser entrevistados por los técnicos de los servicios sociales y poder recoger lo que necesitaran. Se suceden escenas dramáticas. Vecinos que reciben la noticia de que su casa ha quedado sepultada y asumen, en ese momento, que ya nunca podrán volver a su pasado más reciente.

El pabellón de la feria de El Paso ha sido adaptado para acoger toda la ayuda solidaria que ha llegado desde el resto de Canarias y la Península.El pabellón de la feria de El Paso ha sido adaptado para acoger toda la ayuda solidaria que ha llegado desde el resto de Canarias y la Península.Pablo Rodero

Cuando apenas le faltaban un par de kilómetros para alcanzar el mar, la lengua de lava que se desplaza hasta la costa desde la boca del volcán de Cumbre Vieja de La Palma parece haber cambiado su forma de avanzar.

La lava ralentiza su avance hacia la costa, pero el frente de la colada se ensancha hasta superar los 500 metros

"La zona afectada es una zona rural donde nos conocemos todos y ves llegar a vecinos, a mayores que han perdido sus huertas, sus casas, todas sus pertenencias… no es fácil", declara Delsi Concepción, coordinadora de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Los Llanos y, ella misma, también desalojada de su vivienda.

Pero, después, compensamos este sentimiento con la solidaridad que está entrando por la otra puerta", asegura, señalando la entrada por la que se descarga incesantemente el material donado desde esta isla, el resto del archipiélago y también de la Península Ibérica.

- ¿Te ha sorprendido esta respuesta?

- Me ha sorprendido a nivel peninsular. Yo consideraba que, bueno, somos una isla, la isla a la que siempre nos confunden y esto me ha sorprendido gratamente.

Delsi Concepción, coordinadora de servicios sociales del Ayuntamiento de los Llanos de Aridane, de cuya vivienda ella misma ha debido ser desalojada.
Delsi Concepción, coordinadora de servicios sociales del Ayuntamiento de los Llanos de Aridane, de cuya vivienda ella misma ha debido ser desalojada.
Pablo Rodero
"Ves llegar a vecinos, a mayores que han perdido sus huertas, sus casas, todas sus pertenencias… no es fácil"

Una vez se traspasan las puertas, se accede a un enorme pabellón donde la ropa se ha amontonado por tallas y tipos en los asientos. En el piso inferior se guarda la comida y, por las escaleras, los voluntarios acompañan a los evacuados para que puedan recoger todo lo que necesitan.

Elena País, concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, coordina a varios voluntarios desde lo alto de la grada. Cuando habla, el cansancio que arrastra desde el domingo se hace evidente.

"La solidaridad ha sido inmensa, nos ha desbordado y la verdad es que nos emociona. Son gestos que nos llegan muy adentro", declara País. "Ya no damos abasto con el tema de ropa de segunda mano, estamos pidiendo paralizarla. Ahora necesitamos productos de cama, almohadas, pijamas, toallas…".

Una mujer sube las escaleras, entre montañas de ropa, acompañada de un niño. Ambos llevan el peto amarillo que distingue a los voluntarios.

"Van a llegar varios camiones desde Gran Canaria el sábado por la mañana y van a venir amistades el domingo para ayudar como voluntarios así que vine aquí para ver qué podía hacer porque se viene una gran cantidad de mercancía", declara Eugenia, una gran canaria que lleva 11 años viviendo en Los Llanos. "Al final me quedé de voluntaria ayer trabajando hasta que cerró y hoy he vuelto con mi hijo. Todos juntos podemos ayudar a que lo pasen menos mal".

Eugenia, una gran canaria que lleva 11 años viviendo en Los Llanos, junto a su hijo.
Eugenia, una gran canaria que lleva 11 años viviendo en Los Llanos, junto a su hijo.
Pablo Rodero
"Me quedé de voluntaria ayer trabajando hasta que cerró y hoy he vuelto con mi hijo. Todos juntos podemos ayudar a que lo pasen menos mal"

Ya en el exterior, Chamaida, una joven carga un cartón con briks de leche y una bolsa de basura negra. "Vengo a dar unos juguetes para los niños y comida sin lactosa que es lo que hace falta ahora. Antes he venido a donar ropa también, todo lo que haga falta, porque no es solo para ahora, es todo lo que viene después de esto".

Chamaida es una vecina de Los Llanos que ha aportado ropa, leche y juguetes de manera solidaria para los evacuados.
Chamaida es una vecina de Los Llanos que ha aportado ropa, leche y juguetes de manera solidaria para los evacuados.
Pablo Rodero
"He venido a donar ropa también, todo lo que haga falta, porque no es solo para ahora, es todo lo que viene después de esto"

La solidaridad está, efectivamente, sirviendo para cubrir las necesidades básicas de los evacuados en los primeros días, pero la actividad volcánica no da visos de parar pronto, por lo que el Gobierno canario ya trabaja en un plan a medio plazo para reubicar a las personas que se han quedado sin casa o sin posibilidad de acceder a ella.

El Gobierno regional está buscando sobre el terreno propietarios de viviendas vacías o cerca de ser terminadas de construir que haya en la isla en estos momentos y calcula que podrá adquirir 280 viviendas para alojar a las familias evacuadas.

Se estima que hay unas 300 viviendas dentro del perímetro de evacuación, pero solo un primer lote de 100 de las que planea adquirir el Gobierno canario estaría disponible para el mes de octubre.

Hasta que se puedan adquirir el resto, habrá que seguir recurriendo a soluciones de emergencia como la del hotel que está alojando desde este jueves a 86 personas en la localidad de Fuencaliente, al sur de la isla.

Los que lo han perdido todo

De vuelta a la zona afectada, en El Paso también se ha habilitado un recinto para que los evacuados puedan hacerse con algo de comida y ropa durante estos primeros días, después de que muchos hayan perdido literalmente todos su bienes personales a causa de la lava.

María, de 48 años, vive en Los Llanos y está trabajando como voluntaria de psicóloga. "Veo que mis vecinos lo necesitan y no voy a quedarme en casa viendo la tele", desde este punto, ha tenido que atender a numerosas familias que que no saben si sus hogares siguen en pie.

Sobre todo, lo que he visto es que necesitan mucha escucha, desahogarse y contar su drama, que no es poco, porque han estado viviendo muchos días de mucha tensión y tienen la emoción reprimida y necesitan explotar y sacar todo ese dolor, esa rabia por la incertidumbre", explica María.

María, de 48 años, vive en Los Llanos y está trabajando como voluntaria de psicóloga en El Paso.
María, de 48 años, vive en Los Llanos y está trabajando como voluntaria de psicóloga en El Paso.
Pablo Rodero

Una de esas personas es Carlos, de 49 años, que llega a este punto de recogida de ayuda solidaria junto a su esposa, sus hijos y sus nietos. En total, una familia de siete personas que lo ha perdido todo.

"Vivíamos en la Montaña Rajada, a 500 metros del volcán. Nuestra vivienda… creo que no está", declara, vestido aún con una camiseta manchada de trabajar en los cultivos de plátanos de la costa. "Esperemos que el volcán no se lleve también el sustento nuestro que son las plataneras, porque ya sería el colmo. Pero no podemos hacer nada, resignarnos a la naturaleza".

El domingo, tras la erupción, Carlos y su familia huyeron junto a sus 13 perros y sus dos cabras.
El domingo, tras la erupción, Carlos y su familia huyeron junto a sus 13 perros y sus dos cabras.
Pablo Rodero
"Esperemos que el volcán no se lleve también el sustento nuestro que son las plataneras, porque ya sería el colmo".

El domingo, tras la erupción, Carlos y su familia huyeron junto a sus 13 perros y sus dos cabras y fueron acogidos temporalmente por su hermano. Pero la situación no es sostenible ni a corto plazo: “De momento estamos ahí, después, no sabemos”.

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